...Capítulo 2...
...Se Busca...
Mientras Lorelain se disponía a bajar al restaurante, Antón había ordenado buscarla por cielo, tierra y mar, incluso tenía la intención de publicar fotos de ella para que cuando la vieran le avisaran. Esa era una de las ventajas de ser una figura pública.
Antón caminaba de un lugar a otro en su habitación mientras hacía mil llamadas, y se repetía estas palabras: «Nadie deja a Antón, soy yo quien las deja a todas». «¡Eres una infeliz! Pero deja que te tenga en mis manos». «No tendré clemencia por ti y tú me suplicarás mientras yo lo disfrutaré». No había duda de que este ser era malvado, tal vez Lorelain no tenía ni idea de todo lo que le esperaba.
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Lorelain estaba almorzando tranquilamente en el restaurante del hotel, aunque se sentía un poco rara, quizás porque hacía mucho tiempo que ella no salía. Estaba sentada en aquella mesa sola, pero realmente se sentía más acompañada que nunca, porque en aquel lugar había muchas personas almorzando a su alrededor, las cuales miraba con una sonrisa genuina en su rostro, uno que se iluminaba con cada cosa que vivía. Aquel almuerzo era especial, por ser el primero luego de haber dejado a Antón, entonces ha decidido pedirse lo más costoso que hay en aquel menú.
Luego de almorzar quiso caminar un poco por los alrededores del hotel, era bastante grande, además necesitaba hacer la digestión y nada mejor que recrear la vista con los paisajes que había frente a ella.
Con cada paso que daba, una sonrisa se reflejaba en su rostro. Se ha parado justo enfrente del río Tay, que está al cruzar la calle, junto a una estructura gigante que al parecer es un museo en construcción, aunque no está segura de eso porque fue algo que escuchó en el restaurante hace un instante.
Más temprano, cuando Lorelain se registró, la recepcionista le preguntó si quería una habitación con vista a este lugar y ella inmediatamente aceptó. Aunque se ve mejor desde aquí afuera que desde la ventana de su habitación. Un lugar que estaba admirando de lejos, hasta que decidió cruzar la doble vía que la separaba de verlo de cerca. En las aceras del lugar había muchas personas caminando, eran un poco más de las 16 horas y la vista qué había era espectacular, digna de una fotografía con una cámara que no tenía.
Lorelain sentía fascinación por los paisajes y Escocia se prestaba para eso, solo que ella le tenía resentimiento a aquel país y no veía más allá de lo que conocía vagamente de él, pero desde que puso un pie en la estación se dio cuenta de que era un sitio en el cual podía vivir.
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Ha regresado a la habitación luego de pasar casi dos horas caminando a lo largo de la avenida donde estaba el río. Uno que es extenso porque viene desde Reino Unido y atraviesa dos ciudades de Escocia.
Lorelain estaba tan cansada que se ha tirado en la cama al entrar, y mientras estaba ahí sin hacer nada se puso a mirar los colores de la habitación. De repente pensó que necesitaba salir a comprar: ropa, accesorios y un móvil nuevo. Se ha dado cuenta hoy que la gente tiene unos móviles más grandes, y que además tomaban fotografías, algo que sabe que necesitará si desea salir a hacer turismo por la ciudad.
Suspirando se ha levantado casi que arrastrando sus pies hasta llegar a la ventana, donde tenía una vista un poco más completa de la parte alta de la ciudad. Mientras observaba, ha tomado la decisión de buscar un sitio donde vivir. Uno pequeño para que no fuera tan costoso.
Esos pensamientos la hacían sentirse feliz, tan feliz que sonreía mirando el paisaje que tenía frente a ella.
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Había almorzado tanto que no le apetecía comer nada más, y ha decidido solo bajar por un batido al restaurante, ya que el hotel no contaba con servicio de habitación. Estaba tan cansada que solo deseaba dormir plácidamente esta noche, entonces al regresar se ha dado una ducha rápida porque hacía calor.
Pasado unos minutos encendió la televisión y mientras miraba una serie ha recordado a Antón, pero lo hizo con rabia. Él nunca la dejó ver nada, incluso le decía: “¡Entre menos diversión tengas! Más feliz seré yo”. Y le arrebataba el control de las manos bruscamente. Aquel recuerdo la ha hecho apagar de golpe aquel aparato.
