Emilia trabajó en su canción durante los últimos cuatro días y cada vez se le complica más. Son muchos los pensamientos y sentimientos que se la han entrecruzado escribiendo la letra, son muchas las personas que pasan por su mente y demasiadas preguntas que no encuentran una respuesta en dónde descansar.
¡Por favooooor Emi! ¿Me podés mostrar la canción?- le suplica Rubí.
No Ru, ya te lo dije, no. A parte no está terminada. No la voy a mostrar hasta la fecha de la exposición, a ninguna de las canciones.- contesta.
Faltan como dos semanas más, es mucho para esperar.- se queja Rubí.
Vas a tener que esperar y punto, se acabó el tema.
Emilia no se espera todas las pruebas que va a tener que atravesar para escribir cada una de esas canciones pero de alguna manera, se encuentra lista para enfrentarlo.
Bueno, está bien. Escuchá, mañana me tenés que acompañar a la tienda que abre acá a la vuelta, se llama “Luz nueva” y es de maquillaje ¡por faaaaa!, estuve viendo en las redes y son unos tremendos productos ¿sí?.- le pregunta rubí.
No tengo drama, total mañana no tenemos clases, aprovechamos.
¡Genial!
¿De quién es la tienda?.- pregunta Emilia con curiosidad.
Sé que la mujer se llama Luz Gómez, trabaja en la Tarjeta Sur, al menos sé que ahí la vi varias veces.
Ah, bueno, dale. Mañana veremos qué onda.
Al día siguiente.
¡Despierteeeeen!.- dijo Franco al encontrar a Emilia y Rubí dormidas en el sillón del living.
¡Ay no! Cinco minutos más por favor.- suplica Emi.
¡Nooooo! Arriba, el día está hermoso y a parte son las nueve de la mañana ¿Hasta qué hora van a dormir?.- contestó entre risas Franco.
No tenemos clases profe, un ratito más.- suplica Rubí.
¡NOOOO!.- respondió Franco y les tiró con una almohada para que se levanten. Las muchachas responden haciendo caso.
Vamos niñas que ya les preparé el desayuno.- interrumpe la abuela Nucha.
Ahora vamos nona. ¡Dale Rubí!.- dijo Emilia entre dormida mientras se levantaba.
Yo ahora vengo, necesito tomar un poquito de aire.- dijo Franco.
Bueno ¿estás bien?.- preguntó muy extrañada la abuela.
Tato ¿estás bien?.- dijo Emilia preocupada.
Sí Emilita, tranquila, sólo necesito un poquito de aire.- dijo sonriendo y con los ojos empañados de lágrimas. Escuchar “tato” le abrazó el corazón.
Franco salió de la casa y comenzó a caminar, dirigiéndose hacia la plaza del barrio. No le dijo nada a nadie pero desde hace un par de semanas no sé siente bien, tiene mareos, dolores de cabeza, su garganta le duele muchísimo pero aún no se realizó ningún chequeo médico. El miedo logró paralizarlo.
De repente comenzó a sentir unos pasos detrás de él, se dio vuelta y resultó ser un perro que comenzó a seguirlo.
¡Ey amiguito!.- dijo Franco con ternura y agachándose para acariciarlo.
El animal estaba en un estado deplorable, muy flaquito, con los ojos hinchados, una patita renga y se notaba que era un cachorro.
Tranquilo amigo- dijo al notar que reaccionó con miedo ante su acercamiento.- no te voy a dejar solo, necesitas ayuda. ¿Vamos a casa?- le preguntó y el perro aunque aún seguía en una posición temerosa, se dejó tocar.- primero vamos a ir al Veterinario, aunque no sé cuál podrá estar abierto hoy que es feriado. Emmmm, vení amigo, vamos.
Franco junto a su nuevo amigo perruno, comenzaron a caminar hacía su casa. Allí él se encargaría de llamar a un amigo suyo que es Veterinario para que revise al animal y lo ayude a sobreponerse.
