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TACONES

Capítulo 1

Este es el sitio correcto – dice Kharly en voz baja acercándose la plaza central de la ciudad, dirige su vista hacia el frente y apura el paso para llegar más rápido; de repente se tropieza con la acera, no ve por donde pisa y sus tacones pierden el equilibrio, gracias al poste de luz que está cerca logra sujetarse y evita una caída.

  “El lugar está bastante concurrido” piensa ella, - hay parejas caminando agarradas de la mano, familias que se ven muy contentas y niños meciéndose en los columpios, la mitad de las personas que ahí se encuentran son clientes de la heladería de la esquina, que por ser viernes en la tarde los padres sacan a pasear a sus hijos, lo reconoce por las barquillas en las manos de los pequeños.

 Se dirige al banquillo más cercano, se sienta y aparta el cabello de su cara, abre el bolsillo delantero de la cartera, saca el polvo compacto y se mira en el espejo para asegurarse de que su maquillaje no se halla estropeado, sus ojos verdes reflejados le demuestran su mirada de preocupación, guarda el espejo y saca el teléfono, revisa la hora y la mensajería.

Ya debería está aquí, ¿será que se olvidó de mí? ¿No va a venir? – No se molesta en esperar, lo que la impacienta es saber si él llegará ahí.

Mientras su garganta seca le indica que su cuerpo necesita agua o algo refrescante, ella duda en moverse del lugar para que el chico la pueda ver cuando llegue. – Pronto tomaremos unas bebidas – dice para sus adentros.

Se levanta del asiento y empieza a detallar todos los carros que van y vienen por la Avenida. Se detiene un auto color blanco que le pregunta – ¿Taxi?

No gracias, espero a alguien.

Al irse el carro piensa que si en realidad necesitara un taxi no lo conseguirá tan fácil, tendría que dirigirse a una oficina o llamar a uno por teléfono.

En ese instante, la expresión de su rostro se modifica, y muestra una sonrisa de alegría al ver aparecer el auto Ford fiesta azul. - Seguro que es Marcos – piensa. Se aproxima a la orilla de la acera con la intención de que él se detenga y le abra la puerta delantera para subirse, pero el auto sigue de largo y dobla en la otra esquina.

 Sus preocupaciones vuelven - ¿No me reconoció? O ¿solo era un auto parecido?

Sigue caminando de un lugar a otro para estirar las piernas arropadas por los nervios, el tucu tun desesperado de los tacones demuestra que su paciencia podrá estallar, vuelve a sentarse para recuperar la calma, son grandes las ganas que siente de volverlo a ver, pero cada segundo en su intelecto le marca que quizás su deseo no pueda suceder, ya que el viajará al día siguiente y no hay un punto en el calendario que le marca la posibilidad de volverse a encontrar.

La impaciencia aumentando en ella demuestra lo mucho que él le atrae, y no puede imaginar perderlo; los recuerdos de su primer encuentro llegan a su cabeza.

El parcial le tomó mucho tiempo y ya iban a ser las diez de la noche, las calles estaban a oscuras y no podía arriesgarse a irse caminando, Tatiana no le pudo prestar para el taxi, ella solo usaba tarjeta de crédito, hasta que improvisadamente se detuvo el Ford Fiesta azul enfrente de ella.

-¿Quieres la cola? – Le preguntó el chófer.

No acostumbraba a aceptar cola de extraños, y esa no iba a ser la excepción.

- No gracias espero alguien- tenía que mentirle para que se fuera.

- Eres hermana de Robert ¿verdad?

Kharly sin contestarle revisaba su cabeza mientras lo miraba tratando de reconocerlo.

- ¿Te acuerdas de mí?, yo fui el que le reparó la computadora.

 En realidad, su cara si se le hacía familiar, así que le preguntó.

¿Y tu nombre es? – en realidad no le interesaba saber su nombre, pero le preguntó por cortesía, y que se notaba que él esperaba algún comentario de ella.