Una Lorelain triste y llena de recuerdos difíciles de olvidar, se va a dormir sollozando esta noche luego de un día agotador, pero lleno de vivencias nuevas. Aunque ella muy en el fondo sabe que ha sido un día realmente diferente, pese a todos esos momentos malos que reaparecen en cada paso que da. Quizás lo mejor de todo sea lo lejos que está de él. Eso evita que sienta miedo al acostarse y esto es un cambio importante que le da paz. Acostada de lado abrazando la almohada en aquella cama tan grande se ha quedado dormida.
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Antón estaba desesperado, como si le faltara algo, pero realmente no le faltaba nada. Era su hombría la que estaba herida en este preciso momento, junto a su poder de dominio. Ese que ejercía sobre una Lorelain sumisa.
Ante los ojos de las personas que trabajaban para él, se mostraba como un hombre abatido por el dolor. Pero a sus espaldas decía injurias contra ella. Él nunca le dio el lugar que ella se merecía. Nunca la trató bien, y tampoco fue capaz de demostrarle que ella era importante en su vida.
Un Antón lleno de rabia y destrozando todo a su paso, decía: “¡Lorelain! Te voy a encontrar y cuando lo haga ¡No volverás a salir de esta casa! ¡Eso te lo juró!” —no solo los adornos quedaron esparcidos por el suelo, también los libros de aquella biblioteca—. ¿Por qué será que no quieres entender? —gritaba—. ¡Que tú eres solo mía! Además, ¡Tú me perteneces! Y nadie sobre la tierra puede tocarte, mirarte, o desearte.
—Lorelain, Lorelain… —movía su cabeza en señal de desaprobación—. ¡Has tomado la peor decisión de tu vida! Realmente ¡La peor! Aquellas palabras salieron con un ligero olor a alcohol de su boca.
Antón estaba completamente loco. Él no amaba a Lorelain, y eso era notable a kilómetros. Solo quería estar seguro de que ella era suya, y que nadie más la tendría. Pero ¿por qué actuaba así? Acaso Antón bajó esa apariencia qué mantenía ante todos sus compañeros de trabajo, y amigos, ¿Guardaba algún secreto? O ¿Quizás padecía de alguna enfermedad? Lo cierto era que nunca dejó salir a Lorelain. Ella permanecía en casa todo el día. Solo salió el primer año después de haber empezado a vivir juntos, pero lo hacía solo con él.
Durante 8 años consecutivos ella se quedó en casa. Al principio lo aceptó sin decir nada, quizás porque estaba enamorada de él, pero cuando ella empezó a notar algunos cambios se asustó. De la noche a la mañana, luego de su cumpleaños número 16, la dejó sin comunicación, quitando la línea fija de la casa, además comenzó a revisarle el móvil para cerciorarse que ella no había mandado mensajes de texto o llamado a alguien, durante las horas que él no estaba. Con el tiempo, entre gritos y maltratos, Lorelain empezó a entender que era su prisionera en vez de su compañera.
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Lorelain había dormido como nunca. Esta mañana se había despertado con el ánimo por las nubes, esas que se veían desde su ventana mientras ella aún estaba en la cama. Su mente trabajaba a millón, porque sabía que debía hacer muchas cosas hoy, entre ellas pintarse el cabello, además de hacer un cambio drástico en su apariencia y comprar un móvil. También debía llamar a la única persona que no la había juzgado por aquella locura que cometió nueve años atrás.
Se levanta de la cama muy feliz. Se estira con algo de flojera mientras se dirige al baño, al pasar por el closet ha tomado todas sus cosas de aseo personal para darse una ducha. Aquella bañera la invitaba a relajarse como ayer, pero eso lo dejará para otro momento, o quizás para cuando regrese de hacer las mil cosas que tiene en mente para hoy. Porque desde ahora cada segundo contaba para ella y no piensa perder tiempo hasta no tener todo listo.
