TACONES
Este es el sitio correcto – dice Kharly en voz baja acercándose la plaza central de la ciudad, dirige su vista hacia el frente y apura el paso para llegar más rápido; de repente se tropieza con la acera, no ve por donde pisa y sus tacones pierden el equilibrio, gracias al poste de luz que está cerca logra sujetarse y evita una caída.
“El lugar está bastante concurrido” piensa ella, - hay parejas caminando agarradas de la mano, familias que se ven muy contentas y niños meciéndose en los columpios, la mitad de las personas que ahí se encuentran son clientes de la heladería de la esquina, que por ser viernes en la tarde los padres sacan a pasear a sus hijos, lo reconoce por las barquillas en las manos de los pequeños.
Se dirige al banquillo más cercano, se sienta y aparta el cabello de su cara, abre el bolsillo delantero de la cartera, saca el polvo compacto y se mira en el espejo para asegurarse de que su maquillaje no se halla estropeado, sus ojos verdes reflejados le demuestran su mirada de preocupación, guarda el espejo y saca el teléfono, revisa la hora y la mensajería.
Ya debería está aquí, ¿será que se olvidó de mí? ¿No va a venir? – No se molesta en esperar, lo que la impacienta es saber si él llegará ahí.
Mientras su garganta seca le indica que su cuerpo necesita agua o algo refrescante, ella duda en moverse del lugar para que el chico la pueda ver cuando llegue. – Pronto tomaremos unas bebidas – dice para sus adentros.
Se levanta del asiento y empieza a detallar todos los carros que van y vienen por la Avenida. Se detiene un auto color blanco que le pregunta – ¿Taxi?
No gracias, espero a alguien.
Al irse el carro piensa que si en realidad necesitara un taxi no lo conseguirá tan fácil, tendría que dirigirse a una oficina o llamar a uno por teléfono.
En ese instante, la expresión de su rostro se modifica, y muestra una sonrisa de alegría al ver aparecer el auto Ford fiesta azul. - Seguro que es Marcos – piensa. Se aproxima a la orilla de la acera con la intención de que él se detenga y le abra la puerta delantera para subirse, pero el auto sigue de largo y dobla en la otra esquina.
Sus preocupaciones vuelven - ¿No me reconoció? O ¿solo era un auto parecido?
Sigue caminando de un lugar a otro para estirar las piernas arropadas por los nervios, el tucu tun desesperado de los tacones demuestra que su paciencia podrá estallar, vuelve a sentarse para recuperar la calma, son grandes las ganas que siente de volverlo a ver, pero cada segundo en su intelecto le marca que quizás su deseo no pueda suceder, ya que el viajará al día siguiente y no hay un punto en el calendario que le marca la posibilidad de volverse a encontrar.
La impaciencia aumentando en ella demuestra lo mucho que él le atrae, y no puede imaginar perderlo; los recuerdos de su primer encuentro llegan a su cabeza.
El parcial le tomó mucho tiempo y ya iban a ser las diez de la noche, las calles estaban a oscuras y no podía arriesgarse a irse caminando, Tatiana no le pudo prestar para el taxi, ella solo usaba tarjeta de crédito, hasta que improvisadamente se detuvo el Ford Fiesta azul enfrente de ella.
-¿Quieres la cola? – Le preguntó el chófer.
No acostumbraba a aceptar cola de extraños, y esa no iba a ser la excepción.
- No gracias espero alguien- tenía que mentirle para que se fuera.
- Eres hermana de Robert ¿verdad?
Kharly sin contestarle revisaba su cabeza mientras lo miraba tratando de reconocerlo.
- ¿Te acuerdas de mí?, yo fui el que le reparó la computadora.
En realidad, su cara si se le hacía familiar, así que le preguntó.
¿Y tu nombre es? – en realidad no le interesaba saber su nombre, pero le preguntó por cortesía, y que se notaba que él esperaba algún comentario de ella.
- Soy Marcos, y tú eres kharly, yo si me acuerdo de tu nombre. El seguía con las manos en el volante y ella continuaba de pie en la esquina de la cuadra. - Entonces, ¿quieres que te lleve?
Kharly pensó en pedirle dinero prestado, pero pensando que también era difícil agarrar un taxi en el lugar, prefirió aceptar la cola.
El aire acondicionado estaba frío y al mirar su rostro de cerca observó lo simpático que era, esa sonrisa natural y perfecta más el agradable aroma del perfume la convenció de darle su número de teléfono.
Su atención vuelve a la Plaza Central de la ciudad.
Ya ha pasado más de una hora, - dice sacando su teléfono para mirar la hora y rectificar los minutos exactos y lee un mensaje nuevo que dice: “Kharly, lo lamento mucho, no podré ir a verte, mi vuelo se me adelantó y debo estar a tiempo en el aeropuerto, t.q.m luego hablamos.
-¡Queeee! ¡No puede ser! ¿Se fue así sin más?, - una irá en su interior siente después de leer ese mensaje, eso es una burla para ella.
Se le adelantó el vuelo y ni siquiera me avisó antes. ¡Qué clase de hombre es!
Quizás ese mensaje será la ruptura de una relación que no se dio, no cree en los amores a distancia y tenía tantas ganas de seguir con él.
- Es difícil encontrar a alguien compatible conmigo.
Su vista se le empaña con lágrimas, en su interior siente una decepción, no puede superar que Marcos se fuera sin antes verla, o al menos despedirse, se levanta del banquillo y se propone a caminar.
Andando por la acera mientras se aleja de la Plaza Central de la ciudad siente un dolor en los tobillos.
Había escogido los zapatos más altos que tenía para impresionar a Marcos, además de recordar las largas horas que pasó arreglándose, su cabello por la cintura le tomó dos horas plancharlo ella misma, las pestañas postizas por punto le llevó a Tatiana otra hora más, no comió nada en toda la tarde guardando espacio para la cita de Marcos.
- ¡Adiós guapa!
Sabe que es un motorizado quién se ha dirigido a ella por el ruido que produce los cauchos al rozar con la carretera, al voltear observa que el chico tiene chaqueta negra, rostro para nada simpático, y los zapatos sin marca demuestra lo poco adinerado que es, así que su orgullo le impide contestarle, por su desinterés ella no le presta atención y él sigue su camino. Pero ese chico tenía razón, ella es guapa, se considera bella, siempre fue la más linda de la escuela.
- Conozco a mujeres que poco se arreglan y están felizmente casadas – dice Kharly sintiéndose rechazada y abandonada, su belleza no le ha servido para irle bien en el amor. Los hombres la buscan por ser hermosa, les atrae su aspecto físico, pero ella acepta que en ninguna de las relaciones pasadas ha habido una alta compatibilidad como para establecerse el matrimonio.
Ya que mi belleza no ha servido para encontrar al hombre ideal, tendré que dejar de buscarlo. – Dice tratando de engañarse a sí misma, sabe que no es ella quien los persigue, atrae de manera natural a los más guapos y Kharly no puede evitar enamorarse de una perfecta sonrisa.
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