- Soy Marcos, y tú eres kharly, yo si me acuerdo de tu nombre. El seguía con las manos en el volante y ella continuaba de pie en la esquina de la cuadra. - Entonces, ¿quieres que te lleve?

Kharly pensó en pedirle dinero prestado, pero pensando que también era difícil agarrar un taxi en el lugar, prefirió aceptar la cola.

El aire acondicionado estaba frío y al mirar su rostro de cerca observó lo simpático que era, esa sonrisa natural y perfecta más el agradable aroma del perfume la convenció de darle su número de teléfono.

 Su atención vuelve a la Plaza Central de la ciudad.

Ya ha pasado más de una hora, - dice sacando su teléfono para mirar la hora y rectificar los minutos exactos y lee un mensaje nuevo que dice: “Kharly, lo lamento mucho, no podré ir a verte, mi vuelo se me adelantó y debo estar a tiempo en el aeropuerto, t.q.m luego hablamos.

-¡Queeee! ¡No puede ser! ¿Se fue así sin más?, - una irá en su interior siente después de leer ese mensaje, eso es una burla para ella.

Se le adelantó el vuelo y ni siquiera me avisó antes. ¡Qué clase de hombre es!

Quizás ese mensaje será la ruptura de una relación que no se dio, no cree en los amores a distancia y tenía tantas ganas de seguir con él.

- Es difícil encontrar a alguien compatible conmigo.

Su vista se le empaña con lágrimas, en su interior siente una decepción, no puede superar que Marcos se fuera sin antes verla, o al menos despedirse, se levanta del banquillo y se propone a caminar.

Andando por la acera mientras se aleja de la Plaza Central de la ciudad siente un dolor en los tobillos.

 Había escogido los zapatos más altos que tenía para impresionar a Marcos, además de recordar las largas horas que pasó arreglándose, su cabello por la cintura le tomó dos horas plancharlo ella misma, las pestañas postizas por punto le llevó a Tatiana otra hora más, no comió nada en toda la tarde guardando espacio para la cita de Marcos.

- ¡Adiós guapa!

 Sabe que es un motorizado quién se ha dirigido a ella por el ruido que produce los cauchos al rozar con la carretera, al voltear observa que el chico tiene chaqueta negra, rostro para nada simpático, y los zapatos sin marca demuestra lo poco adinerado que es, así que su orgullo le impide contestarle, por su desinterés ella no le presta atención y él sigue su camino. Pero ese chico tenía razón, ella es guapa, se considera bella, siempre fue la más linda de la escuela.

- Conozco a mujeres que poco se arreglan y están felizmente casadas – dice Kharly sintiéndose rechazada y abandonada, su belleza no le ha servido para irle bien en el amor. Los hombres la buscan por ser hermosa, les atrae su aspecto físico, pero ella acepta que en ninguna de las relaciones pasadas ha habido una alta compatibilidad como para establecerse el matrimonio.

Ya que mi belleza no ha servido para encontrar al hombre ideal, tendré que dejar de buscarlo. – Dice tratando de engañarse a sí misma, sabe que no es ella quien los persigue, atrae de manera natural a los más guapos y Kharly no puede evitar enamorarse de una perfecta sonrisa.

Capítulo 2

Kharly empuja la puerta de una cafetería y se dirige a la chica despacho:

- Un café grande, y me da un bombón de azúcar por favor.

- Ok, Aquí está el recibo, puede cancelar de una vez, pase por caja y me puede esperar en la mesa cinco, ya la llevo su pedido.

- Gracias muy amable.

El muchacho de la caja le pregunta:

-¿Usted es la siguiente para cancelar?

- Sí, aquí está mi recibo y la tarjeta.

-Listo, la chica se lo llevara a la mesa.

