Capítulo 3

Me desperté con un dolor de cabeza horrible aún no sé cómo fui capaz de llegar hasta mi casa, pero lo hice, anoche Freya y yo nos pasamos un poco de copas, si bien los ángeles somos un poco más resistente al alcohol que los humanos, si nos afecta, muy a diferencia de los demonios quienes pueden beber y beber sin algún tipo de efecto, si bien soy mitad demonio, la verdad es que no me ayuda en nada a la hora de tomar, la buena noticia es que ni a Freya ni a mi nos agrada mucho el sabor del alcohol, por lo que no solemos beber mucho, y cuando lo hacemos, ella sí que tiene una gran tolerancia, porque siempre me ayuda a volver a mi casa, lo cual tampoco es muy bueno porque para hacerlo debo llamar a mi padre ya que ella como demonio no pude entrar al cielo.

- Veo que ya te levantaste – me dice mi padre entrando con una bandeja de desayuno, amo a mi padre es amable, considerado, siempre me apoya y no duda en hacerme ver cuando hago algo incorrecto, me aconseja y me regaña si es necesario, es el mejor padre del mundo, su apariencia es muy diferente a la mía, ya que básicamente soy la copia de mi madre, mi padre tiene una facciones más robustas, sin llegar a exagerar, es alto con un cuerpo atlético, como la mayoría de los ángeles su cabello es claro, en este caso rubio, tirando a castaño, pero sin llegar a serlo, sus ojos son de un hermoso azul llenos de vida.

Los ángeles tienen el cabello y ojos claros para demostrar su pureza, sus cabelleras son en su mayoría rubias, pero hay algunos con el cabello blanco o un castaño muy claro como mi padre, sus ojos van de la mayoría de los tonos de azul, y el verde, siempre y cuando estos no sea muy oscuros, en cuanto a tonos de piel la mayoría tenemos un bonito bronceado que le da a nuestra piel un ligero tono dorado, por otra parte la mayoría de los demonios tienen un cabello más oscuro, va de castaño oscuro hasta negro, por su parte la mayoría tiene ojos rojos o cafés muy oscuros, y su piel es muy pálida, debido a que en el infierno no hay mucho sol.

- Gracias por el desayuno papá – le digo, mientras me levanto hasta mi escritorio, que es donde mi padre puso la bandeja.

- Anoche llegaste muy tarde, por un momento creí que tendría que ir a recogerte – me dijo mi padre, anqué parezca solo un comentario sé que me lo dice en reclamo por no ser más prudente

- Lo siento – y era verdad, preocupar a mi padre era lo último que quería, pero lamentablemente sé que esta conversación la tendríamos de nuevo, a veces era difícil no cometer el mismo error, más si este significaba diversión

- Está bien, no pasó nada en realidad, ahora prepárate, que llegaras tarde al entrenamiento – dicho esto mi padre se fue dejándome sola para que me preparara

Desayune lo más rápido posible y me vestí en tiempo récord, mi padre tenía razón se me hacía tarde para el entrenamiento, así que una vez estuve lista corrí lo más rápido posible para llegar a tiempo al campo de entrenamiento, este era una enorme recinto con múltiples edificios y campos repartidos para realizar distintas actividades, como era batalla cuerpo a cuerpo, manejo de distintas armas, etc…., lo ángeles son guerreros cada uno de nosotros es entrenado como un soldado, debido a que soy hija adoptiva de Fabián unos de los 4 grandes generales, se espera de mí que me convirtiera en la mano derecha de uno de los hijos actuales de los generales o mejor aún del hijo bilógico de mi padre, algo por lo que el rey ha estado presionando ya que mi padre es el único general soltero y sin hijos, o al menos eso cree él, mi padre se niega a tomar esposa por que ama a mi madre, y aunque no me lo ha dicho, se por Freya que mi mamá está en la misma situación.