Capítulo 4

DINA

Llego al campo de entrenamiento y me llevo una muy desagradable sorpresa, en la entrada esta Hadara, esa maltita pe**a, está en contra mío desde que cuando tenía 12 años le gane en un entrenamiento, como un ángel cualquiera la gano a ella, la hija de uno de los 4 grandes, desde ese momento me ha odiado, esta parada vestida como para salir en una pasarela y no para entrenar, su cabello rubio está perfectamente peinado y hace juego con sus ojos verdes los cuales están excesivamente maquillados para mi gusto

- Miren quien llego tarde\, pero no me sorprende los fracasados siempre actúan así\, nunca se toman enserio ninguna responsabilidad – me dijo esa maldita muy digna a lo que las estu**das de su amigas se rieron\, no las soporto si Hadara es una pe**a\, esa dos son unas pe**as menores\, enserio Valda y Quiana son insoportables\, siempre apoyan todo lo que Hadara dice y tratan mal a quien se les atraviese por el simple hecho de ser amigas de la hija de un general y posiblemente futura reina\, yo siempre lo he dicho si Hadara se vuelve reina me voy a vivir con mi madre.

- Lo dices por experiencia, porque preces tener mucha – le contesto yo con toda la intención de hacerla enojar, no es que este diciendo una mentira, es bien sabido por todos que estas tres suelen saltarse los entrampamientos para ir a pasear al mundo de los humanos.

- Maldita estu**da, como te atreves a hablarme así, a mí la prometida del príncipe y futura reina – me dice con toda su altanería

- No eres la prometida del príncipe\, que yo sepa aun no es oficial\, además no te estoy diciendo algo que no sepan todos\, ahora si me disculpas yo si viene a entrenar no hacerme ton** como otras - le digo mientras avanzo para poder entrar\, cuando de repente siento como la muy pu** me agarra del pelo y tira del hasta hacerme caer – ahora sí\, considérate muerta – le digo mientras me levanto para golpearla

Estaba apunto de enterrar mi puño es su horrible cara cuando una mano me detiene

- Oh Volker que bueno que apareciste esa loca casi me golpea, yo solo quería hablar con ella y me ataco de repente – dice la arrastrada de Hadara mientras se le cuelga del brazo y le hace ojitos agitando sus pestañas en un gesto coqueto, al instante sus dos sombras empiezan a darle la razón diciendo como yo enloquecí y de la nada la ataque

- Muy linda historia – dijo Volker mientras se liberaba de Hadara, - pero mejor cuéntensela a alguien que no haya visto lo que paso, Hadara yo vi como intimidaste a una compañera cuando se supone que deberías estar entrenando y como si eso no fuera suficiente la atacaste por la espalda, de la forma más cobarde y traicionera posible, dices a todos que serás la próxima reina, pues actúa como tal.

Hadara estaba roja de furia por la palabras de Volker, pero no podía decirle nada así que totalmente ofendida se fue con sus amigas siguiéndole los talones, entienden por qué lo amo, es tan justo, siempre busca la verdad antes de hacer algún juicio

- Y tu Dina, intenta no caer en su juego eres mucho mejor que eso – dicho esto Volker se fue dejándome sola, con la sensación que estar caminando entre nubes

Al llegar a la sala de entrenamiento pude observar que todos estaban allí, hoy me toca practicar mi combate con armas cortas, por lo que me encontraba en uno de los tantos edificios del complejo, este era muy parecido a una bodega, en las paredes había todo tipo de armas exhibidas y el la esquinas y las orilla había mesas con más armas, el centro estaba cubierto por una especie de colchoneta-tapete que ayuda a que las caídas y derribos durante el entrenamiento duelan menos

- Dina, llegas tarde, que seas la mejor de la clase no te da el privilegio de llegar tarde – me dice la maestra Tania, ella es una de las mejores ángeles guerreros que existen, y también es mi maestra