- Está bien, esperaré - Se dirige la mesa cinco y se sienta, mientras espera detalla a la gente que entra y sale del cafetín. El coqueteo de la mujer de la mesa tres llama la atención, a pesar de que no es muy bonita se supo combinar, la blusa floreada y el escote en los hombros, más su falda corta acampanada acompañan perfectamente con esos zapatos de tacones altos color fucsia, gracias a eso el chico en frente de ella se ve entusiasmado por su compañía y la conversación debe ser graciosa porque no paran de reír.

- Aquí está su pedido, el café grande y el bombón de azúcar.

- Gracias- le dice Kharly a la mesera, que es la misma joven que la atendió en el despacho, usa uniforme, pantalón oscuro, zapatos deportivos, franela verde y delantal, “no es muy buena combinación” pensó kharly, “si yo trabajara en este lugar, hubiera preferido mancharme la ropa que usa el delantal, total la ropa se reemplaza, pero lo más importante es tener una buena presentación”.

Prueba un sorbo de café y piensa “está muy caliente, debo tomarlo con cuidado para no quemarme”. El café lo tomó para relajarse y no se siente para nada relajada, el pensamiento de Marcos y su viaje le bombardean la mente, aún no supera que se haya ido así sin ni siquiera despedirse en persona.

-¡kharly! – Escucha su nombre a través de una voz familiar.

Al voltear observa a su amiga que ha acabado de pedir unas bebidas.

- Tatiana ¿cómo estás? – su mejor amiga viene con su hijo de 6 años, las bolsas que ella lleva en las manos indican que ella anda de compras, pero por educación y para sacar conversación le pregunta.

- ¿En qué andas?

-Bien – le contesta Tatiana- saluda Manuel – dirigiéndose a su hijo.

-Hola Kharly -, le dice el hijo de Tatiana haciendo un gesto con la mano.

- Hola Manuel – le responde Kharly.

-Venimos a tomar unos refrescos – le dice Tatiana sentándose en las sillas con Manuel y acomodando las bolsas debajo de la mesa.

- Qué bien, ¿andan paseando?

- Sí, de compras, aprovechando la tarde libre…y tu Kharly ¿qué haces aquí tan bonita? ¿Para dónde vas?

- De dónde vengo, mejor dicho – le dice Kharly poniendo una cara de triste y preocupada.

- ¿Qué pasó? – pregunta Tatiana.

- ¿Te acuerdas del chico que con quién yo salía?, Marcos.

- Si, que pasó con él ¿no lo viste hoy?

- No, me dejó plantada.

- Pero no te preocupes, debe ser que se le presentó un inconveniente, sabes que siempre está ocupado, quizás mañana lo vuelves a ver y se disculpe.

- No lo veré mañana, se fue para Europa y es por su trabajo, quizás no vuelva a venir.

- Hay eso sí es triste, ¿pero se despidió de ti? con un gran abrazo me imagino.

- No, eso es lo que más me molesta, me quedé esperándolo en la plaza por una hora.

-Bueno, - dice Tatiana probando un sorbo de refresco – él se lo pierde, ánimo Kharly, eres muy bonita quizás mañana te consiguieras otro chico con quien salir.

- Sí – dice Kharly – solo fueron algunas salidas, tengo que superarlo.

- ¿Viste el certamen de belleza anoche? - le pregunta Tatiana.

- No pude, me estaba haciendo las uñas con Margaret – dice Kharly moviendo los dedos de la mano derecha.

- ¡Qué bellas te quedaron! – dice Tatiana observando las uñas tomando la mano izquierda de Kharly.

- Margaret es profesional en su trabajo – dice Tatiana detallando lo largo y esculpida que están las uñas admirando el diseño de flores.

-Sí, por eso no la cambio por nadie jajaja – se ríen entre ellas.

-Bueno lo que te comentaba kharly – le dice Tatiana con entusiasmo.

-Ah sí, cómo estuvo el certamen de belleza, ¿quién fue la ganadora?

-La miss internacional lo ganó Sofía Ruleta – dice Tatiana con entusiasmo.

