Kaleb.
Siempre he obtenido lo que quiero, mi padre es el gran Ebrar Yilmaz dueño del imperio automovilístico más grandes de todo Turquía. Mi padre me enseñó que el mundo es mio sí así lo deseo y la quiero a ella, cueste, lo que cueste.
Volvi hace poco de Francia y tuve que ponerme al corriente con los contratos grandes, fue entonces cuando la ví, su padre estaba proximo a firmar una fusión con nuestra empresa y por lo tanto me correspondía cerrar el trato. Ese día fuí hasta su casa y verla bajar por las escaleras encendió algo en mí que creí que no existía. Mi corazón latía a un ritmo desesperado, estaba preciosa, la recordaba poco. Creo que solo la había visto un par de veces antes de irme a Francia y aquellas veces mi concentración estaba puesta, en otras cosas. Lucía encantadora y esos ojos me encantaban demasiado. Me bastó con verla esa vez y ya no salía de mi mente, me había enamorado, sí, me había enamorado perdidamente de aquella mujer que me sonreía de manera amable, desde ese momento supe que ella sería mía.
.../flashback/...
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Fiesta en las Empresas Yilmaz.
Estaban todos los socios y sus familiares en nuestras instalaciones, se celebraba el aniversario número 20 de la empresa. Malej lucía un hermoso vestido de gala, ella era radiante, me acerque a su padre y entablé conversación con él.
—Omer que hermosa está Malej está noche.
—Sí Kaleb, su belleza es la envidia de los dioses y de los mortales también.
—De eso no tengo dudas mi querido Omer.
—Quiere estudiar medicina y eso me llena de orgullo, imagina lo hermosa que se verá con su bata blanca.
— Me la imagino, sí, pero eso no lo necesitará una vez que nos casemos.
—Ya te lo dije, la decisión es y será de Malej. No puedo involucrar a mi hija en nuestros negocios, si ella no desea casarse contigo no la puedo obligar.
—Te recuerdo que tenemos un acuerdo. ¿O no? Yo me caso con Malej y tú, y tu empresa se convierten en los diseñadores exclusivos de empresas Yilmaz. Después de todo seremos familia, un trato justo.
—Kaleb no la puedo obligar.
—Entonces olvídate del trato, porque ese día en tu casa fui muy claro.
—Sí, lo se.
—Omer, Omer... No te conviene llevarme la contraria, yo nunca pierdo y eso debes saberlo.
—¿Me estás amenazando, Kaleb?
—Sí para que ir con rodeos, debes saber que yo no juego con algo así, Malej será mi esposa, que de eso no te queden dudas y organiza mañana un desayuno, hablaré con ella.
—Esta bien, como tú digas.
Al día siguiente me levanté temprano quería aprovechar la mañana. Hice un pedido gigantesco de rosas blancas, siento que ese color me recuerda a ella, tan pura e inocente que me dan ganas de poseerla. Se las envié para que las recibiera antes de que despertará. Adelante algunos pendientes para tener el resto de la mañana con ella y así celebrar el compromiso.
Llegué a casa de Omer un par de horas después y justamente Malej fue la que me recibió.
—Hola, adelante ponte cómodo.
—Sonreí al verla y me senté en el sofá grande, mientras ella tomaba asiento en uno individual. —¿Como te encuentras?
—Bien ¿y tú?
—Bien, muy bien para ser honesto. —Estaba tan hermosa, lucía un vestido de color turquesa que contrastaba con su blanca piel. —Estas hermosa ¿Te gustaron las rosas?
—Sí, fue un exagerado detalle, pero están muy bonitas ¿Como te fue en Francia?
—Excelente, digamos que fue un experiencia bastante peculiar, pero sentía ganas de volver a Estambul.
—Me imagino que algunas francesas te robaron el sueño.
—La mire fascinado y me parecía algo graciosa su pregunta, podría jurar que tenía celos. —En realidad solo me dediqué a estudiar y convertirme en el mejor de mi clase, pero hace poco mi corazón ha sido robado.
Omer se acercó observándonos, pasamos al comedor y una vez que estuvimos todos en la mesa nos dispusimos a desayunar. Conversamos algunos temas triviales y de poca importancia una vez que terminamos, tome la palabra y mire fijamente a Malej.
—Malej preparamos está comida porque tengo algo importante que preguntarte. — Ella me miró extrañada y miro hacia donde su padre. —Malej Sahin, ¿Me harías el honor de ser mi esposa?
—No.
—Sentí una opresión en el pecho y la sangre se fluyo hacia mi rostro. —Malej piénsalo bien, se que te tome por sorpresa, pero al menos piénsalo un poco.
—Dije que no, no quiero ser tu esposa Kaleb Yilmaz, no está en mis planes casarme con una persona que no amo, además ni siquiera te conozco, ni tu tampoco me conoces.
—Observe a todos ofendido. —Está bien, pronto cambiarás de opinión.
—Lo dudó, ahora si me disculpan, me retiro.
—Kaleb perdona la actitud de Malej es claro que está confundida. —Hablo Ankara la madre de Malej, iré hablar con ella con permiso.
