1. Un encuentro algo casual

EZRA

Hilton Midtown de Nueva York

23 de Noviembre de 2015- Premios Emmy

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2 horas antes del evento

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Me sirvo un trago de whisky aún con el corbatín suelto. Necesitaba calmarme. Me asomo por la ventana y me dejo llevar por la increíble vista que me devolvía Nueva York.

Faltaba poco para bajar al lobby del hotel y tener que hacer acto de presencia en los premios Emmy y fingir como si yo también fuera actor, felicidad y orgullo por mi hermosa supuesta novia, la actriz Allyson Larson.

Ally había sido nominada como mejor actriz dramática por su papel en la serie "Tu y Yo", y yo como su novio, debía acompañarla, pues después de todo, éramos la pareja del momento.

—¿Se puede?— Camilo toca la puerta y abre sin esperar a que yo responda. Me le quedo mirando molesto mientras veo que va vestido con ropa deportiva, abre la nevera del minibar, saca el frasco de macadamias, y se sienta a observar me mientras va comiendo masticando de una manera particularmente molesta. Yo volteo y sigo mirando por la ventana.

—¿De verdad vas a acompañarla a los Emmy?—pregunta, como si estuviera incluso más indignado que yo. — Ezra, no entiendo porque sigues en esto, es decir ... ¿hasta cuándo vas a seguir jugando a la casita con ella y complaciendo la en todo en nombre de esa farsa? Ella no está haciendo bien su parte del trato...

Vuelvo a dejar de ver por la ventana y ahora veo fijamente a Camilo.

—Yo se lo que hago Cam—El me mira sin entender porque demonios no estaba molesto con Allyson por su falta de respeto hacia nuestro trato. Eso que me "había hecho" si llegaba a oídos de los medios, sería el fin de mi familia. Un maldito error así sea de ella, le pondría fin al trato y eso no podía pasar.

Ante la gente que nos rodeaba, yo me mostraba neutro, porque después de todo, el noviazgo era una farsa pero de hecho, estaba muerto de la furia.

—¿Crees que ella venga con ese hombre para acá? — Abro mucho los ojos ante tal posibilidad pues ese imbécil la seguía como un perro faldero.

—No creo que ella sea tan estúpida como para aparecerse con él. Si el rumor se expande, estamos perdidos Camilo

—¿Crees que no lo sé?— digo irritado. En eso, tocan a la puerta y cuando digo que puede entrar, una espectacular Ally pasa a mi habitación, con un vestido azul que la hacia lucir como una princesa.

Estaba preciosa. Sus ojos azules resaltaban y sus cabellos castaños caían sobre sus hombros. ¿Por qué carajos tenía que ser tan hermosa? Maldita sea

—¿Puedo hablar contigo?—dice. Me quedo en silencio observando la. Por un momento nos quedamos ambos fijamente mirándonos a los ojos.

Miro a Camilo y el me entiende la seña. Si, si necesitaba hablar con ella. El la mira con desdén y sale de la habitación.

—Bien, soy todo oídos Ally—Al decir eso, volteo nuevamente y me quedo de nuevo atrapado por la vista.

—Brandon está aquí— anuncia sin anestesia y volteo a mirarla lleno de furia— irá con nosotros, después de todo es mi guardaespalda.

Me río ante sus palabras con amargura...

—Justo cuando creo que eres inteligente, sales con esto Allyson. ¿Acaso quieres que se descubra todo? ¿Sabes lo que pasaría si la cagas? No pues a la señorita vanidad eso le da igual porque quien saldría perdiendo sería yo. No tu, sino yo... Si es por mostrar un juguete sexual en esos premios, entra con él, yo sobró como siempre

—Ezra, no te pongas así, sabes bien que esto es una farsa y que debes estar a mi lado, pero Brandon es...—la interrumpo

—Tu maldito novio, si lo sé Allyson, es el novio que te niegas dejar aún y cuando te encanta coger conmigo. Yo como un idiota respetando el trato, siendo fiel y tú, en la misma vida de hace dos años. Ah pero con novio empresario a bordo para las fotos. Me estoy cansando de esta mierda Allyson.