-¿Sofía Ruleta?, pero María tenía el rostro más bonito.

-Sí, - le asegura Tatiana – La mayoría no ganan por el rostro bonito, ganan por su cuerpo e inteligencia.

-Lo único que tendría es inteligencia, porque el cuerpo de Sofía no me parece – le dice Kharly con gestos en la mano.

-¡Pero vieras cómo se lució en la pasarela! Tiene encanto y estilo.

-Sí yo hubiese estado allí le hubiese dado una patada Jajaja.

-Tendrías que contornear las caderas más que Sofía, ¡la hubieses visto!

-Eso es lo que me falta, necesito clases de pasarela.

-Y tendrías que hacerte el corte en ese cabello, lo tienes muy largo jajaja.

-Claro que no, jeje ese sería el gancho, te acuerdas Estefany la Pocahontas, solo ganó gracias a su cabello.

-Eso sí, el cabello dice mucho de una mujer.

- Claro -afirma Kharly – es por eso que yo me lo cuido mucho.

- Si crees que puedes ganar un certamen, ¿porque no te lanzas Kharly?

- Sí, me gustaría, aunque siempre he soñado con ser modelo de ropa y pasarela.

- Ya veo porqué, nunca te pierdes los programas de pasarelas norteamericanos.

-Claro, me gusta el estilo de Carolina Herrera.

-Y la moda europea también es fascinante.

- Sofía en el certamen, ¿qué zapatos usó? Me imagino que debieron ser espectaculares – dice Kharly, mirando sus tacones.

- Altos y dorados, creo, no me fijé mucho en los zapatos – responde Tatiana.

- Eso es lo primero que le yo le hubiese detallado a las mises.

- Claro, yo sé que para hablar del calzado eres experta, me imagino que compras más zapatos que pantalones.

- Por supuesto que sí, el calzado es lo que marca la elegancia.

-¿Tú crees? – pregunta Tatiana-

- Por ejemplo, llevas una franela manga corta, un pantalón y unos tacones, ¿qué estilo tienes?

- Presentable, elegante, para salir, dependiendo si la blusa tiene piedras y otro diseño.

- Eso también, ahora te pregunto, ¿si llevas la misma blusa, y zapatos deportivos?

- Estaría deportiva.

- Por eso te digo, los zapatos indican el estilo que tienes.

- Es interesante eso, pero para mí, lo mejor es la comodidad – le dice Tatiana.

- Claro, por eso siempre elijo los zapatos altos, que sean cómodos y pueda caminar tranquilamente con ellos.

- Como esos qué es cargas puesto.

- Jajaja – se ríe Kharly al mirar sus zapatos – no, estos no son cómodos, me los puse para impresionar a Marcos, pero no los aguanto, ya me duelen los tobillos.

- Jajaja todo por la belleza.

- Mamá Vámonos – le dice Manuel a Tatiana estirándole la blusa.

- Un momento Manuel, estoy hablando con Kharly.

- Prometiste que me llevarías al parque -dice Manuel al insistente.

- Claro que no lo he olvidado hijo.

- Si quieren vayan yo terminó el café y subo.

- Ok, hasta luego Kharly. Mañana te llamo – le dice Tatiana despidiéndose de Kharly con un beso en la mejilla.

Kharly se acomoda la cartera para levantarse de la mesa cuando suena el celular. “Rin rin rin”. Unos nervios le entraron repentinamente al escuchar el repique, no esperaba la llamada de nadie – ¿Y si es Marcos? ¿Le contesto o evado su llamada? – piensa Kharly antes de mirar la pantalla del teléfono...

Capítulo 3

Aló Beatriz - Contesta Kharly, se dio cuenta de que la llamada era de ella debido a que tenía el número registrado. Un alivio relajó todo su cuerpo.

-Hola Kharly, ¿dónde estás?

