Capítulo 4. El pacto

Capitulo 4 El Pacto

Bueno, todo estaba claro. Mi último y único acto valiente había sido una enorme quivocación con terribles repercusiones.

Me sentía muy triste por ello.

Helen – Bueno. Gracias por explicarme todo esto. Y ahora, ¿ Qué sigue ? ¿ Por donde salgo para ir al limbo ?

Hacham – ¿ Te gustaría regresar a la tierra ?

Su pregunta fue sin ningún tono. Casi indiferente. Pero su mirada parecía la de un gato a punto de brincar sobre su presa. Mientras que Tariff fingía mirar su tablet.

Helen - No gracias. No hay nada para mi ahí. ¿ Regresar a continuar envejeciendo ? No. Gracias

Tariff – Bien, ya escuchaste, no le interesa. Pasa por aquí y te guiare al lugar que te corresponde.

Dice estas palabras al tiempo que pone su mano en mi espalda empujándome suavemente.

Hacham – Tranquilo, no tan rápido. No te ofrezco que regreses al tiempo exacto de tu partida, eso seria deprimente e inútil.

¿ Que te parecería regresar a tu vida siendo una jovencita, una niña o recién nacida. ¿ Que tal a los quince años ?

Helen – ¡ Noooo ! A esa edad, no.

Hacham me miro y note una mirada de pena. Como si supiera lo que me había pasado a esa edad. Y tal vez así era.

Hacham – Sí. El acné y las hormonas no es una buena etapa. ¿ De unos veinte ? Es mejor.

Helen – Prefiero regresar a la edad de diez años. Y, si decido regresar a mi vida les pido tener todos los recuerdos y conocimiento de esta vida y de todo lo que ha ocurrido hoy.

Ellos intercambiaron miradas. Tariff movió la cabeza asintiendo y Hacham parecía contento con mi planteamiento. Sonreí y los mire directamente.

Helen – ¿Y qué ganan ustedes con esto?

Y no me salgan con la idiotez de que me merezco una segunda oportunidad, porque eso ni yo me lo creo.

Ellos intercambiaron miradas de sorpresa ante el súbito cambio de mi actitud y tono de mi voz.

Hablaron entre ellos en su idioma y por momentos Hacham reía y daba pequeños brincos como burlándose de Tariff.

Cuando ambos dejaron de hablar se acercaron a mi, viéndome de manera inquisitiva.

Hacham – Correcto, ahora que ya dejaste de ser insípida ¿ Qué tienes en tu cabecita ?

Helen – Es mas que obvio que por alguna razón quieren que regrese. Él, no tanto (refiriéndome a Tariff). ¿ Cuál es el truco ?

Tariff – Y justo hoy decide estrenar su habilidad de observación y manipulación.

Hacham – Y no olvides su espíritu heroico (en tono de burla). Cualquiera estaría feliz de una segunda oportunidad. ¿ Tú porqué no ?

Helen – Disculpen que no brinque de alegría por regresar a la mierda de vida de la que por fin logre salir, pero sé bien que nada es gratis.

Hacham – Así es. Tenemos una especie de apuesta y tú fuiste elegida como conejillo de prueba.

Tariff – Yo no estoy muy de acuerdo con esto.

Hacham - Callate pusilánime, me lo debes. Y ambos sabemos que tienes tus motivos para querer que ella acepte regresar. Así que, dime ¿ Qué quieres para cerrar el trato ?

Helen – Tengo unas ideas, pero me gustaría saber antes que esperan de mi.

Hacham – Yo quiero ver tu potencia total. Quiero que liberes a la bestia hambrienta encerrada en tu cárcel de moralidad y buenas costumbres. Lo dice con una voz melosa mientras camina alrededor de mi.

Y claro, también pido tu alma, cuando dice esto se detiene justamente frente a mi con una enorme sonrisa.

Helen – ¿ Mi alma ?

Hacham – ¿ Qué ? Ya la tuviste cuarenta y seis años y como ya sabemos, no conseguiste hacer nada relevante.Y te impondré dos tareas en tu vida y tendrás que hacerlos sin cuestionar.

