Realidad

(Narra Daniel)

A cada pasó mi corazón se aceleraba, volteaba a cada instante para comprobar si Carlos no me seguía, cuando me di cuenta de que lo había perdido, me detuve la respiración acelerada empezó a disminuir, por fin pude descansar.

Levanté la vista y me di cuenta que estaba más cerca del centro comercial, al menos algo bueno había salido de todo esto, pero cuando me mire en el cristal de la puerta, pude ver qué la había una marca roja en mi cien, con mi cabello la cubrí y entré, ese tonto porque no podía dejarme en paz, ya había obtenido lo más importante, porque seguir viniendo a joderme.

Con pasos lentos entré en el gran centro, había mucha gente así que me puse la capucha en la cabeza, podría haber informantes de Artur en cualquier lugar, así que debía pasar desapercibida, subí con rapidez a mi tienda favorita, cuando entre me encontré con la mujer de mi padre, me quedé helada al verla al fondo de la habitación, veía unos vestidos mientras sonreía con la empleada, busque con la vista a papá y lo vi, estaba frente al gran sofá que daba a los probadores, vaya quien hubiera imaginado que Artur Bonetti fuera tan complaciente con sus amantes.

Mire un hermoso vestido, empecé a caminar y escuché la risa de la tipa inundar toda la tienda, la voz de la vendedora diciéndome que la tienda estaba cerrada me hizo rabiar, me voltee y apreté los dientes con molestia y me quedé de pie junto a la puerta, esa maldita mujer aprovechaba el poder de mi padre para actuar así, camino hasta mí y me dijo.

Mujer: Mira vagabunda, no tienes el dinero suficiente para comprar aquí y si lo tuvieras que no creo no puedes comprar nada, todo lo que vez en esta tienda, me lo compro mi hombre, así que largo.

Esa maldita mujer se había ganado mi odio con sus palabras, si supieras a quién le dices todo eso te arrepentirías, la voz de mi padre me hizo temblar Que pasa mi amor, el seguía al fondo de la tienda.

Daniel: Solo eres una ramera con complejo de reina

Y salí corriendo mientras ella gritaba exasperada a mi padre que me hiciera pagará por ofenderla, tome la escalera y baje al primer piso, me metí en una tienda y me quite la capucha y el suéter quedando con la playera gigante.

Vendedora: Buen día, señorita, necesita algo?

Daniel: Un vestido, tengo una cita muy importante y necesito un hermoso vestido

La seguí al fondo de la tienda sintiéndome más tranquila, había escapado de los hombres de mi padre, al menos él no llego a tiempo o podría haberme reconocido.

Compré un hermoso vestido de flores, era sencillo y simple, pero estaba bien, escogí una chamarra gris y me la puse, al menos así podría salir desapercibida, pague y me fui, cuando salí pude ver a lo lejos los hombres de mi padre cargando muchas bolsas, esa arpía sí que sabía cómo gastar el dinero.

Salí corriendo y subí a un taxi, pedí que me dejara cerca de casa y cuando pague me escabullí de nuevo dentro de la mansión, aproveche el descuido de los guardias y subí de nuevo hasta el balcón, mi padre aún no volvía así que por hay salí, el pasillo estaba desierto cuando entre a mi vieja habitación, busque unos zapatos, mi ser de maquillaje y mi plancha para el cabello guarde todo en la bolsa del vestido y salí con ella en la mano, camine hasta mi habitación cuándo la voz de mi padre se escuchaba subir por la escalera, corrí ala entrada del cuarto de Daniel y me metí rápidamente.

El sonido de los pasos en el pasillo empezaron a escucharse más y más cercanos, puse la bolsa debajo de la cama y me tiré en la cama cuando la perilla de la puerta giro.

La puerta se abrió y yo mire al techo, mi padre me veía más que molesto, me quedé helada, a caso se había dado cuenta de que escape.

Artur: Te dije que no te quitarás el disfraz, Daniel, porque nunca haces caso (dijo acercándose a mí y tomándome de la playera)

Daniel: De que hablas padre(dije con miedo)

Un ardor fuerte me hizo caer de lleno al suelo, sentí el sabor de la sangre en mi boca y las lágrimas inundaron mi rostro.

Artur: Ni siquiera María debe saber la verdad, te vi entrar al cuarto, tu cabello caía, puedes quitarte el disfraz dentro de la habitación, pero tienes prohibido salir sin él. Estás escuchando, deja de llorar y compórtate como un hombre y una cosa más, Akim llegara en una semana, a sí que ya sabes lo que tienes que hacer.

La puerta se cerró con fuerza y yo en el suelo me quedé llorando, las lágrimas bajaban con fuerza y mi corazón dolía, cerré los ojos y recuerdos de mi infancia llegaron de golpe, en todos ellos no aparecía un abrazo de mi padre, sino sus regaños, ni siquiera podía recordar su me amaba o no, pero algo era seguro, Daniel siempre me amo, él siempre me protegía y hasta retaba a mi padre para cuidar de mí.

La voz de mi padre del otro lado de la habitación era más que molesta, se escuchaba romperse cosas y la voz de él pidiendo flores al guardia para su amante me hizo entenderlo todo, se había desquitado en mí porqué su mujerzuela se había enojado con él, ni siquiera sabía que me escape.

Me levanté molesta, limpie el rostro de las lágrimas y fui a lavarme la cara, no podía ni siquiera confiar en mi padre, para él solo era una pieza que podía mover a su antojo y en una semana llegaría Akim.

Él quería que tuviera un hijo de el, pero estaba equivocado, prefería morir antes de que algún hijo mío terminará en las manos de alguien como mi padre y ahora mismo no sabía que sería de un bebé cuando lo diera a luz, no sucumbiría a las órdenes de mi padre.

Me amarré el cabello y pude ver dos marcas rojas en mi cara, la primera era la mano de mi padre pintada en mi mejilla, está ardía fuerte, tenía una pequeña cortada en el labio y la segunda era la marca en la cien que me hizo el tonto de Carlos.

Y ahora Akim llegaría en una semana, Akim, el día que te conocí cautivaste mi mente, pero como confiar en ti, a caso tú también eres parte del juego de mi padre, ahora no podía confiar ni en mi propia sombra, estaba sola rodeada de hombres que a simple vista eran preciosos, pero que el peligro los envolvía, a caso podía confiar en Antony.

Mi teléfono sonó y volví a verme en el espejo, baje la mirada y leí el mensaje.

(Antony)

Hola bonita, estoy ansioso de que ya sea mañana, estuve pensando todo el día en ti, que hiciste conmigo que no puedo dejar de pensar en ti

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No conteste, me acosté en la cama y me cubrí con las mantas, porque no podía ser normal, cerré los ojos y quise olvidarme de todo, solo quería volver a abrazar a mi amado hermano, que él me protegiera y me diga que todo iba a estar bien

"Hay Celine pobre de ti, que esconden todos a tu alrededor, que pasará cuando llegue Akim y ahora que vas a hacer, Carlos te acosa y Antony está saliendo contigo"

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