- Saliendo de un cafetín – responde Kharly al teléfono mientras se levanta de la silla, camina hacia la papelera más cercana que se encuentra a su lado izquierdo, lanza la servilleta sucia y sale el cafetín.

- ¿Vienes para la universidad?

- No, no tengo pensado, ¿hoy no hay clases o me equivoco? - Responde Kharly revisando en su cerebro, a ver si tiene algo pendiente para estar hoy en la universidad.

-Clases no, hoy entrega notas del profesor de matemáticas.

- Ah sí, lo había olvidado – dice impresionada pasándose la mano por la cabeza hasta terminar en la punta del cabello, andaba distraída, y en su mente solo se pasaron los recuerdos de la cita que tenía con Marcos.

- Además, dijiste que tenías que hablar con el profesor sobre un trabajo o algo así – le recuerda Beatriz, a través de la llamada.

- Sí, pero como me llego hasta allá – dice Kharly bajando la mirada hacia sus piernas cansadas y los zapatos de 7 cm de alto.

- ¿Vienes? Para esperarte y conversar algunas cosas.

-Sí, haré el esfuerzo.

Un esfuerzo tiene que hacer, en realidad la universidad solo le queda a cinco cuadras, pero con los zapatos altos no se le hará tan sencillo echarse esa caminata, pero sin pensarlo más empezó a andar.

“Porqué los hombres no valoran la belleza de una mujer?” – empezó a hablar en su mente mientras daba los pasos, aún frustrada, no le gustaba arreglarse para nada, y se hubiese quedado “con los crespos hechos” si él hubiese tenido que ir a recogerla en su casa, nunca llegó. “Espérame en la plaza Central de la ciudad a las 4pm.” Fueron sus últimas palabras.

“Los hombres ven a la mujer y la desean” – Seguía diciendo para sus adentros – “pero no la aman, no cambian a una por sus prioridades, el trabajo, el dinero, es lo que mueve más a un hombre, claro el dinero es importante, un hombre sin dinero difícilmente atraerá a una mujer, pero ¿dónde queda el amor? ¿El amor verdadero existe? Las películas románticas lo afirman, pero yo aún no lo he vivido, atraigo a los hombres por mi belleza, pero siento que a mis sentimientos no los aprecian, ¿será que tengo poca inteligencia? O ¿qué me falta para ser perfecta?”

Varios pensamientos de inseguridad bombardean la mente de Kharly, no solo fue por Marcos, las citas anteriores también habían sido un fracaso.

- Ánimo Kharly, eres hermosa y guapa, algún día encontrarás a alguien que te valore – se dijo ella misma.

Caminando con un paso suave, con la vista hacia las tiendas se sorprende a ver el interior de una zapatería.

- ¡Oh, qué hermosos zapatos! - dijo sorprendida entrando a la tienda y acercándose unos zapatos que estaban en el en el stand en una parte superior.

- Este modelo no lo había visto – se estira tratando de alcanzar unos zapatos de tacón rosado, con un lazo en la parte trasera, está muy alto, lo toca con la mano derecha y se cae trayendo tres zapatos más.

Se dispone a acomodar los zapatos y se le acerca a una muchacha y le dice.

- Para ver ese tacón rosado, ¡Está hermoso! ¿Crees que sean buenos para mí? Lo quiero para mi fiesta de 15 años.

- Está muy hermoso, pero primero debes probarlos y te recomiendo que antes de pagarlos te los midas los dos y camines por la tienda para ver si te resultan cómodos.

- Claro, buena idea.

- Y, además, debes cerciorarte del color del vestido y de largo.

- Bueno el vestido lo quiero color rosado, pero aún no lo he comprado.

- Entonces si vas a comprar los zapatos ahora, puedes mandar hacer el vestido de color rosa oscuro o fucsia claro y que sea tipo cóctel o por los tobillos para que te luzcan mejor los tacones.

- Tomaré tu consejo, me los mediré de una vez, ¿tienes talla 37?