Le había preguntado a la recepcionista la dirección del centro comercial más cercano. Como le ha dicho que quedaba cerca, decidió irse caminando para disfrutar del paisaje. Al salir por la puerta del hotel ha mirado en ambas direcciones. Estaba emocionada, tanto que deseaba saludar a la gente que había en la calle, a la vida, sobre todo ¡A la vida! Era su segundo día en este pías y se sentía más viva que nunca.
Unos minutos después ha llegado al Overgate Shopping centre, donde esperaba conseguir en los alrededores una cabina telefónica. Algo que le fue imposible, quizás porque ella aún piensa que vive en el pasado. Al entrar se ha dado cuenta de que aquel lugar era pintoresco como el resto del pueblo de Dundee, o por lo menos lo que había visto ayer en el trayecto de la estación al hotel.
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Luego de recorrer todo el centro comercial, y sentirse como una adolescente al emocionarse con cada cosa que veía. Ha encontrado una tienda donde vendían móviles. Cuando la chica de la tienda le mostró los móviles más básicos que tenían disponibles, inmediatamente Lorelain pensó que sería buena idea comprar uno para utilizarlo cuando hiciera aquella llamada a su amiga en Alemania.
—Srta. ¡Voy a querer uno de estos! Además del otro que me mostró anteriormente. —también había escogido el Xiaomi Redmi 3 s.— ¡Gracias! —le ha dicho Lorelain a la vendedora.
—¡Perfecto! Necesitaré sus datos para ponerlos a su nombre, y debe permitirme su documento de identidad. —le ha dicho la vendedora mientras la miraba.
Lorelain estaba en problemas porque no debía comprar una línea telefónica a su nombre. Eso la delataría rápidamente si Antón llegaba a hacer uso de sus influencias.
—¡Disculpe! Srta. Pero no cargo conmigo mi identificación. Acaso es realmente, ¿necesaria? O podemos hacer algo para solucionarlo de otra manera. —que aquella chica aceptase hacer las cosas de esta manera era lo único que podía salvarla—. ¡Por favor! —le imploro con sus manos y con aquella mirada de angustia.
Aquel por favor debió ser convincente, o tal vez el dinero que le dio demás a la vendedora. En este momento realmente no importaba el motivo por el cual ella la ayudo, lo que realmente importaba era que tenía ambos móviles a su nombre. Lorelain realmente estaba feliz, quizás porque a partir de hoy tendrá un móvil moderno, y no ese que tiene justo ahora en su cartera.
Al salir de aquella tienda se dirigió al salón de belleza, donde se ha tardado poco más de una hora. Aquel tiempo en ese lugar ha sido valioso porque ella se sentía diferente después de ver su rostro, y todo lo que le hicieron. Al llegar la estilista que la atendió le había ofrecido varios servicios, entre ellos estaban: la manicura, el depilado de cejas, y el maquillaje, pero lo mejor de todo ha sido el cambio total en su cabello, uno del que aún no salía de su asombro al verse.
Eran casi las once de la mañana y ella aún no había desayunado, su estómago le había dado señales, entonces ella puso su mano sobre el abdomen mientras sonrió con pena, y miro a su alrededor, pero no había nadie cerca como para que hubieran escuchado aquel crujir de su estómago vacío, así que se dirigió a la feria de comida de aquel centro comercial donde se ha pedido un capuchino junto a un Eclairs. No había mejor desayuno que ese, quizás porque no lo comía desde hacía siglos.
Mientras estaba sentada en aquel lugar, se puso a pensar nuevamente en Antón, y uno de esos pensamientos se ha hecho externo: —“¡Conociendo al personaje! Ya debe estar pegando afiches míos en todo Londres, aunque este cambio de look me ha venido bien porque no me parezco para nada a la Lorelain de ayer"—. Una Sra. Que ha pasado junto a ella se le ha quedado viendo al darse cuenta de que ella hablaba sola mientras se miraba al espejo de su polvo compacto. Uno que además había comprado en aquel salón de belleza.
Cuando terminó de desayunar se puso a recorrer varias veces el centro comercial, porque aún no había decidido a cuál tienda de ropa entraría para hacer sus compras. Hasta que por fin decidió que ingresaría a tres de las tantas que había visto mientras caminaba por el lugar.
