La pasión de nuestros cuerpos

Estaba sentada en el auto de Javier y el estaba furioso note como su respiración se acelera cada vez más, nunca lo llegué haber asi, en realidad me asusté por un momento, trate de bajarme pero el fue más rápido y bajo el seguro , necesito que hablemos Camila - que no tenemos nada de que hablar te dije - pues yo si tengo mucho que decirte- esas fueron sus palabras encendió el auto y lo arranco.

Mientras yo observa su actitud, me llega un mensaje al celular el me mira - que? tampoco puedo contestar - Camila por favor deja de pelear si, claro que puedes responder.

- Halo Camila estás bien

- Si estoy bien, como está mi padre

- Hay princesa tiene el ojo morado pero está bien

- oye princesa no puedo creerlo fuste secuestrada por un dios ese hombre está muy guapo cuánto desearía estar en tu lugar.

- hay que cosas dices

- princesa aclara todo con ese hombre no creo que el te allá olvidado, sino, no te fuese llevado así como lo hizo.

- si pero no será tan fácil

- cuídate

- si chao.

Con quién hablabas, - eso no te importa - era ese estupido que se lucía contigo verdad - no es tu problema, adónde me llevas - a un lugar donde podamos hablar.

Luego de unos 40 min llegamos a un lugar muy tranquilo podía percibir el olor del mar sentía el sonido de las olas y también sentí el frío de la brisa era muy fría, el bajo del auto y abre mi puerta Camila baja por favor, el estaba más calmado y su rostro no se veía tan tenso - no voy a bajar - no seas caprichosa baja o te bajo- pues no me bajo cuando pronuncie el último sonido de la palabra el me estaba rodeando en sus brazos para bajarme y le digo

yo puedo caminar sola

Pero al parecer quieres estar en mis brazos

ya sueltame, eres un creído

El me suelta abre la puerta y le dice debemos hablar - te dije que no tengo nada que decir eres un estupido y me quiero largar de aquí

Camila por favor escúchame que no entiendes, la verdad si quiero saber pero no sé la debo dejar tan fácil el estar beso sus brazos me hizo saber que aún lo amo con la.misma intensidad.

Camila solo escúchame mira yo tengo muchos meses buscándote viaje a Miami tu padre y el doctor me dijeron que necesitabas un especialista que aquí no lo había el te quería llevar y separarnos yo estaba buscando la opinion de otro doctor

antes de eso le había dicho a Leticia que Andrea no era peligro porque se había suicidado así que ya no te pasaría nada pero ella me dijo que tu papá estaba decidido a llevarte.

Entonces conseguí a un médico que te revisara, esa mañana Leticia me avisó que debía apurarme ya que tu papá estaba por llevarte del hospital te juro que intente llegar pero no lo logres cuando llegue ya se habían ido, luego de eso viaje a España y nunca te localicé tu padre no respondía mis llamadas Leticia me decía que no sabía nada y así fueron pasando los meses.

No me Vegas con la historia de que mi padre es el culpable el hizo lo posible para que yo hablara contigo, y cuando Alfin lo logré me contestó rosa y le dijo que tenías las mano y la boca muy ocupadas, que crees que me pude imaginar

nada porque con ella yo no tengo nada pues eso no parece, tengo meses viendo revistas donde los dos salen muy bien.

Son solo chisme sabes que te amo Camila hermosa por favor no me llames hermosa

No Vegas a decir cosas de mi padre que solo me a protegido de hombres como tú.

justo cuando iba a voltear para darle una cachetada me tropecé con la alfombra y me fui sobre el, nuestras miradas se cruzaron sus ojos color café me se cruzaron con los mios

sentía como sus manos me tomaban por la cintura y suavemente sube su mano derecho por el centro de mi espalda hasta llegas a mi cuello, se acerca a mis labios y siento sus labios carnosos y húmedos y su lengua comienza jugar con la mía y en un beso profundo e inesperado siento la necesidad de continuar.