- Puede que sí halla, pero pregúntale aquella muchacha, yo no trabajo aquí – le dice Kharly señalando a una muchacha con uniforme.

- Hay disculpa, como te vi acomodando los zapatos pensé que trabajabas aquí.

- No hay problema, me lo imaginé.

- Gracias por el consejo.

- De nada – le dice Kharly dándose media vuelta con la intención de retirarse, cuando escucha a una mujer quien la llama.

- ¿Puedo hablar contigo?

- SI dígame – un poco extrañada.

- Chica, ¿tienes trabajo? ¿Quieres trabajar aquí?

Se dio cuenta que era como la encargada ya que no porta uniforme y tiene un atuendo muy elegante.

- ¿Yo? Bueno, este… - dice Kharly sin encontrar la manera de evadir la conversación.

- Me sorprendió las recomendaciones que le diste la muchacha, se ve que tienes experiencia en calzados y nos gustaría que trabajarás con nosotros, Bueno te pregunto, si no tienes trabajo.

- No, no tengo trabajo, pero estoy estudiando, no tendré tiempo.

- Tenemos horarios adaptables para estudiantes, si quieres.

- Este… se me hace tarde… lo pensaré – Le dice Kharly saliendo de la tienda.

“Pensarlo”? -comienza hablar en su mente – si ya tenía la respuesta, era No, nunca había trabajado en su vida y no lo iba a hacer aún, su padre le daba dinero para todo y ella no tenía ninguna necesidad de trabajar, ¿tiempo? ahora es que le sobraría tiempo, ya que en pocos días tendría unas semanas libres por la universidad, antes de empezar el semestre siguiente. Pero los días libres quizás lo pasaría en la playa, de paseo o mirando la televisión.

- Me distraje mucho en la tienda, tengo que llegar antes de que el profesor de matemáticas se vaya – dice para sí misma y apura el paso.

Al mencionar matemáticas por la mente de Kharly se dibujaban signos, números y ejercicios por resolver, en realidad era su materia más baja, y por más que le explicaban las ecuaciones no las lograba entender.

Su reflejo de cuerpo completo a través de las vidrieras empañadas la hizo apartar los pensamientos de las matemáticas.

“Realmente había escogido un buen outfit”, la combinación de la blusa floreada de escote en la espalda, con el pantalón corte alto negro que le marcaba perfectamente la silueta acompañaba muy bien a los zapatos de tacón cerrado, la cartera dorada no se le quedaba atrás, “es un excelente complemento”.

- Sé que ropa usar para cada ocasión – se dijo ella para sus adentros, recordando la fiesta del mes pasado, donde todos admiraban el estilo que llevaba, un vestido negro corto de piedras brillantes en la parte superior con unos zapatos negros azabache altos.

En esos instantes no pudo contener la risa y varias carcajadas escucharon muy fuertes - ¡Jajaja!

El recuerdo de la fiesta fue desplazado, al acordarse del espectáculo que armó en la playa, cuando su traje de baño fucsia se lo quiso combinar con las sandalias de plataformas, para todos fue una locura que llevara tacones a la playa, pero Kharly solo pensaba en llenar la memoria de su teléfono con muchas fotografías, lo triste fue que se llevó a la casa las sandalias llenas de arena, pero a pesar de todo estuvo divertido.

- Hay personas que no se saben combinar – y miro a una señora como de unos 40 años que cruzaba la calle ante sus ojos, tenía puesta una camisa de cuadros grandes blancos con rojos, y una falda hasta los tobillos anaranjada con flores negras, acompañadas con unos zapatos de trenzas bajitos.

- Es lo último de la moda, alguien debería aconsejarla - siguió caminando firmemente y analizó – tengo talento para hacer una buena diseñadora.

Levantó la mirada y observa la universidad a media cuadra de dónde se encuentra ella.

- Por fin, ya llegué – pero se sorprende al ver la calle solitaria.

- ¡Qué es esto! ¿Se habrán ido todos? …

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