No tenía mucho dinero ahorrado y aún tenía unas cuantas cosas por hacer antes de conseguir un empleo en esta ciudad escocesa, pero aquella ropa era necesaria porque no debía usar la que ella tenía, además era poca y fácil de reconocer para Antón y sus guardaespaldas.
En la primera tienda que había entrado compró dos vestidos, eso es algo que ama y colocárselos la hace sentir libre, además compró una falda junto a unas sandalias que le hacían juego. Al salir de aquella tienda iba feliz tarareando una canción.
Al entrar en la segunda compró tres jeans de diferentes colores, junto a unos tops y dos chaquetas cortas que les hacían juego a los jeans. Cuando canceló le han obsequiado por la compra unas gafas oscuras, las cuales se ha colocado inmediatamente.
Y en la tercera y última de las tiendas de ropa ha comprado dos pantalones de vestir, uno crema y el otro negro. También ha comprado dos blusas que combinará con los pantalones, y por último un conjunto de short azul marino con algunas flores en el estampado.
Cuando ya creía estar lista, se ha acordado de los zapatos deportivos, y los compró luego de haber cancelado todo lo anterior en la última tienda donde vendían los que le habían gustado. —«Esto será suficiente por ahora»—. pensó Lorelain al verse las manos llenas de paquetes.
Estaba feliz y agotada, además tenía hambre, esa era una combinación un tanto extraña, pero normal para todo lo vivido hoy. Mirando nuevamente sus manos que aún estaban llenas de paquetes y maltratadas por él peso de las mismas ha decidido almorzar en el centro comercial.
Nuevamente ha vuelto a la feria de comida porque quería almorzar algo rápido. De repente ha visto la hora en la pantalla de un televisor, donde decía que eran casi las 16 horas, entonces debía apresurarse porque quería llegar a probarse toda la ropa antes de dormir. —¡Es la hora de una pizza! —exclamó Lorelain mentalmente—. realmente ella moría por comer una desde hacía bastante tiempo, entonces se ha pedido una con doble queso y mucho pepperoni junto a una Coca-Cola. —«Es la combinación ¡Perfecta!»— pensó al mirar lo que se había pedido.
Mientras se devoraba aquella pizza se ha dado cuenta de que en una de las mesas de la feria estaba sentado el hombre guapo del tren. Su pulso se ha acelerado, y ella no entendía por qué, incluso, no sabía si era de miedo o emoción. Entonces ha terminado rápidamente de comer porque no deseaba que él la viera. Se limpió los labios con la servilleta antes de tomar sus paquetes; luego de levantarse ha pasado, por un lado, de él sin mirarlo ni una sola vez.
Al parecer, él no la había reconocido. Emocionada ha salido de esa área con un pensamiento en mente: —"Mi plan de cambio de look ha dado resultados. ¡Creó!"—. aunque aquella coincidencia lo comprobaba, porque él nunca la miró.
Sus manos estaban llenas de paquetes, pero antes de salir de aquel centro comercial compró algo que le faltaba; una cartera nueva, y se había dado cuenta de que era una compradora compulsiva porque se compró tres en vez de una.
Luego de llegar al hotel ha entrado a la habitación, al mirar su nuevo móvil eran las 18 horas. Ha dejado en el suelo los paquetes y se ha quitado todo para quedarse en su ropa interior, ¡Una que se le había olvidado comprar! De eso se acordó al verse al espejo y tirarse a la cama mientras se reía de eso.
Acostada y mirando al techo de aquel lugar se le ha escapado un pensamiento más: “Es muy extraño coincidir con el hombre del tren. ¡Quizás esto sea culpa del destino, o tal vez casualidad!”. Ante ese pensamiento sonríe. A Lorelain no le era indiferente aquel hombre, aunque muy en el fondo sabía que no debía y tampoco quería sentir nada por nadie nunca más.
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En Londres las cosas estaban más tensas. Antón había mandado a su guardaespaldas, quien además es su mano derecha, a hacerse cargo directamente de la búsqueda de Lorelain. Desde ayer al mediodía le había dado instrucciones de lo que debía hacer. Y aquel hombre había empezado a trabajar inmediatamente.
