Cambios inesperados (3)

    Después de ese suceso desagradable, Moon y Pablo habían llegado a la mansión, después de contarle todo lo ocurrido a los demás, Mel simplemente se pararía en frente de Pablo, le pediría que se agachara a su altura, Pablo se agachó a la altura de Mel y la peli rosa soltaría una cachetada.

        — ¡¿Por qué hiciste eso?! — Pablo estaría confundido y adolorido por la cachetada.

        —¡¿cómo se te ocurrió dejar a Moon sola?! ¡Por eso te pego! — Mel estaba encolerizada.

    Pero en eso Moon se metería en la discusión para decirle a Mel —No fue culpa de Pablo, yo fui la que se alejó mucho del lugar... además si no fuese por el quién sabe que me hubiera pasado— se notaba lo nerviosa y lo sonrojada que se puso.

    Mel se tomaría unos segundos para pensar mejor la situación y soltaría un suspiro —está bien, creo que fui muy impulsiva, lo que importa es que estás bien Moon.

    —Si eso es lo importante— diría Moon.

    En eso Simón se metería a la plática haciendo una simple pregunta —¿Cómo eran los sujetos que te acorralaron en ese callejón Moon?

        —la verdad es que no me fije bien en eso— le respondió Moon.

        —eran jóvenes, yo creo que, rondando los 18 y 22 años, usaban ropas oscuras, y note que ... Bueno, al menos a los que logré detener (no diré que los dos que detuve los maté), tenían tatuajes de símbolos y runas— Pablo contestaría a la pregunta de Simón.

        —¿runas? ¿Qué es eso? — Kary estaba un tanto confundida.

        — son símbolos que se utilizan en el ocultismo y la hechicería, cada runa posee una habilidad especial dependiendo su tipo— Pablo explicaba la duda de Kary.

        —y... ¿Cómo sabes eso? — le preguntaría Simón a Pablo.

    Pablo, al escuchar eso, se quedaría en silencio unos segundos, y esos fueron los segundos más pesados para todos los que se encontraban en la sala.

    Finalmente, Pablo le respondería a Simón —a pues... lo leí en un libro hace años— hablaría en tono de seriedad para disimular su nerviosismo.

    Sin embargo, Lousie, que se encontraba escuchando al lado de Dani, se dio cuenta de que Pablo estaba ocultando algo y que estaba dispuesta a revelar la identidad de Pablo —(Yo sé que estás ocultando, y de una vez por todas, sabrán lo que eres)— pensaba Lousie en su mente mientras veía fijamente a Pablo.

    Cayendo la noche, cuando todos estaban dormidos, Lousie salió de la casa sin que nadie se diera cuenta, llevando ropa negra para perderse de vista en la negrura de la noche, partió rumbo a un pueblo muy apartado de la ciudad y de la mansión, pero con ayuda de sus poderes logro llegar más rápido.

    Estando en el pueblo, se acercó a un anciano que caminaba cerca del lugar con su bastón y su sombrero de copa.

        —disculpe, señor, sabe ¿dónde puedo encontrar este sitio? — preguntaría Lousie al acercarse al señor para mostrarle una dirección apuntada en una hoja.

        —así... ese paraje no queda muy lejos de aquí, solo sigues recto por esta calle y giras a la derecha—le diría el señor, mientras le señalaba con una mano por donde dirigirse.

        —Muchas gracias, señor— contestaría Lousie, mientras inclina ligeramente la cabeza en señal de agradecimiento al señor.

        —solo que, señorita, tenga cuidado con esas personas, jugar con cosas que uno desconoce puede ser peligroso— respondería el señor, retomar su camino a los pocos segundos.

    Lousie se quedaría quieta y analizaría lo que escuchó de la boca de a qué hombre, —(puede que tenga razón... pero tampoco puedo dejar a expensas a Mel, Kary, Dani o incluso a Simón de ese ángel y de ese demonio)— tras pensarlo estaba decidida a seguir con lo planeado y se dirigió a ese lugar que la podían atender.

    Al llegar a ese sitio toco la puerta y fue recibida por un joven de pelo negro, vestimenta oscura y con varios tatuajes en ambos brazos y se le alcanzaba a ver uno cerca del cuello.

        — ¿Qué desea? — le preguntaría el joven a Lousie.

        —pues... tengo un pequeño problema con... pues un de... demo— Lousie estaba un tanto nerviosa.

        —¿demonio queras decir?, si es eso llama a un cura o yo qué sé— le diría el chico para estar a punto de cerrarle la puerta a Lousie.

Sin embargo, Lousie detiene la puerta —¡también con un ángel!, un demonio y un ángel.

El chico, al escuchar eso, vuelve a abrir la puerta completamente, y miraría fijamente a Lousie.

        —¿Un ángel dijiste, chica? — le preguntaría el chico

        —sí, si un ángel— respondería la castaña.

El chico se hizo a un lado para dejar a Lousie entrar y una vez que entro el chico cerraría la puerta.

    Al salir el sol y ya estando en la mansión sin que los demás se dieran cuenta de que había salido, todos estaban desayunando con excepción de Pablo que estaba en él parteo regando las plantas y Moon que estaba en su cuarto.

        —bueno, yo me paso a retirar, que voy al trabajo— diría Mel para levantarse de la mesa y dejar su plato en el lavavajillas.

        —yo igual me retiro que hoy tengo clases extras en la universidad— diría Kary, para simplemente levantarse y dejar su plato en la mesa.

