Noche Placentera

Ya han pasado 5 meses y si me declaro locamente enamorada de Javier es atento, amoroso, complaciente, y muy bueno haciendo el delicioso, eso me enloquece, voy camino a su casa, está noche me dijo que tenía una sorpresa para mí espero no sea un regalo sabe que no me gustan los obsequios tan costosos.

Hola nana como está - muy bien hija y usted - de maravilla - y Javier - está en su habitación puedes subir mi vida - gracias nana - si me he quedado muchas veces aquí - si fuese por Javier viviéramos juntos pero no cada uno en su casita - hola cariño - hola hermosa - ya salgo - necesitas ayuda - si tu quieres ayudarme - hay cariño tu sabes que yo encantada - bueno pasa amor - jaja no dime qué vamos hacer buenos cariño te pienso llevar a un sitio muy agradable trajiste así que vamos adónde me llevas es una sorpresa de fin de semana.

Buenos nos vamos en su auto y vamos nosé a dónde solo me dijo que era una sorpresa el camino duro alrededor de una hora cuando llegamos mi sorpresa fue que me llevo a una playa era hermosa

Que hermoso tu me tienes total mente loca por ti cariño me hacer o a Javier y doy un beso apasionado está noche comimos bailamos un rato y luego el se me acerco y me dice bombo en estos 5 meses a tu lado me he dado cuenta que estoy totalmente enamorado, enloquecido y ,poseído de cada parte de ti y de tu cuerpo por eso quiero pedirte que te cases conmigo.

No lo puedo creer claro que aceptó Javier, su quiero se tu esposa claro que sí, no sabes lo feliz que me haces mi hermosa y te prometo que te are la mujer más feliz de España, que digo de España del mundo entero, gracias Javier no sabes lo feliz que e sido contigo estos últimos meses

Bueno mi hermosa cuando quieres que nos casemos porque si es por mi mañana mismo- si amor se que es así - primero deseo que hablemos con mi padre y aunque ya conozco a tus padres también se debe hablar con ellos - por supuesto querida ellos llegan mañana a España y podemos decirle que se queden un poco más mientras hacemos venir a tu padre - si nosé como lo tomara el - espero lo tome bien.

Bueno amor ven vamos a la habitación - sí y como que quieres en la habitación - pues comerme a mi bombón - huy quieres el delicioso - claro cariño - Buenos y porque no empieza dándome un beso - hay mi hermosa como me enloqueces - y tú a mi- y pegamos nuestros labios podía sentir como su erección crecía y yo sentía como mi sangre fluía en mis venas cada apretó que el hacía en mí me hacías gemir en silencia nos quitamos la ropa yo me sentía deseosa de él el Rose de su piel me.enloquesia el solo tocarme envíame un mensaje de corriente en todo mi cuerpo el estaba dentro de mi.

Emiti un sonido de sorpresa al sentir cada recorrido de sus manos en mi piel. Me asenté en mi punto fijo de referencia con un suave suspiro de placer.

—Oh, me gusta —susurró, complacido.

—¿Qué te gusta? —pregunté.

—El ruido que has hecho. Ese gemido.

No podía ruborizarme. La piel ya había llegado al límite del en­rojecimiento. —Mejor aún... —Su voz era un murmullo caliente en mi oído—... cuando te penetro con fiereza y ansiedad y gimes y force­jeas como si quisieras apartarte, pero sé que sólo pugnas por acer­carte más y que yo estoy librando la misma batalla.

Sus manos exploraban con ternura y lentitud, como seducien­do a una trucha. Se deslizaban hacia mis nalgas y descendían para tantear y acariciar el tieso y excitado punto de unión. Me estremecí y exhalé con un jadeo involuntario.

—O cuando necesito penetrarte y tú me acoges en tu interior con un suspiro y un zumbido quieto, como un enjambre de abejas al sol, y me transportas al éxtasis con un gemido trémulo.

—Javier —supliqué con voz ronca que retumbó la habitación—. Javier, por favor.

—Todavía no,—Clavó las manos en mi cintura para acomodarme y retenerme. Me presionó hacia abajo hasta que gruñí. —Todavía no. Tenemos tiempo. Y quiero escucharte gemir así otra vez. Y que gimotees y solloces, aunque no quieras, porque no podrás evitarlo. Quiero hacerte suspirar, como si tu corazón estuvie­ra a punto de romperse, y gritar de deseo y, por fin, estallar en mis brazos. Así sabré que te he dado placer.

Me desplomé contra él, blanda como una medusa. No sabía —ni me importaba— qué sonidos había emitido, pero me sentía in­capaz de hablar con coherencia. Hasta que Javier comenzó a mecer­se otra vez con la fuerza de un tiburón

—No —protesté—. Javier, no. No puedo soportarlo otra vez. —La sangre todavía palpitaba en las yemas de mis dedos y el movi­miento en mi interior era una exquisita tortura.

—Puedes porque te amo. —Su voz emergía amortiguada por mi cabello—. Y lo harás porque te deseo. Pero esta vez, lo haremos juntos.

Sujetó mis caderas con firmeza y me impulsó con la potencia de las corrientes submarinas. Me aplasté contra él, como las olas contra las rocas y fue a mi encuentro con la fuerza brutal del granito, mi ancla en el caos embestidor.

Líquida como el agua que nos rodeaba, contenida sólo por el marco de sus manos, grité, el suave y ahogado grito de un marinero al ser succionado por las olas. Y oí su propio grito, tan indefenso como el mío. Y supe que le había dado place.

Luego de este placer quedamos cansados y dormimos como bebe, en la mañana al despertar veo como me miro mientras duermo

solo llevaba un pantalón y estaba sin camisa solo pensar en la noche que pasamos me hizo pensar en el deseo que el provoca en mi.

Desperté y veo como duerme mi diosa que noche me hizo pasar fue una de las mejores ella me enloquecen sus curvas son mi camino mi droga ella es perfecta esa carne de más me da mucha satisfacción veo mientras duerme me encanta verla dormir.

ella se ve muy sexi al despertarle digo que es perfecta y ella me mira con una cara de traviesa que me mata pero le digo que tenemos que salir que iremos a la playa.

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