Pasó una semana desde que llegamos a Corea. Mamá ya estaba trabajando y yo preparando todo para arrancar en la Universidad. Estaba nerviosa por los cambios, el ambiente, pero por un lado me tranquilizaba saber que por la tarde llegarían mis amigas y eso haría que pudiera sobrellevar todo.
El Sr Choi insistía con presentarnos a su familia y que vayamos a su casa. Pero para mí no era el momento adecuado, igual le dije a mamá que era su decisión el ir o no y yo lo haría más adelante.
Ella prefirió esperarme y sólo se veían cuando salían de trabajar. Iban a cenar o pasaban el rato en el departamento. Yo optaba por irme y seguir visitando lugares. A Ji Hu, no lo contacté, preferí dejarlo pasar y ver más adelante. Quizás nos volveríamos a encontrar o no. De acuerdo a su reacción vería si decirle la verdad de mi estadía.
Llegué a un centro comercial enorme. Me adentro para apreciar las prendas, estaba buscando comprar vestimentas para la Universidad y escucho una voz chillona, la reconozca de aquí a la china, es la tipa del avión.
Y no me equivoqué, estaba discutiendo con una empleada y al lado estaba su novio, quien más que novio parecía estatua, ni se inmutaba por el trato que su pareja le hacía a la muchacha. Maldije por dentro porque tenía ganas de frenarla, quién se creía que era para tratar a la gente así?, pero me contuvo lo que dijo mi madre, ya llegaría el momento de ponerla en su lugar, aunque quizás no la volviera a ver, estaba segura de querer detener su agravio y en algún lugar seguro la cruzaría.
En eso me doy cuenta que en mi descuido, él me estaba observando, no sé si me habrá reconocido, me agacho y trato de salir del lugar. Una vez fuera corro hacia una plaza cercana y me detengo en un banco a tomar aire.
Fiuu, estuvo cerca, me decía. Aparece una sombra y me exalté, diablos! me habrá seguido?
- Eres tú Melina? Estás bien?
Levanto la mirada y era Ji Hu, suspiro y me levanto.
- Hola, sí, estoy bien, sólo huía de un par de indeseables.
- Te hicieron algo? Si quieres te acompaño y les doy una lección.
Mi héroe, pensé.
- No, tranquilo. No valen la pena. Qué haces por aquí?
- Supervisando locales. Mi lugar es en una oficina, pero por andar distraído por cierta persona que nunca llamó, mi padre me sancionó y cómo castigo toca llevar controles de los almacenes y negocios con éste bendito calor.
- Ah, supongo que esa persona... lo siento Ji Hu. Te invito un café si puedes y te contaré la verdad.
Le digo juntando mis manos a manera de disculpas.
- Eres increíble, imaginé por qué no me contactaste y con razón, quién lo haría con un extraño que conoció de la nada?
Sonreímos y nos dirigimos a una cafetería.
Conversamos mucho, pero sólo le conté la parte de que estudiaría en la Universidad, por lo cual viviría aquí.
Parecía saltar de alegría con la noticia.
- No sabes cuánto me alegro. Es más, irás a la misma Universidad que yo, hasta seremos compañeros ya que estudiamos administración.
- Qué bueno tener una cara amiga y además te cuento que vendrán un par de amigas que te caerán súper bien.
- También tengo amigos que les presentaré. Ojalá podamos formar un grupo que sea unido y salir seguido. Qué te parece?
- Será perfecto.
Nos despedimos, el tenía que volver con sus obligaciones y yo ir a cambiarme para esperar a las chicas en el aeropuerto.
Voy al departamento y mamá no estaba, seguro salió con el novio. Me doy un baño, me seco rápido y voy a cambiarme con lo primero que encuentro ya que se me hacía tarde. Busco mi secador de pelo y no lo encuentro.
Seguro mi madre lo había usado por lo que voy a su cuarto a buscarlo. Abro la puerta y... my god!!
- Lo siento!! Lo siento!!! - exclamo.
Madre mía!, a su edad y haciendo esas poses de kama sutra.
No doy tiempo a que salga y me voy a toda velocidad.
Esa imagen se grabó en mi retina y quedará hasta la eternidad. Me dio calor.
Llegué al aeropuerto y miles de pensamientos pasaban por mi mente. En eso escucho gritos que no logro distinguir si son de alegría o maldiciéndome.
- Oye! Mei!! Dónde estabas? Te encuentras bien? Estás pálida.
Las quedo mirando y reacciono abrazándolas.
- Amigas. He visto a mi madre haciendo cosas increíbles con su novio.
- Qué? Estuviste espiando a tu mamá? Asquerosa.
- No! Fue un accidente, pero creo que la envidio. Espero llegar a su edad con ese mismo estado. - todavía estaba en shock.
- Pao, creo que la perdimos. No está cuerda.
- Mei, quieres beber algo?
Salgo de mi trance y las vuelvo a abrazar.
- Bienvenidas!, qué alegría que ya estén aquí. Vayamos a festejar!! Necesito pasar el trago amargo, que viví momentos atrás.
- Definitivamente está mal Lore.
Ambas se miraban y reían. Le doy un golpe a cada una y nos vamos a un hotel. No volvería a casa esta noche.
Nos registramos y ya en la habitación mandé un mensaje a mamá para que no se preocupe. Qué estaba con las chicas y que me disculpe por lo que pasó, que no vi nada más que unas volteretas. No podía evitar hacerle bromas.
También le dije que saldríamos y volveríamos a un hotel para descansar, así que podía seguir con lo suyo sin interrupciones. Le mandé la dirección del mismo y apagué el teléfono para no recibir insultos. Obvio que al no poder contactarme me envió mensajes a los teléfonos de mis amigas.
No parábamos de reír por la situación.
Llegada la noche nos bañamos y les pedí ropa a ellas para poder salir y celebrar que por fin estaban en Corea.
Por suerte tenía el talle de ropa de Lore y calzaba como Pao.
Luego de maquillarme, lo hago con ellas ya que les encantaba como las dejaba.
Una vez listas pedimos un taxi y nos fuimos a un club. En el cuál dijeron que me harían pagar por haber demorado en buscarlas.
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