Ella camina en mi dirección

—Aléjate o no respondo— le digo y ella se detiene en seco.

—¡No entiendo porque estás molesto Ezra!

—¿No entiendes porque estoy molesto? ¿En serio eres tan ingenua?

Nos quedamos mirando fijamente y no pude evitar recordar el día que la conocí.

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NUEVA YORK. 15 DE JULIO DE 2013

EVENTO DE CARIDAD PARA LA FUNDACIÓN FORMAGGIA

Iba en mi auto al evento de caridad anual de los Formaggia. Viendo la luz roja del semáforo y con ambas manos en el volante, aún tenía en mi mente la absurda petición que mi padre y Enzo me habían hecho. ¿Cómo carajos termine aceptando?

Estaciono en el sótano del edificio y bajo del auto cuestionando mi pasividad al no indagar sobre el trasfondo de la situación. Llamo al ascensor y de pronto siento ansiedad. Me monto al mismo con la mente dando vueltas hasta que, la abrirse las puertas, la opulencia del lugar me saco de mi drama.

Mi madre se había esmerado mucho en la decoración del salón de San Diego. Hoy sería la gala de caridad más esperada del año para ella.

La Fundación Formaggia lograba recaudar millones que se destinan a familias desprotegidas y mi madre se esmeraba en que todo quedara perfecto.

A pesar de lo que estaba a punto de pasarle a mi vida, en lugar de pasar de este evento, decidí asistir y por supuesto, llegué más temprano para evitar la entrada llena de fotógrafos pescando a ver qué famoso llegaba. En el gran salón, las personas iban y venían ultimando los detalles y yo, me sentí desubicado como siempre solía pasarme en eventos familiares.

Subo a la azotea del edificio pues se me antojaba un cigarrillo y como buen hijo respetuoso, mis padres ignoraban que su hijo formaba parte de ese porcentaje de población adicta la tabaco.

Al llegar, veo a una chica con un hermoso vestido negro y sus largos cabellos castaños, llegaban a sus caderas. La brisa estaba fría y la chica se abrazaba a si misma.

Me acerco a ella lentamente.

—¿Tiene frío?— le pregunto

Ella se sobresalta y cuando voltea, veo que de hecho es muy hermosa. ¿Dónde la he visto? fue la primera pregunta que empezó a sonar en mi cabeza. Tiene unos increíbles ojos azules pero se notaba que había llorado. ¿Por qué estará llorando?

—Si, algo...—dice mirándome fijamente

Camino para acercarme y ella vuelve a mirar por el balcón de la azotea. Me quito el saco y se lo paso sobre sus delgados hombros y me quedo parado detrás de ella.

—Me disculpa la pregunta... pero... ¿Por qué tan sola?—le pregunto al oído

—Me acaban de dar una noticia muy mala para mí y, simplemente subí acá a tratar de... despejar mi mente un poco— Vaya, ya tenía algo en común con ella.

—Te entiendo... pero si pescas un resfriado, la cosa no acabará bien... hace mucho frío señorita ... —digo esperando saber su nombre

—Al...Marie... me llamo Marie... ¿y usted?

—Soy Ezra... — le digo y nos quedamos mirando fijamente.

—¿Ezra? Tal vez le parezca raro que una extraña le diga esto pero ... Si le pido que me bese en los labios, ¿Lo haría?

Me sorprendió su sinceridad. ¿Quiere que la bese?

—Si lo haría pero primero le preguntaría el porque... no quisiera aprovecharme de us...— ella se voltea y quedamos frente a frente— ted...

—¿El por qué? — dice levantando las cejas y sonriendo de manera nerviosa— es que... hoy se me acaba la vida

No me dejó procesar sus palabras. Posó sus labios sobre los míos y ya sin pensarlo cerré los ojos y le respondí el beso. Busque frenéticamente su lengua y al tocarla con la mía ella gimió con suavidad y ese perfecto sonido lo sentí en mi entrepierna.

Ella comienza a soltarme el corbatín y entonces abro los ojos y tomo sus manos para detenerla

—No me detengas... Quiero que me hagas tuya— me dice llena deseo. ¿Qué carajos...? pensé con la chica guindada de mi cuello rosando con su lengua, a mi lengua y entonces me deje llevar.