¡Ohhhh! ¿y éste amigo de dónde salió?.- dijo Nucha con asombro y una sonrisa en su cara.
No tengo idea, de seguro es callejero mi amor. Y está muy mal ¿puedo darle tránsito?.- preguntó Franco con carita de súplica.
¡Nos lo quedamos! hace mucho que no tenemos el amor de una mascota en ésta casa. Después de "Lolo" el perro de Eddy.- respondió Nucha con nostalgia. Eddy fue su esposo, quién falleció hace muchos años y su perrito se fue con él dos días después.
¡Bien ahí! Ya tenés hogar bebé.- dijo Franco con la alegría de un nene mientras le hablaba al perrito.- le tenemos que poner un nombre.
En ese mismo momento el perro saltó sobre Franco y empezó a moverle la cola, a darle besos en la cara y no dejaba de ladrar de alegría.
Ay mi amor, está muy feliz.
AMOR.- gritó Franco y el perro se quedó quieto.- ¡Apa! O le gustó el nombre o se ya se llamaba Amor.
Creo que le gustó el nombre.- contestó Nucha.
Amor, así se va a llamar. Tengo que hablarle a Fede para que lo venga a ver.
Franco llamó al Veterinario y luego de esa visita, lo medicaron, le pusieron vacunas, vitaminas e indicaciones para curarle la patita lastimada. Lo que sí fue asegurado, es que se iba a mejorar.
Hola ¿cómo les va chicas? En que las puedo ayudar.
Luz ¿vos sos la dueña no?.- pregunta Rubí. No sale de su asombro, ella es fanática de los maquillajes y está en el mismísimo paraíso.
Sí bella decime.- contesta Luz con una sonrisa luminosa.
En realidad vengo a ver todo.- contesta Luz entre risas.- soy muy fan del maquillaje ¿puedo ver?
Por supuesto, pasen, sin compromiso miren tranquilas.- contesta Luz, muy predispuesta y amable.
Rubí comienza a pasear por toda la tienda y de la emoción hasta se olvidó que vino acompañada. Emilia está en una nube, sigue pensando en la canción, en la palabra “amor”, en su papá, en su mamá, en Wendy. Ni cuenta se dio que su amiga se perdió entre los productos de belleza.
¿Te puedo ayudar en algo bella?.- le preguntó Luz bajándola de su nube.
¿Eh? No, perdón, gracias igual, vine a acompañar a mi amiga.
Bueno, cualquier cosa me decís.- le dijo Luz muy sonriente.
Sí, está bien.- contestó Emilia con una sonrisa.
¡Ole, ole, ole, oleeee la Luuuuz, la Luuuuz… Ole, ole, ole, oleeeee la Luz, la Luuuz!.- entraron un grupo de personas al local cantando, con carteles, todos sonriendo y se fueron directo a saludar a Luz. Son su familia, de corazón, pero al fin al cabo, familia.
¡Paren un poco! Me van a espantar a las chicas.- dijo Luz entre risas.- Perdón tata, son unos amigos, a decir verdad, son cómo mi familia y son muy demostrativos.- le dijo a Emilia con una sonrisa algo apenada.
No te preocupes, que lindo tener una familia así.- respondió Emilia con los ojos algo empañados, es que se le hizo un nudo en la garganta de tristeza pero también de emoción al ver el apoyo y la alegría con la que esas personas acompañaban a Luz.
Tata mirá, no te quiero espantar ja, ja, pero si necesitas hablar algún día, te espero cuando quieras acá en el local. Me caíste bien.- le dijo Luz.
Gracias.- contestó Emilia sorprendida.
El amor se hace presente de muchas maneras: en abrazos, en momentos buenos, en una sonrisa o en medio de las tormentas llegan de repente en cuatro patitas y moviéndote la colita, o te sonríe e ilumina con amabilidad y te ofrece compañía.
Continuará…
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