Me separó de el rápidamente y me levando corro por las escaleras y abro la primera puerta que me encuentro siento como el viene detrás de.mi gritando mi nombre, logra abrir la puerta, mi corazón palpitaba a 1000 por hora no pensé solo corrí y no pase el seguro el me mira y dice no huyas de nuestros cuerpos se necesitan uno al otro. En menos de 5 segundo yo sentía la presión de Javier contra mi cuerpo

Mis pechos estaban fuertemente apretados cuando me di cuenta de que había perdido de vista su mano. Había empezado a recorrer mi cuerpo y de pronto se me escapaban pequeños gemidos de placer era inevitable sus manos me hacen sentir muchas emociones.

Entre caricia le digo a Javier que esto es una locura y el me dice —Confía en lo que sientes —me dijo mientras me volvía a recorrer todo mi cuerpo que mostraba una necesidad muy grande por el.

Guardamos silencio largo rato, casi flotando, casi soñando. Nos rozábamos a cada momento al meternos con la oscuridad y silencio de aquella habitación.

Cuando por fin hablé, mi voz brotó drogada y pausada.

—Dime que todo lo que dijiste es verdad

—Hermosa yo te amo jamás te mentiria—La respuesta de Javier me llegó como desde muy lejos.

—De verdad me amas...

—Hoy más que nunca. Hare lo que pueda para desmostraertelo —Alargó la mano hacia mí, tan despacio que creí que jamás me tocaría.

Tiró de mí hasta que nuestra piel se tocaron. ya me había quitado el vestido y yo ni cuenta me había dado . Las manos de Javier recorrió mi espalda hasta cerrarse en mi cadera y me levanta.

Nuestra conección fue asombrosa. Con la piel caliente y resbaladi­za, nos unimos con una mínima sensación de roce o presión. Emití un sonido de sorpresa al sentir su tamaño, está vez podía sentir que su deseo era mucho más intenso. Me asenté en mi punto fijo de referencia con un suave suspiro de placer

.—Sí, así—murmuró con suavidad—. O... ¿así?

—Mmm —Javier. me mira fijamente mientras me llena de placer, pero siguió haciéndolo.

Sabes bombón recordaba los sonidos tiernos que ha­ces cuando te hago el amor y te sentía a mi lado en la oscuridad, con la respiración rápida y el gemido suave que profieres cuando te pe­netro eso me mantuvo vivo durante todo esté tiempo.

Mejor aún... —tu voz era un murmullo caliente en mi oído—... cuando te hago mía con fiereza y ansiedad y gimes y force­jeas como si quisieras apartarte, pero te acer­cas cada vez más y que yo estoy librando la misma batalla.

Sus manos exploraban con ternura y lentitud, como seducien­do a una trucha. Me estremecí y exhalé con un jadeo involuntario.

—O cuando necesito - y to a ti -con un suspiro y un zumbido quieto, como un enjambre de abejas al sol, y me transportas al éxtasis con un gemido trémulo.

—Javier —supliqué —. Javier, por favor.

—Todavía no. Tenemos tiempo. Y quiero escucharte gemir así otra vez. Quiero hacerte suspirar, como si tu corazón estuvie­ra a punto de romperse, y gritar de deseo y, por fin, estallar en mis brazos. Así sabré que eres mía solo mía.

El torrente surgió entre mis muslos y se disparó como un dar­do hacia lo hondo de mis entrañas. Me aflojé y mis manos resbala­ron laxas e indefensas de los hombros de Javier

Me desplomé contra él, blanda como una medusa. No sabía —ni me importaba— qué sonidos había emitido, pero me sentía in­capaz de hablar con coherencia. Hasta que Javier comenzó a moverse de nuevo entraba y salír con desesperación su respiración se aceleró el moría de placer en ese instante le dije aún te amo, te amo y derramó sus fluido sobre mi intimidad cayendo junto a mi en la cama nos quedamos mirándonos hasta quedarnos dormidos.

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