Mire a Omer y lo fulmine con la mirada, tenía ganas de arrasar con todo a mi paso. Ella sería mi esposa, por las buenas o por las malas y creo que no me estaba dejando otra opción.
—Kaleb, los dos sabíamos que esto podía suceder, Malej es joven y tiene sueños y metas por cumplir.
—Golpee la mesa con fuerza, quería que se callará. —Olvídate del trato empresas Yilmaz ya no está interesada en tus diseños.
—Kaleb no puedes hacerme esto.
—Claro que puedo y lo haré.
Salí de aquel lugar hecho una furia y cuando llegue a la casa rompí todo a mi paso. Como era posible que ella me rechazara de esa manera, cualquier mujer estaría complacida y halagada con mi petición. Y ella solo me rechazaba, como podía rechazarme a mí, al gran Kaleb Yilmaz, pero estaba seguro que pronto vendría arrastrándose a mis pies, suplicando que la perdonará. La iba acorralar como un pequeño animalito, la dejaría sin opciones y cuando se encontrará sola y vulnerable será mía, solo mía. Le arrebataría lo que más ama y la dejaría en la calle si era necesario, solo será cuestión de tiempo para doblegar a mi futura esposa.
Una semana después de lo sucedido, puse en marcha los planes más siniestros y retorcidos que vinieron a mi mente, una ofensa tan grande como la que me hizo Omer tendría consecuencias. Nadie se burlaba de mí sin ser castigado. Porque ahora era la maldita burla de los Sahin, pero la pagarían caro, ya tenía todo calculado para hacerlos pagar.
Unos días después di la orden y mis hombres solo obedecieron lo que pedía. Las televisoras y diarios mostraban los sucesos, Ankara y Omer Sahin murieron a causa de un accidente automovilístico, culpa de una falla de frenos. Luego de los funerales me acerque a Malej con mi disfraz de amigo, la apoye en sus decisiones, pero siempre trancandole el paso sin que ella lo notara. En poco tiempo llegó al tope de sus deudas y mi pequeña saltamontes accedió sin más remedio ha casarse conmigo.
...Fin del flashback....
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Actualidad.
Estaba en mi oficina viendo el último diseño en el que comenzaríamos pronto ha trabajar, una cortesía de mi difunto suegro. Malej nunca se enteró de que su padre había dejado una amplia carpeta de diseños en mis manos, después de todo, era un gran diseñador. Se dibujó en mí una sonrisa de satisfacción, que tonto había sido Omer si tan solo fuera hecho las cosas a mi manera aún seguiría con vida, pero no, se empeñó en hacerme molestar y tuvo que afrontar las consecuencias.
Recordé que hoy mi pequeña saltamontes iría por su vestido de novia, agarre mi celular y le envié un mensaje.
~Hola hermosa ¿Estás en el centro comercial?
Esperé, pero no hubo respuesta, odiaba cuando me hacía eso. Escuché un toque en la puerta e indique que entrarán. Mi secretaria paso y se acercó al escritorio.
—Buen día señor.
Le hice una seña de que se acercara y la coloqué de espalda, le subí la falda bruscamente hasta las cintura, corrí su tanga y me introduje dentro de ella. Desde que llegué de Francia me quitaba el estrés con ella, y justamente hoy lo que necesitaba era liberar el estrés que Malej me causaba con su actitud. Una vez que me liberé le dije que saliera y cerrará la puerta. Trabaje toda la tarde, esperando una respuesta de Malej, pero nada, abrí el chat y le deje las buenas noches.
~Buenos días mi pequeña saltamontes ayer estuve esperando tus respuestas, espero podamos vernos y almorzar hoy. —Le envíe otro mensaje ya que los otros dos malditos mensajes, no obtuvieron respuesta.
~Hola, buen día Kaleb y disculpa, ayer mi día fue algo estresante, no creo que pueda hoy Zahira tiene una presentación en su colegio y debo ir.
—La maldita mocosa, debí deshacerme de ella también. ~Mi pequeña saltamontes por fin aparece, esta bien, ¿Quieres que te acompañe?
~No, debes estar ocupado y no quiero quitarte tu valioso tiempo.
~Mi tempo es tuyo mi pequeña saltamontes. — No mentía al decir eso, todo yo era de ella.
~Oh, gracias por concederme su tiempo Sr Yilmaz, nos vemos luego.
~No tienes porque agradecer, no olvides que el viernes es la fiesta de cumpleaños de mi padre. —La quería lucir como la futura señora Yilmaz.
~Sí, no lo he olvidado.
Yo sabía que Malej no era una chica facil y eso me encantaba, una vez que fuera mi esposa disfrutaría cada instante. Todos piensan que ella es solo un capricho, pero se equivocan, la amo de verdad. Movería cielo y tierra por ella, por hacerla feliz y se que solo a mi lado lo será. Ella merece una vida de reina rodeada de lujos, le compraría un castillo si me lo pidiese y la mantendría en una torre alta donde nadie la pudiera ver, ni tocar. Le daré una vida llena de riquezas y amor, porque ella es mi todo y sé que después de que nos casemos yo seré todo para ella.
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