    Lousie por su parte se levantaría y le hablaría a Simón y a Dani —yo voy a salir a un mandado, voy a pedirle a Pablo que me acompañe.

        —está bien mucho cuidado— respondería Dani.

    Mientras que Simón no diría nada y solo diría si con la cabeza, posterior a ello Lousie se dirigiría al pateo y se dirigiría a donde estaba Pablo.

        —disculpe, señor Pablo— diría Lousie con las manos agarradas atrás de su espalda.

        —¿Qué sucede Lousie? — respondería Pablo sin dejar de regar las plantas.

        —Pues es que necesitare su ayuda con un encargo que tengo y no sé si tendría la molestia de ayudarme, le prometo que no tomara mucho tiempo je, je, je— Lousie pareciera que planeaba algo.

        —mmmm está bien Lousie— accedería Pablo, para cerrar le a la llave de la manguera.

    Por otro lado, desde su ventana Moon veía como Pablo y Lousie hablaban, pero sin saber sobre qué estaban hablando, ya que por la altura donde se encontraba su cuarto no se escuchaba nada, sin embargo, para Moon resultaba algo extraño, por el hecho de que, Lousie raramente le dirigía la palabra a Pablo y más siendo de manera directa con él. Por lo que Moon tendría un raro presentimiento entre angustia y... ¿Celos? Para posteriormente ver como Lousie y Pablo volverían a entrar a la casa para arreglarse y salir al lugar donde van a ir tanto Lousie como Pablo.

    Caminando un rato, Lousie estaba dirigiendo a Pablo por un camino desconocido por el bosque, habían pasado un par de horas caminando.

        —Lousie, exactamente a ¿Dónde vamos?, y ¿no habría otro camino? — Pablo estaba un tanto confundido y mirando a cada lado por donde caminan.

        —no te preocupes, ya casi llegamos, y cuando lleguemos lo sabrás, además este es el único camino tengo entendido— le respondería Lousie.

        —(Tengo un raro presentimiento de esto, pero no creo que tenga malas intenciones, digo nada malo puede hacer una joven de que será... 17,18 años, tal vez)— pensaría Pablo mientras se rascaba la nuca.

        —bueno es aquí, señor Pablo— le diría Lousie mientras ella se detendría en frente de una zona muy adentro del bosque muy amplia y despejada.

    Pablo se quedaría dudoso por el lugar, por lo que se le adelantaría a Lousie y se pararía en el centro del lugar, mirando a su alrededor un tanto ignorante.

        —Lousie, pero aquí no hay nada, esto es una broma, ¿verdad? — Pablo voltearía a ver a Lousie.

        —No, señor Pablo— diría Lousie mientras saca un mechero y lo enciende —de hecho, es justo donde queríamos que estuvieras— terminaría de decir Lousie mientras arroja el mechero al suelo muy cerca de donde estaba parado Pablo.

    Al caer el mechero al suelo, un círculo de fuego rodea a Pablo, este se quedaría impactado y solo se le quedaría viendo a Lousie sobre lo que hizo.

        —Lousie... ¿Qué se supone que hiciste? ¿Esto sin duda es un juego no? Acaba con este juego, porque no es divertido— le diría Pablo mirando a Lousie un tanto preocupado.

        —¿crees que no sé qué eres un ángel? O ¿Qué Moon es un demonio? Ustedes no deberían de convivir con nosotros y mucho menos con mi familia— respondería Lousie entre molesta y asustada.

        —¿pero ¿Qué estás diciendo? Los ángeles y demonios son más que un...— diría Pablo antes de ser interrumpido.

        — ¿Mito?, ¿cuento?, ¿fantasía? — diría aquel joven al que Lousie fue a ver mientras salía entre los árboles junto con otros 8 más sujetos vestidos de negro y con tatuajes en brazos y cuello.

        —adelante, señor, puede decir lo que quiera, pero esto revelara la verdad— aquel joven, después de pronunciar aquellas palabras, se alzaría la manga izquierda de su chaqueta negra y dejaría al descubierto un símbolo tatuado en la parte baja de su brazo, después otro sujeto de los que salió con él le entregaría una daga para posteriormente se contara la palma de su mano derecha y con la mano ensangrentada la pondría en el tatuaje expuesto.

    Dicho tatuaje se puso en un tono amarillento y comenzó a desprender luz entre amarilla y roja, en eso Pablo se sujetó la cabeza con ambas manos y actuaba como si tuviera escuchando un sonido irritante y solo hacia caras de no soportar tal sufrimiento.

        —Por favor paren— diría Pablo arrodillándose mientras aún sostenía su cabeza con sus manos incapaz de soportar el dolor, — ¡DIJE QUE PAREN! — gritaría Pablo, mientras sus ojos se ponían azul muy brillante mientras su cuerpo desprendía una luz blanca y atrás de Pablo se proyectaba una sombra grande de sus alas.

    El efecto del tatuaje acabaría, y tanto los ojos de Pablo volverían a la normalidad como el brillo y la sombra de sus alas desaparecería y este caería al suelo rendido con el poco suspirar que le quedaba a Pablo diría con una voz muy débil —Lousie... no lo hagas.

        —vamos chica, aún hay un demonio que acabar, luego nos encargaremos del ángel— le diría el joven a Lousie.

    Lousie se quedaría pensando unos segundos y después usando sus poderes desaparecería ella junto con los otros que sujetos a la mansión, tras eso Pablo soltaría el último suspiro que le quedaba para caer al suelo desmayado, rodeado en una trampa para ángeles en medio de la profundidad del bosque.

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