13. Intruso

El día de hoy ha sido extenuante. Comunicar a los soldados que iremos a una guerra nunca es algo agradable. Su espíritu y vida estan dedicados a nuestro imperio. Debo guiarlos y regresar con todos y cada uno de ellos, de otra forma no podré ver a las caras a sus familias..

Según el informe enviado por Trove, podemos estimar el tiempo que nos llevará este asunto. Si logramos evitar el enfrentamiento, las negociaciones con el reinado Sur podrían demorarse hasta un mes.

Sin embargo, si el enfrentamiento sucede, podría durar mucho más tiempo que ese.

Desde antes de convertirme en adulto, mi vida esta dedicada a la guerra y la defensa de nuestro imperio, por su seguridad, grandeza y prosperidad. Día a día dedico horas al entrenamiento de la espada, me reúno con los altos mandos para analizar la situación militar. Buscamos posibles alianzas y estrategias para favorecer nuestro basto territorio.

Jamás dude al momento de partir, mis pensamientos solo iban dirigidos a cortar la cabeza de los líderes enemigos. Sin embargo, hay algo que está vez es diferente.

Celine.

"Que estará haciendo ella ahora...?"

Es casi medianoche, probablemente esté plácidamente dormida. Seguro su sueño es amargo al saber que su padre y hermano partirán mañana a la guerra. Desearía poder consolarla de alguna forma, decirle que los traeré de regreso ilesos.

Si algo sucediera, y tuviera que darle una noticia que la lastime, jamás podría perdonarmelo.

Extrañamente, está vez quisiera que la guerra dure poco tiempo..

"Quisiera verla una vez más antes de partir.."

Decido salir a tomar un poco de aire. Es difícil consiliar el sueño, por lo que despejar la mente en estos momentos me ayudara.

Salgo a los jardines de mi palacio y me dirijo a los establos, allí está mi gran compañero.

"Siento molestarte ahora, podríamos caminar un poco?"

"Prrrrfff"

Tomo mi caballo y salimos de la propiedad. Cabalgando lentamente por los senderos oscuros, sin señal de alguna persona. Solo el sonido de los animales y algunas bestias a lo lejos.

Sin darme cuenta me he alejado bastante, debería regresar. Es egoísta de mi parte tenerlo cabalgando a estas horas cuando nos espera un largo viaje en la mañana.

Me dispongo a dar la vuelta para regresar cuando me doy cuenta de algo.

"Es esta la mansión del duque Rosh?"

Logro darme cuenta que estoy parado justamente en la parte trasera de la mansión.

No puede ser, perdido en mis pensamientos termine viniendo hasta ellos. Esto es ridículo, si alguien me viera sería todo un problema.

Nuevamente retomo la vuelta, pero..

"Y si.. solo por un momento, pudiera verla?"

Los recuerdos de sus cálidas manos, sus mejillas rosadas y la dulce sonrisa de Celine vinieron a mi. Realmente no se que me está pasando, jamás tuve estas cosas en mi mente, pero yo realmente quiero verla antes de partir. Soy un idiota.

Sigilosamente rodeo la mansión, para mí suerte he estado aquí algunas veces cuando era más joven.

Recuerdo aquella vez que Félix fingió estar enfermo para no asistir al entrenamiento, teníamos tan solo once años. Me presenté en la mansión exigiendo ver qué tan mala era su condición. La mansión se volvió un caos ya que el tan enfermo Félix, estaba en la habitación de su pequeña hermana jugando a la fiesta de té.

Desde ese día, tras recibir un castigo de doble jornada de entrenamiento durante un mes, jamás volvió a faltar. Ni una sola vez.

Pero gracias a ese tonto episodio, puedo saber perfectamente dónde es su habitación.

"Justamente aquí."

De unos cuantos saltos, subo hasta el balcón de la habitación de Celine. Intento no hacer ruido ya que ella podría estar despierta, si me viera en esta situación no se que pasaría.