Helen – ¿Y que desea usted? ( observo a Tariff )

Tariff – Deseo que no aceptes nada de esto.

Helen – Una eternidad en el limbo o la oportunidad de volver bajo mis propios términos. Creo que no es mucho lo que tengo que pensar. Bien, quiero pedirles lo siguiente:

Primero : como ya lo mencione, recordar mi vida y todo lo ocurrido este día en su totalidad.

Segundo : les pediré dos dones extra a los que se me dieron antes de nacer y, para que no se compliquen, cada uno puede darme uno.

Tercero : no cumpliré dos de tus ordenes como un perro, Hacham. En su lugar te cumpliré cinco, pero sera mi decisión cuales hacer.

Hacham – Ok. Acepto el trueque, pero deberás cumplir las cinco antes de tu cumpleaños cuarenta. O créeme que pasaras la eternidad repitiendo una y otra vez el peor momento de tu vida. Sus ojos eran fríos y sus palabras me provocaron un miedo aterrador.

Sentí que no mentía. Aspire hondo e intente parecer tranquila.

Helen — Cuarto: ninguno de los dos puede volver a leer mi mente sin mi permiso expreso.

Hacham – ¿ Es todo ?

Helen – Creo que si.

Hacham – Ok. ¿ Y cuales serian esos dones o habilidades que deseas ?

Helen – De Tariff pido poseer una memoria eidética y de usted la habilidad de aprender idiomas rápida y correctamente.

Hacham – Correcto. Lo que pides no es tan complicado. Pero, como todo contrato, tiene reglas que deberás cumplir al pie de la letra.

Primero : no puedes mencionar, comentar, insinuar o escribir nada de lo que ha ocurrido hoy o de tu vida pasada con nadie o nada.

Segundo : no puedes lucrar económicamente en cantidades elevadas a tu favor con acontecimientos de los cuales ya tienes previo conocimiento por tu vida pasada.

Tercero : no puedes hacer cambios drásticos en la historia del mundo con intención consiente de ello, sin importar si es para tu beneficio o el de salvar a otras personas.

Cuarto : puedes mejorar o cambiar tu vida y por consecuencia la de los que te rodean, pero no puedes ocuparte de arreglarles la vida.

Quinto: tu vida terminara en la misma fecha en la que termino, pero la forma podría cambiar ¿ Eso lo comprendes ?

Esta última regla la menciono Tariff de manera rápida. Asentí con la cabeza. Claro que comprendí.

Hacham – El que tu vida termine a la misma edad no significa que la calidad de vida sea igual (nota que parezco no entender esto último). Es decir, tu cuerpo. Si no lo cuidas y tiene un accidente, puede terminar los últimos años en silla de ruedas o como un vegetal. Puedes cambiar tu vida y vivirla como te parezca mejor. No intervendremos a menos que sea necesario ¿ Has comprendido ?

Helen – Creo que si ¿ Y los seguiré viendo ?

Hacham - ¡ Awww ! ¡ Que ternura ! Quiere seguir viéndonos Tariff. Esto no es el club del libro. Consigue tus propios amigos.

Tariff – Tal vez no nos vuelvas a ver, pero nosotros te observaremos, ocasionalmente.

Helen - ¿ Es todo ?

Hacham – Creo que si.

Helen – Y ahora ¿ Qué sigue ?

Hacham se acerca mi y sin más me abraza fuertemente. Siento sus manos en mi espalda. Las mueve de manera lenta, casi como una caricia. Yo no puedo moverme. Apenas puedo respirar. Sube sus manos y tomando fuertemente mi cara me levanta a la altura de su rostro.

No puedo moverme. Veo directamente sus impresionantes ojos.

En ese momento siento las manos de Tariff en mi cabeza (esta detrás de mi). Escucho el idioma de ellos casi como una oración al unísono y luego . . . Nada.

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Capítulo 3. El camino al infierno esta lleno de buenas intenciones

Capítulo 5 El Regreso

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