La deje hacer lo que ella quería. Me afloja la corbata y comienza a besar mi cuello. Desabrochó mi camisa y me la quitó arrojándola al suelo dejando la corbata en mi cuello.

Había frío pero eso paso a segundo plano. Yo levanté su vestido y me encontré con sus bragas las cuales le quité y me las metí en el bolsillo de mi pantalón.

Ella me quita la correa, me abre el pantalón y lo toma con sus manos y me m*****ba un rato. Le bajé las tiras de su vestido negro para dejar sus senos al aire y así poder besarlos hasta que decido levantarla sobre mis caderas y penetrarla. Le hago el amor a Marie, la chica desconocida de la azotea.

De cierto modo esto sería una especie de despedida de mi vida social de hombre soltero ya que a partir de mañana tendría que serle fiel a una novia falsa gracias a la estúpida petición de mi padre.

Seguía embistiendo la hasta que llegamos al c****x juntos, con la respiración entrecortada. Esta mujer hermosa se me había entregado sin saber nada más que mi nombre y sencillamente me había encantado.

Luego de vestirnos nos besamos un rato lo cual era mucho mejor que el incómodo silencio que podría surgir después de lo que acababa de pasar.

—No se que está pasando en tu vida pero quiero que sepas que todo estará bien— le digo mirándola a los ojos

—Gracias Ezra ... y gracias por no juzgar mi comportamiento— sonrío y tomo su rostro y de pronto me encontré haciendo una pregunta que no podía hacer

—¿Puedo invitarte a salir?— pregunto arrepintiendo me al instante pues yo ya no podía salir con nadie

—No puedo...—y sonríe

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Nos despedimos y entonces ella entro la edificio y me quedé solo en la azotea. Encendí mi cigarrillo recordando lo que acababa de pasar. Seguía con la sensación de que había visto a Marie antes, pero no lograba ubicar en dónde. Entro al edificio y bajo por el ascensor hasta el piso del evento.

Todo estaba listo y a punto de comenzar. Me siento en la mesa junto a mi familia. Mi padre Edward, estaba revisando unas cosas de último minuto junto a su asistente, Antoan.

Mi madre, Sofía se tomaba un trago. Enzo por su parte hablaba con Emma, su novia. Yo aprovechando que siempre me ignoraban, solo seguía recordando lo que acababa de pasar hace un momento con esa chica desconocida, Marie.

De pronto salgo de mi trance y miro hacia la derecha y allí estaba ella sentada en la mesa de al lado junto a varias personas. Pude reconocer a uno de ellos como Alexander Larson. Era presidente de PetroVen, y por su puesto, un hombre tan importante como mi padre en el mundo de los negocios.

Mi padre, quien estaba sentado junto a mi, al ver que yo no quitaba la vista de la mesa donde esa chica estaba junto a Larson, se fija y se da cuenta de que él está allí...

Mi padre toca mi hombro y me dice al oído

—Ezra ¿Recuerdas nuestra conversación de esta mañana?—Aparto la vista de la mesa y le prestó atención a mi padre

— ¿Cuál de todas? ¿La charla de que un Formaggia no debería usar tatuajes? ¿O de pronto esa donde por algún extraño motivo debo fingir ser el novio de una actriz y casarme con ella?— Una de las cosas que había heredado de mi familia era el sarcasmo. Mi padre me mira fijamente.

—Dijiste que estabas de acuerdo...— dice en tono serio

—Papá... haré lo que tenga que hacer. ¿De acuerdo? Se que mi estilo de vida te avergüenza. Se que no crees que yo me merezca llevar el apellido Formaggia. Se que crees que soy la calamidad de 24 años que solo gasta tu dinero y muy por encima de esto, se que soy tu única salida porque ni Enzo ni Erika pueden.

—Ezra esto es algo serio. No quiero que quedes mal en esto. Necesito que me des tu palabra de que todo va a salir bien y harás tú parte con esa chica— pongo los ojos en blanco

—Ya dije que lo haré papá...