Estaba tan sumergido en su rabia que le era imposible pensar, y no había querido ir a trabajar, ni ayer ni hoy, aunque él realmente no necesitaba aceptar muchos contratos, tenía uno que cumplir. Pero la idea de descuidar aquella búsqueda le impedía su buen desempeño en el set de grabación. Antón es actor hace más de 20 años.
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Mientras estaba sentado en su biblioteca bebiendo un vaso de whisky, ha llegado Patrick, su hombre de confianza; quien supuestamente le traía noticias de Lorelain.
—¡Dime! ¿Qué sabes de ella? Espero que hoy sí me tengas noticias. No puede ser posible que me digas que se la tragó la tierra. —ha dicho un Antón molesto y dándole un golpe al escritorio antes de ponerse de pie frente a Patrick.
—Sr. Antón, la Srta. Lorelain, ¡No está en Londres! —exclamó el guardaespaldas a su jefe, quien se ha girado sobre sus talones para buscar otro trago de whisky—. ¡La Srta. abordo un vuelo con destino al caribe!
Patrick estaba serio, entonces se cruzó de brazos esperando una reacción por lo que le acababa de decir a su jefe.
Antón acababa de estrellar el vaso contra la pared de la biblioteca. La única que estaba sin cuadros y que ahora estaba llena de aquel licor tan costoso.
—¡De qué demonios! ¿Hablas? —ha gritado girándose nuevamente—. ¡Ella no pudo irse tan lejos! Y menos ¡Sin mí! Además, ¿Con qué dinero? ¿De dónde lo sacó? —piensa y se da un golpe en la cabeza—. ¡Claro! ¡Qué estúpido fui! Ella siempre me pedía dinero, pero yo no sabía para qué era. ¡Con razón lo hacía cuando estaba ebrio! Ella sabía que en ese momento no analizaría la situación. ¿Tú entiendes eso? —ha gritado nuevamente.
—Sr. Yo N-no... —le ha dicho un Patrick aturdido por todo lo que le ha dicho su jefe.
—¡Me usó Patrick! ¡Ella realmente me utilizó! —repetía aquellas palabras con rabia—. Lo hizo para largarse y dejarme. ¡Ella no salía! ¿Cómo fue que jamás me di cuenta? Que durante tanto tiempo ella había planeado este momento. ¿Sabes que es lo peor? ¡Que aquel dinero lo utilizó para dejarme! La muy estúpida, ¡Qué idiota fui! —mientras hablaba apoyó las manos sobre el escritorio con fuerza—. ¿Cómo no me di cuenta de su plan? —Antón estaba más furioso que hace media hora atrás, se acaba de dar cuenta de que su Lorelain lo había timado, y en sus propias narices.
—Sr. No sé qué decirle con respecto a eso, solo sé que ya tengo personal buscándola en el caribe. —le ha dicho un Patrick serio y con cara de preocupación. Entendía lo molesto que estaba su jefe y también sabía de lo que él era capaz si las cosas no se hacían como él quería.
—¡Todos son unos ineptos! —ha gritado nuevamente mientras tomaba por el cuello de la chaqueta a Patrick—. ¡Ella nunca debió salir de esta casa! Y lo hizo porque ninguno de ustedes ¡Se lo impidió! Cómo podrían haberlo hecho si nadie se dio cuenta cuando ¡Se largó! —estaba tan lleno de rabia que tenía no solo la cara roja, sino que también se le marcaban las venas de la cien. Realmente su molestia era demasiada.
—Sr. Le juro que no descansaremos hasta encontrarla. —le ha dicho Patrick mientras se acomodaba el cuello de su chaqueta luego de que él lo soltara.
—¡La quiero aquí mañana! No te daré ni un día más. ¿Te quedo claro? —ha sido su respuesta mientras buscaba otro vaso para servirse nuevamente whisky.
—¡Con su permiso! Debo retirarme Sr. —ha dicho Patrick antes de salir de la biblioteca, estaba molesto por todo lo que había acabado de pasar.
