no tienes porque mentir

al día siguiente Ámbar se levantó sintiendo el cuerpo Pesado, aunque también se sentía diferente, lo último que recuerda fue que bebió del pequeño frasco para después tener mucho sueño que ya no podía mantener los ojos abiertos,

ella había leído muchos libros sobre magia, cómo hacer pociones para dormir, antídotos contra algunos venenos, hasta anticonceptivos para no quedar embarazada,

eso era en lo que se entretenían la mayor parte del tiempo en la biblioteca, a diferencia de su hermana que a ella le llamaba más la atención los número y cuentas ya que ella sería la heredera al título de su padre por ser la mayor, porque si, en ese reyno también la, mujeres pueden heredar los títulos

busco una pequeña caja de madera que tenía escondido en una esquina de su guardarropa hasta que encontró lo que estaba buscando,

era un pequeño frasco que contenía un líquido verdoso, se veía y olía exactamente como lo que le habían dado ayer

ahora sí estaba segura de lo que le dio ayer el mago no era más que una poción para dormir y así no darse cuenta de cómo fue en realidad que la curo

toco una campana y la sirvienta entro a su habitación, pues la noche anterior fue la primera vez que dormía sola desde que había llegado a esa casa, ya estaba acostumbrada a dormir con su hermana,

la bañaron cambiaron y bajo a desayunar, cuándo llegó al comedor, todos incluyendo al joven invitado,

_buen día padre,madre, hermana, joven clark –hizo una pequeña reverencia y pasó a sentarse

todos desayunaron en silencio, la niña dirijia miradas intensas al chico examinandolo,

este al sentir una mirada sobre el, giro hacia la dirección de esta, encontrando asi, una pequeña pelinegra de ojos dorados, viéndolo con una temible pero inocente mirada que al instante se puso nervioso, ¿que le pasaba? era solo una niña, pero lo miraba como si quisiera matarlo, o eso era lo que el pensaba pero la realidad era otra, esa era siempre la forma de examinar a alguien de la niña,

cuando sus miradas se cruzaron la ámbar en ningún momento desvío la mirada, pero él no puedo sostenersela

ámbar está paseando por el jardín le gustaba a ver aquella fuerza que le encantaban las ya por lo menos 3 veces por semana estaba sentado en el suave pasto tarareando una canción cuando sintió una presencia detrás suyo

_deberías hacer más ruido cuando te acerques así las espantaras

cuando se acerco más a ella, se dio cuenta que la niña tenía dos pequeños pajaritos y está les acariciaba delicadamente,

cuando dio un paso más, estos se fueron

volando

_wow todo aquel que te viera podria decir que eres una niña dulce y tierna

_claro que lo soy pero solo con los que me caen bien_dijo con una sonrisa que estaba lejos de ser tierna

el chico trago saliva por el comentario

_y yo ¿yo te caigo bien?

_eres un poco raro, pero agradable

cuando escucho eso, puso una cara de asombro

_¿enserio? pues en el desayuno me mirabas como si quisieras matarme.

_eres muy exagerado, además si quisiera matarte ya lo estarías–dijo con calma

_e-eso es algo que no diría una niña y dices que el raro soy yo

_ademas_continuo la niña–me estás ayudando a curar mis heridas y eso es algo que te agradeceré siempre.

_bueno todavía no eh terminado como para que me agradezcas, pero en la noche terminaré de hacerlo.

_Si hablando de eso no tienes porque mentirme

_¿mentirte? –pregunto confundido

_si, dándome esa poción que según tu iba a curarme cuando en realidad lo único que hacía era ponerme a dormir.

al escuchar las palabras de la niña se sorprendió y se puso algo nervioso, pero contesto firmé

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