La pena de William

Los chicos no tenían motivos para mantenerlo vivo, solo les gustaba jugar con ellos al interrogatorio antes de matarlos.

Pero este, por alguna razón no decía nada, incluso no se movia o se inmutaba por tener un cadáver cerca de él, lo cual fascinaba a William.

-Porfavor Myron déjamelo a mi- Lo miraba con ojos suplicantes.

-De acuerdo, lo que quieras-Decía mientras le acariciaba la cabeza.

-Salgamos de aqui, esto se va a poner asqueroso-Dijo Lucian apagando el cigarrillo

Ya estando fuera, pudieron escuchar los alaridos del hombre y la risita burlona de William.

Suplicaba que lo matara de una vez, pero quería seguir jugando un tiempo más.

-Mátame porfavor-Suplicaba mientras se arrastraba, ya que William le arrancó las piernas

-No haré eso, quiero intentar algo nuevo-Dijo sacando pequeños cuchillos.

-¡Aléjate de mí, maldito monstruo!

En ese momento la miraba de William se oscureció, agarro con más fuerza los cuchillos y comenzó a caminar hacia el.

Clavó los cuchillos uno por uno en la columna vertebral, finalizando a la mitad de la cabeza, en ese momento, el hombre calló dejandose caer en un golpe hueco.

Al salir su expresión no habia cambiado, Myron y Lucian adivinaron rápidamente lo que paso. Asi que lo sacaron de ahi y lo sentaron en el pasto, comenzando a acariciar su cabeza.

-Sabes que no lo eres, no escuches lo que humanos como ellos tienen para decir.

-¿Quieres un helado? Te compraré diez si te animas.

Lea no entendía lo que pasaba, William no parecía ser un mal chico, pero ahi estaban sus amigos tratando de consolarlo.

Se acercó lentamente y se sentó en el pasto, cuando lo hizo, William se acercó y acomodó su cabeza en su regazo colocando su mano en su cabeza.

Esa acción la sorprendió mucho, al mirar a Lucian y Myron, estos la miraron con tristeza, derrepente su pierna comenzó a sentirse húmeda, él estaba llorando.

Suavemente comenzó a acariciarlo, el era tan suave, tenía la tentación de acariciar sus orejas pero se límito a su sedoso cabello blanco.

Miró a Lucian y este asintió con la cabeza, lentamente empezó a acercar su mano hasta que finalmente las tocó, eran tan mullidas que la hizo sentir relajada, sin duda el era alguien especial.

Pudo sentir su tristeza y como esta le atravesaba el alma.

Después de un tiempo, William se calmó y porfin pudieron salir de aquel lugar, Lucian pasó el reporte y ahora deberían seguir su camino.

-No olviden que me deben unas bebidas-Dijo Lea sonriendo

-No lo hemos olvidado, asi que vamos-

Después de un rato, los cuatros ya estaban en las puertas del lugar, este lucía bastante animado y la gente no los miraba como bichos raros.

Después del primer trago, William se fue a acostar a uno de los sofás del lugar y se quedó dormido, Lucian fue a cuidar de él.

-¿Puedo saber porqué tu amigo hizo eso?Preguntó mostrandose empática

-Digamos que aunque ahora no estamos sufriendo, toda nuestra niñez la pasamos realmente mal-Dijo tomando un trago

-Entonces me mentiste-Preguntó sin soltar su bebida

-No, es verdad que sufrí, pero William la paso peor, donde estuvimos no sólo lo trataban como animal de laboratorio como a nosotros, sino que también fue sometido a horribles pruebas para tratar de desaparecer sus orejas y su cola.

-Los del instituto lo veían mal, como si fuera un producto defectuoso, fue tratado tan inhumanamente que ahora su violencia no tiene límites-Dijo recordando.

-Nisiquiera se querían acercar a él, lo sujetaban del cuello con unas pinzas y con bastones de choques picaban su cuerpo ocasionandole quemaduras.

-Nosotros somos su única fuente de amor, aunque eso no impidió que lo transtornara, pero nuestra compañera siempre lograba calmarlo con cariños y diciendole lo bellas que eran sus orejas y lo esponjosa de su cola.

-Pero desde que se fue, no sabemos como mostrarle el nivel de cariño que ella solía darle-Dijo acabandose su bebida de golpe.

Lea tenía un nudo en la garganta, jamás imagino que un chico tan desinteresado en apariencia, pudiera sufrir tanto en silencio, asi que se comprometió a hacerlo sentir bien el tiempo que estuviera con ellos.

-Llevare a William a una posada, ustedes sigan disfrutando de la noche-Dijo Lucian y se alejó con su amigo a su espalda

Ella pudo ver lo rosado de sus mejillas, eso la hizo sonreir, sin duda, William era adorable

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