Aquella casa era una cárcel para ella, una que estaba llena de guardias vigilándola constantemente, pero Lorelain se había ganado la confianza y el afecto de ellos, quienes jamás se imaginaron que ese día a primera hora de la mañana, ¡Ella huiría! Ahora deberían pagar de alguna manera por aquel error.
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Amaneció, y Lorelain jamás se dio su baño relajante. Tampoco se puso pijama porque se quedó dormida sin hacer nada de lo que tenía pensado. Ni siquiera llamó a su amiga a quien debía llamar desde ayer. Había mil cosas que hoy debía hacer, y que no podía postergar ni un día más. ¡Ella lo sabía! Entonces suspiro profundo antes de ponerse manos a la obra. Lo primero era aprender a usar aquel móvil, uno que le serviría para buscar un lugar donde mudarse, y deseaba poder conseguir uno con una sola habitación. Mirando aquel aparato hizo clic en el logo del navegador. Ella sabía que debía colocar algo en el buscador porque una vez vio a Antón hacerlo.
Casi una hora después, pudo acceder a las páginas de los lugares donde debía buscar alojamiento temporal, y para su asombro había cientos de ellas, unos eran más bonitos que otros. Luego de tanto revisar le llamaron la atención tres departamentos. De los cuales ha copiado los datos para llamar a cada uno y saber cuál era el mejor para ella.
Luego de revisar todo detalladamente por la web, se levantó de la cama, se duchó, y se vistió, para proceder a hacer las llamadas que tenía que hacer.
Cuando había llamado a dos de los tres números que tenía anotados ha suspirado profundamente. Aquellos arrendadores le pedían muchos documentos que ella no tenía. Al dejar el móvil a un lado de la mesa empezó a sentirse triste y a dudar que podría hacer las cosas fácilmente. Se imaginó todo un escenario dentro de ella. Entonces decidió parar, y mirando la hora bajo a desayunar, eso la ayudaría a despejar un poco la mente.
Al estar en el restaurante observó a una pareja que tenía justo sentada enfrente, se veían recién casados o quizás aún eran novios. La realidad era que ella no había vivido un romance como el de aquellos enamorados que se comían a besos justos ahora y delante de ella. Terminó de desayunar y subió de nuevo a la habitación, prefería regresar y quedarse dentro de ella que observar a esa pareja.
Cuando regresó tomó nuevamente el móvil para llamar a su última alternativa por ahora, mientras hablaba con aquel Sr. el rostro de Lorelain se iluminaba y cambiaba con cada palabra que escuchaba a través de aquel móvil. Ella le hizo una propuesta al arrendador y este accedió sin ningún problema. Le dará dinero a cambio de ahorrarse el papeleo. Aunque tenía miedo de lo que acababa de hacer. Ella estaba decidida y haría lo que fuera por mudarse ¡Ya! Entonces anoto bien la dirección de aquel lugar que queda en Broughty Ferry, y el nombre del propietario. ¡Esto realmente era todo un hecho! Uno que la hizo tirarse a la cama a soñar, porque mañana a las 8:00 de la mañana tendría una cita con aquella persona que le rentaría su departamento.
Ha llegado la hora de almorzar, y aún no había llamado a su amiga, aunque ella sabía que debía hacerlo porque necesitaba ayuda con algo importante, pero le daba miedo, ¡Quizás era por eso que no la llamaba!
Hoy estaba agotada mentalmente porque había pasado todo el día usando el móvil. Se descargó tantas aplicaciones que aquel pobre aparato estallaría, y no era para menos. Pero de todas las redes la que más le gustó fue Facebook, donde se ha creado una cuenta con nombre falso, y sin foto de perfil. Quizás temía que la encontraran, aunque no tenían como hacerlo, ¡Por ahora tal vez era así! Ella sabía que estaba mal esa actitud, pero el miedo a Antón era el que la hacía esconderse de esa manera.
Eran un poco más de las 20 horas cuando bajo por algo para cenar. Lorelain estuvo con el móvil todo el tiempo en la mano. Antes de regresar a la habitación salió por las puertas del lobby para tomar una foto al río Tay, con su móvil. Al subir por el ascensor miró mil veces aquella captura tan hermosa. Estaba realmente feliz de poder vivir cada cosa que hacía. Cuando entró a su habitación ha decidido acostarse porque mañana tendría un día movido desde temprano.
