CAPÍTULO 4

Llegamos y era un lugar muy concurrido para mí gusto, la música electrónica estaba tan fuerte que taladraba mi cabeza. Las luces encandilaban, nunca había estado en un lugar así. Pasada una hora, mis amigas gritaban para que logre escuchar algo de lo que decían.

- Recuerda Mei, no hay vuelta atrás, lo haces o pagas, qué eliges?

Ambas se miraban y reían por escuchar mi opción. Dudé un poco, pero al estar bajo el efecto del alcohol, me sentía desinhibida. 

- De acuerdo... Lo haré...Por favor no elijan un depravado y sólo un beso no?

Daban reiteradas carcajadas como logrando su cometido. Dios en qué me he metido. 

-Ok lo tenemos,- vuelven a sonreír y señalan un sujeto, que estaba en una de las tantas barras del lugar.

- el alto con chaqueta de cuero- me dice Pao. 

Miro en esa dirección y maldigo porque está de espaldas, por lo que noto a la distancia buen físico y sobre todo trasero, lo principal que me atrae en un hombre, aunque admito que cuando veo una mujer de buen trasero la admiro, pero... no se lo mordería, sí, a un hombre jiji. 

- Bueno, aquí voy.- inhalo y exhalo y me dirijo donde está el sujeto.

 Las chicas me alentaban y yo no sabía dónde meterme. 

Llego y me paro junto a él, pido una bebida para bajar un poco más los nervios y lo miro de reojo. Cuando me animo lo saludo. 

- Hola, soy Mei, no te había visto antes por aquí...

El tipo sólo me miraba de reojo mientras bebía y vuelve su miraba al frente.

 - Pero que grosero! un saludo no se le niega a nadie! AMARGADO!

Me giro y me toma del brazo, comienza a hablar en coreano y me maldigo sola y hablo entre mí," pero claro, si estoy en Corea, que diablos me va a entender”.

Aprieta mi brazo y eleva la voz, noto su cara de enfado, con esa acción hago que me suelte bruscamente, no sin antes decirle en su idioma.

- Lo siento olvidé que no estoy en mi país, sólo te estaba saludando, y no era necesario que me insultaras tanto, si me disculpas...

 Amago a irme, pero antes, tomo su cara con mis manos y lo beso por unos segundos, éste abre sus ojos como platos, debe estar sorprendido, lo suelto y le hago una reverencia, junto mis manos en manera de disculpas.

 - Por favor no me odies fue una apuesta, no volverás a verme. 

Intento irme, pero se me atraviesa, lo miro confundida y un poco asustada por su reacción, obvio que le molestaría o no, lo que hice, pensé, pero mayor fue mi sorpresa cuando me rodea la cintura con uno de sus brazos y con su otra mano sostiene mi mentón, me mira fijamente. 

- Tú de aquí no te vas - Me dice en su idioma y comienza a besarme.

No sé por qué, pero me gusta, me dejo llevar he intensifico el beso, se vuelve más apasionado, paramos por falta de aire y casi jadeando. Lo miro y me dice

- No puedes dejarme así-bajo la mirada y noto su ere....., la cual también siento en mi abdomen, ya que es más alto que yo. 

Me aparto y queda observándome, pero sin soltar mi mano, miro en dirección a mis amigas y me hacen señas como diciendo ¿qué se supone que hago?, quedo pensativa un instante y me digo" al diablo, me voy con él”

- Me voy contigo, pero a mí departamento, sino no. - le digo y asiente. 

Más que nada lo hago para estar más segura y por si me arrepentía en el camino, me adelantaría y cerraría la puerta en su cara. Eso pensé. 

Me hace señas de que espere y se acerca a un muchacho que estaba junto a él en la barra, éste lo miraba incrédulo y se inclina para verme, se vuelve hacia él y le hace la señal de "ok" muy sonriente. Le entrega unas llaves y es cuando viene hacia mí. 

- Nos vamos? Sólo te pido que me guíes- le digo que sí y desde la distancia saludo a las chicas, quienes me hacían señas como de estar loca, yo les devuelvo otra como diciendo que luego las llamaría.

En el trayecto no decíamos nada, él sólo miraba de reojo ya que se concentraba en el tráfico, pero tenía una mano muy inquieta, iba acariciando una de mis piernas de arriba hacia abajo, casi llegando a mi zona, lo cual me volvía loca, me le acerco mientras manejaba y susurro cosas provocativas en su oído y siento que gruñe al imitar lo que él hacia conmigo. 

Cuando llegamos al departamento no alcanzo a poner llave para cerrar en la puerta, que me levanta y comienza a besarme nuevamente pero efusivamente. 

Lo rodeo con mis piernas por su cintura y éste se aferra de mis glúteos, apretándolos con fuerza. Pego un gemido al sentir su acción y nuevamente su ere..... rozando mi pelvis. 

- Dónde... dónde está el cuarto?- me pregunta y señaló con el dedo ya que no puedo evitar besarlo, desde su primer beso, quedé atrapada en su sabor y labios carnosos, son suaves y me devoran cada vez más. 

Llegamos a la habitación y la ropa comienza a desaparecer en segundos, nos invade el deseo o eso creo yo, quizás en él sólo sea calentura, un simple revolcón, pienso entre mí, pero quiero creer que el deseo es mutuo. 

Me baja y estamos completamente como se nos trajo al mundo, parados frente a frente, no hay una pizca de pudor, lo cual me sorprende por mi lado, por ser mi primera vez. Siento que me devora con la mirada, toma su mi..... con su mano, haciendo movimientos en él y yo sólo reacciono mordiendo mi labio inferior y hago señas de saborear recorriendo mis labios con mi lengua. 

Volvemos a unirnos entre besos y caricias apasionadas, doy unos pasos hacia atrás y ya estamos sobre la cama, se posiciona sobre mí, separando mis piernas, pero antes le digo con la voz agitada,que sea gentil, se sorprende y sonríe de lado, se agacha y susurra en mi oído. 

- Será un honor ser el primero, seré cuidadoso - y deposita varios besos en mi rostro y cuerpo. 

Recorre con su lengua cada centímetro de mí, siento enloquecer y peor cuando se adentra en mi intimidad con su lengua, besa y da mordiscos suaves, que me hacen llegar al éxtasis. 

Llego a mi primer orgasmo y me dice que estoy lista. 

Acaricia mi rostro y vuelve a besar mis labios y me penetra abriéndose paso de a poco. 

Brotan algunas lágrimas por el dolor y ardor que provocó al principio, pero una vez dentro, se volvió más placentero y comencé a disfrutarlo más. Ya después mi propio cuerpo seguiría pidiendo con más intensidad. 

Por un momento nuestras miradas se fijaron, fue como si el mundo se detuviera, miles de preguntas e incertidumbres pasaron por mi mente, al ver la expresión de su rostro, me demostraba como que sentía lo mismo que yo, hubo una conexión en ese momento, que me cambiaría por completo.  Una conexión que creo haber sentido antes y más viendo sus ojos. 

Salimos de ese trance y continuamos haciéndolo, una y otra vez. 

Al otro día despierto y él ya no estaba. Pensé si había sido un sueño, y si fue así, ya no importaba, fue la mejor noche de mi vida, no sabía siquiera su nombre, pero sí lo que sentía. 

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