Cuidadosamente me acerco a su ventana. Las cortinas están un poco abiertas por lo que el interior es visible.

"Dormida.."

Puedo ver a alguien muy pequeña sobre esa enorme cama, parece tan frágil e indefensa. Me apoyo levemente sobre la ventana y está se abre.

"Cómo puede esta mujer ser tan descuidada. Cualquier loco desagradable podría meterse!"

Que estoy diciendo, yo soy ese loco....

Abro lentamente un poco más la ventana y asegurándome que aún sigue dormida, logro ingresar en silencio. El aroma en la habitación es embriagador. Tan dulce y refrescante.

Camino despacio hacia donde se encontraba la cama. Allí está ella, verla dormir hace que no pueda pensar en nada más, tal como aquel día en el lago. Su presencia me tranquiliza, es difícil de explicarlo con palabras, pero cuando la veo siento que todo es calma..

Me quedo algunos segundos simplemente parado observándola. Tengo el deseo de que se despierte y pueda hablar con ella al menos algunas palabras, pero eso no sería bueno ahora mismo. Solo soy capas de observarla a lo lejos.

Lentamente un mechón de su pelo se desliza por su rostro. Instintivamente llevo mi mano a este y lo coloco en su lugar.

Suave.

Debería irme, esto que estoy haciendo no está bien. No debería estar aquí como un intruso corrompiendo su tranquilidad. Aunque mi respiración se entrecorte, y mis pensamientos vuelvan a la guerra, lentamente abandono la habitación.

"Perdón por entrar sin tu permiso, sin embargo ahora más que nunca, se que tengo que volver lo antes posible."

Vuelvo a montar mi caballo y rápidamente retomo el camino hacia mi palacio.

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(Punto de vista Celine)

Abro los ojos y aún no amanece, sin embargo me dispongo a salir de la amplia cama. Algo dentro de mí se siente nervioso, asustado.

"Toc toc. Señorita voy a entrar"

"Buenos días Lina"

"Buenos días señorita Celine, veo que ya está despierta. Se siente usted bien?"

"No, no me siento bien. Pensar que mi padre y hermano se irán en unos momentos hace que mi corazón se sienta herido, Lina"

"No piense eso señorita, ellos son los hombres más fuertes que jamás hayamos visto! Seguramente en cuanto menos lo esperemos, regresarán victoriosos, ya verá."

"Si... tienes razón"

Aunque no puedo evitar la tristeza, debo alistarme y mostrar mi mejor cara cuando los vea. De ninguna manera deberían irse con la imagen de su tonta hija, hermana, llorando por ellos. Se supone que volverán llenos de orgullo y victoria. Llorar por su partida es una deshonra.

Rápidamente Lina ayuda a prepararme y bajamos al salón. Allí ya se encontraba mi madre dando las ordenes para que todo esté listo antes de que llegue la hora de la partida.

Luego de un momento, mi padre y hermano ya se encontraban en el salón también. Todos nos reunimos y tomamos un alegre desayuno como todos los días. Félix solo decía tonterías como, que al regresar esta vez definitivamente conseguiría una compañera. A lo que mi padre escupió su té riéndose de este.

Pasamos un tiempo increíblemente cálido. Por un momento olvidamos que está era una despedida después de todo. Concluimos y la hora de partida llegó.

"Adiós querida esposa, mi preciosa hija. Cuidense mutuamente mientras estamos fuera. Prometo que no será mucho tiempo esta vez"

"Adiós madre, hermana. Por favor manténgase alegres hasta nuestro retorno" dice con una sonrisa

Tan solo esas palabras hacia un nudo en mi garganta. Realmente no quiero que se vayan, por qué tienen que ir? Es injusto...

Tan solo me límite a abrazarlos con fuerza y desearles un buen pasar.

Cuando su carruaje ya no era visible a lo lejos, mi madre y yo nos tomamos de las manos y comenzamos a llorar. Espero que está vez se cumpla la promesa de mi padre de que volverán pronto..

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