Pasada media hora no había podido quedarse dormida porque desde que se acostó no ha hecho otra cosa que dar vueltas en aquella cama, por estar pensando en Antón. Su mente la traicionaba recordándole que era su tercera noche sin dormir junto a él o por lo menos en casa. ¿Acaso ella lo extraña?
Ha pasado una hora y por fin logró dormirse, aunque lo ha hecho llorando. Se ha despertado de golpe a los pocos minutos. ¡Estaba agitada! Mientras tomaba un poco de agua ha recordado que se ha soñado con él. En aquel sueño la llamaba a lo lejos, entre las tinieblas de la noche. Al escucharlo, ella sintió la necesidad de ir tras él y cuando se acercó él la atrapó con una soga, justo en ese momento ella despertó.
Ella lo había amado durante mucho tiempo, o por lo menos es lo que ella creía, pero ahora siente miedo, rabia y dolor, por todo el daño que le trajo a su corazón.
La madrugada pasa lento para Lorelain, quien no pudo volver a dormir. Se sentía terrible a las 6:00 a.m. de la mañana y no tenía algo caliente para beber. Entonces se duchó, y acomodo su outfit de hoy que era un jean negro, una blusa blanca, y los zapatos deportivos. se vistió, se maquilló, se colocó unas gafas de sol, tomó su cartera y bajo por un té antes de irse a su cita con aquel señor.
Mientras iba en el taxi, ha tomado unas cuantas fotografías de aquellos paisajes hermosos que se encuentran a lo largo del camino, al llegar a aquella edificación se le agrandó su sonrisa, quizás porque el lugar era bastante bonito por fuera.
—Srta. ¡Hemos llegado! —le dice el chofer del taxi a una Lorelain feliz. Algo que se le notaba a kilómetros en su rostro.
—¡Muchas Gracias! Sr. —le ha dicho ella entregándole el dinero en pago por su servicio.
Se ha bajado de aquel coche lentamente. Estaba distraída admirando todo el paisaje. Desde el cual puede verse el mar, aquel lugar está en la costa de Dundee. Al mirar la fachada del edificio se da cuenta de que es de piedra, y que además está bastante cuidada para ser una edificación tan antigua. El departamento queda en la planta baja. Decía en la publicación que salía por internet. Realmente es muy fácil enamorarte solo con ver todo lo que hay antes de llegar a esta calle sin salida.
Suspirando de la emoción caminó hasta la entrada, donde a cada lado hay unas jardineras con unos materos con plantas pequeñas del lado derecho y del otro había arbustos más grandes. En la puerta la esperaba el propietario. Es un Sr. Mayor, quien le ha sonreído al verla.
—Buenos días, Srta. ¡Mucho gusto! Mi nombre es Arnold. ¡Por favor acompáñeme! Que le mostraré el lugar. —le ha dicho el Sr. Antes de abrir la puerta para que entraran al departamento.
—Buenos días, Sr. Arnold, ¡Mucho gusto! Mi nombre es Eleonor. —le ha dicho una Lorelain segura de lo que acababa de hacer. Ahora más que nunca estaba convencida de que debía llamar a su amiga. Necesitaba aquel favor ¡Urgentemente!
Al entrar por la puerta se ha dado cuenta de cada detalle de aquel lugar. El cual admiraba con una sonrisa en su rostro, nada de lo que le estaba pasando justo ahora se lo había imaginado antes.
Mientras pasaba sus manos por la pared, estaba visualizando todo a su alrededor. Aquel blanco con beige de las paredes combinaba a la perfección con los muebles coloridos, realmente a ella le ha gustado todo lo que hay dentro de aquel departamento.
Unos minutos después procede a cerrar el trato con el Sr. Quien le hará la entrega de las llaves con una condición. Debe entregarle los documentos. Luego de llegar a un acuerdo entre ambas partes. Lorelain sabe que deberá resolver lo de los documentos antes de que terminen los tres meses siguientes, o de lo contrario deberá desalojar el lugar.