—¿Entonces quita esa cara? Un Formaggia jamás muestra sus sentimientos. Siempre con gesto neutro.

No puedo evitar poner nuevamente los ojos en blanco. Me revolvía el estómago cada vez que decía: "Un Formaggia jamás..." "Un Formaggia debe..." "Un Formaggia es..." Por eso al cumplir 18 me había largado a viajar por el mundo. Para ser simplemente yo y no un puto Formaggia.

—De acuerdo, pondré gesto neutro como todo un Formaggia—digo con ironía— en fin, porqué me recordabas LA CONVERSACIÓN— pelo los ojos y digo "La conversación" con dramatismo

—¿Ves a ese hombre sentado en esa mesa?— asiento con la cabeza. Era Alexander Larson, el hombre que estaba sentado la lado de Marie —El es Alexander Larson. Presidente de PetroVen.

—¿Y?— pregunto levantando una ceja

—Con el haremos el contrato Ezra. El es el padre de la chica—¿Que carajos? Me enderezó en mi asiento y respiro profundo.

Papá continúa hablando.

—La joven de cabellos castaños que tiene al lado es su hija— se me viene el alma a los pies, pues a su lado estaba Marie, la chica sexo casual de la azotea— se llama Allyson... Ella es la otra parte del aval...

—¿Allyson?— pregunto sin dejar de verla pues hace un rato me la había cogido y se llamaba de otra manera.

La cabeza me daba vueltas. De pronto entendí sus palabras: "hoy se me acaba la vida"

—¿Ella es con quién debo...?—Me interrumpe

—Si... ella debe ser tu novia y eventualmente, tu esposa—Carajos... Marie la desconocida, era mi futura novia y esposa

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Si ya estaba incómodo en la cena del evento de caridad, ahora lo estaba aún más.

Sin querer a cada rato volteaba hacia la mesa de la hermosa chica que no solo acababa de hacerle el amor, sino que además acababa de descubrir que sería mi novia y futura esposa por un contrato

Ella sonreía y conversaba. En serio era muy hermosa. Seguramente en otra circunstancia, me habría acercado a ella nuevamente y le estaría diciendo al oído lo mucho que disfrute hacerle el amor. Y con toda seguridad estaríamos un rato después en algún reservado besándonos y pasándola bien.

Pero en menos de un segundo paso de ser esa atractiva chica sensual de la mesa de al lado con quién había tenido un sexo increíble a apestar a un compromiso que realmente no quería, pero que por mera responsabilidad me tocaba enfrentar.

De pronto me sentía asqueado. Necesitaba aire puro, un cigarro o tal vez un trago... ¿A quién engañaba? Necesitaba salirme de toda esta mierda

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Más tarde esa noche, regreso a la mesa no tan relajado como espere. Alexander Larson y mi padre estaban conversando. Marie no estaba por ningún lado.

—Ezra, hijo. Que bueno que regresaste— Arrugo las cejas. Genial. Si existía en el mundo algo peor que el contrato de la desgracia que me tocaba firmar, eso era mi padre siendo amable conmigo.

—Padre— digo y sonrío lo más creíble posible.

—Te presento a Alexander Larson, presidente de PetroVen

Dato que ya sabía. Alexander Larson se pone de pie, se abotona el saco de su traje y me da la mano con firmeza. Pude notar que de modo sutil, me miró de arriba a abajo como anotando mentalmente todos y cada uno de mis defectos. Cabello demasiado largo, arete en la oreja izquierda, pulseras, tatuaje visible en mi cuello. Carajo

—Es un placer señor Larson.

—Le contaba a Alexander que ya estabas al tanto del contrato comercial y de los avales.

—Si, ya estoy al tanto señor Larson.

—Bien. Vamos a reunirnos mañana. Será un desayuno en el Club, así conocerás a Allyson que, tuvo que retirarse porque tenía otro compromiso.

Mi mente se fue lejos. Que bien, un desayuno con mis futuros suegros, mis padres y la chica con la que tuve sexo... ¿Qué podría salir mal?

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Comments

🍒CHELI🍒

🍒CHELI🍒

💕Interesante 💕
Esperando por más
💐💐💐💐

2022-03-28

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