Lorelain ahora Eleonor para los demás, se ha marchado llena de esperanzas y con la emoción de realizar su mudanza mañana a primera hora. Mientras va en el taxi de regreso al hotel, ha mirado la hora y le dice al conductor que mejor la deje en el centro de la ciudad. Eran las 11:00 a.m. de la mañana, aún estaba a tiempo de caminar un poco, y almorzar algo antes de regresar al hotel, además era mejor hacer aquella llamada a su mejor amiga desde el centro.
Lorelain recorrió los alrededores en menos de una hora, realmente es un sitio pequeño, y tampoco entró a ninguna de sus atracciones culturales, eso deseaba dejarlo para después. Con cada hora que pasaba en aquel lugar, ella se enamoraba más de su gente y de la ciudad.
Unos minutos más tarde se sentó en un café, e hizo el intento de llamar a su amiga, pero no le respondieron en aquel teléfono fijo. Le tocaría llamar en otro momento, tal vez no había nadie en casa o ya no vivían ahí. Se ha terminado su café, se levantó y salió a caminar un poco más hasta llegar a un restaurante que estaba cerca, quería probar algo de comida escocesa y en el centro había restaurantes por doquier.
Apenas entró al restaurante, sus ojos se han centrado en aquel hombre que estaba sentado junto a una dama muy hermosa, e inmediatamente ella se imaginó que era su novia. Ha dudado por unos segundos si se quedaba o se marchaba de aquel sitio, pero respirando profundo se sentó en una mesa cerca de la puerta.
No pasó desapercibida ante la mirada de él, ella lo pudo notar, pero se sentó sin darle importancia y haciendo como si no fuera con ella. Estaba diferente y ella lo sabía, era imposible que él la reconociera. Mientras esperaba que la atendieran, recordó su pensamiento de ayer y sonríe. Dándose cuenta de que ya no era casualidad, ni coincidencia, tal vez era el destino.
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En Londres las cosas estaban peor. La desesperación de Antón era mayor al ver que pasaban los días y ella aún no aparecía. Patrick acababa de regresar y al parecer traía noticias de Lorelain, pero debía esperar un momento porque su jefe estaba reunido con su manager.
—¡Tengo información de la Srta. Lorelain! —ha respondido Patrick.
—Dime de una vez ¿Qué es lo que sabes? —Antón estaba desesperado por sacarle aquella información a su guardaespaldas.
—¡La Srta. Lorelain está en Escocia! —Patrick estaba serio al decirlo—. ¡Esta misma noche tomaré el tren nocturno con destino a Dundee! —ha exclamado Patrick.
El rostro de Antón, era de confusión, ¿Quién jugaba con sus emociones? Hasta hace unas horas, ella se había marchado al caribe, ahora estaba en ¿Escocia? ¿Cómo era posible? Antón se ha sentado en el sofá junto a la chimenea mientras Patrick estaba de pie cerca de la entrada. Él era la mano derecha de Antón. Su hombre de confianza, uno que haría lo que fuera por su jefe, incluso delatarla a ella.
*El hotel solo cuenta con ducha, no tiene bañera. Además, fue construido dos años después de la fecha de mi historia, no existía en el 2016, incluso debo acotar que la estación en la actualidad se encuentra sobre el mismo hotel Sleeperz. (Tanto la estación del tren como el hotel fueron inauguradas en el mismo año) (2018)
╰┈➤ Nota de la Autora:
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Hola, actualmente me encuentro editando la novela, subiré un capítulo editado a la semana, si puedo más se darán cuenta, pero no quiero prometer nada. La novela está narrada en 3.ª persona y con diálogos editados. Espero contar con su apoyo y comprensión, disfruten de esta nueva versión de Lorelain, la cual mantiene la trama original, solo estará más desarrollada.
Esta novela es de mi autoría, Derechos Reservados.
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Updated 51 Episodes
Comments
You Crazy💋
ojala que busque a sus padres.. para mi que la tenia secuestrada
2022-12-27
0
Deysi del Carmen Alvarez garcia
m gusta mucho , bueno ojalá esté psicópata de Antón nunca la encuentre
2022-08-03
3
Vanessa Ceci
Odio a Antón lo odio
2022-05-18
1