Capítulo 2. La fiesta

Isabella se sorprendió, pero dijo dulcemente: "Me gusta tomar la iniciativa ..."

El hombre se burló.

Caminó hasta la cama y sostuvo la nuca de Isabella, dándole un beso largo y agresivo. "Te ves bien. Las cosas serían simples si vas al grano. No tienes que ofenderme".

Isabella se asustó.

El beso fue demasiado repentino. Isabella agarró las sábanas con fuerza y resistió el impulso de golpearlo. Se apresuró a apartar al hombre y dijo con ojos seductores: "¿No dije que yo tomaría la iniciativa?"

"¿Un verdadero coqueteo?"

Una mirada fría cruzó por los ojos del hombre y pellizcó la barbilla de Isabella. "Si no me equivoco tienes un plan entre manos."

¡Maldito seas!

Isabella maldijo por dentro, pero tiró al hombre para que se sentara en la cama con una sonrisa, diciendo halagadoramente, "Eso no es cierto. ¡Solo quiero que lo pasemos bien esta noche, bebé!"

El hombre sonrió frívolo, "Entonces no me decepciones".

"¡Por supuesto que no!"

Isabella extendió la mano y acarició sonriente el hermoso rostro del hombre. Cuando finalmente cerró los ojos, su dulce rostro se extendió en una feroz sonrisa.

"¡Pero nunca tendré sexo con un gay como tú!"

¡Splash!

Ella le roció agua con pimienta en la cara y el hombre se tapó los ojos involuntariamente. Agarró una botella de vino escondida debajo de la almohada y golpeó en la parte inferior del abdomen del hombre. "¡Prueba el agua de pimienta superpicante de la suite presidencial, Pervertido!"

Se escuchó un gemido de dolor.

El hombre hizo una mueca de dolor.

"¡Ayuda!" Su plan funcionó. Isabella saltó rápidamente de la cama y abrió la puerta. Fingió arreglarse la bata de baño, gritando a los guardaespaldas afuera con fingido terror: "¡Parece que tu jefe no está bien! ¡Ve a ver cómo está! ¡Ahora!"

"¡¿Qué?! ¿Le pasó algo al señor Joseph?"

Los hombres corpulentos que estaban afuera se apresuraron a entrar en la habitación cuando escucharon el doloroso gemido del hombre. Isabella sonrió y abrió la puerta, escabulléndose rápidamente ...

En la habitación, el hombre apartó a sus guardaespaldas y gritó: "¡¿Dónde está esa pendeja?!"

"¿Esa pendeja? ¡Oh, no! ¡Maldita sea! ¡Se escapó!"

"¡Son un montón de basura!"

El hombre rugió enojado, pero pronto se agarró el estómago de dolor. Dijo con un rostro pálido y sombrío: "¡Búscala ahora! Incluso si tienes que rastrillar toda la ciudad, tienes que atrapar a esta maldita. ¡¿Cómo se atreve a engañarme a mí? Soy Joseph Wilson, yo la llevaré al infierno personalmente!"

Cuando Isabella vio a los hombres fuertes bajar las escaleras para buscarla, sonrió en la esquina de la escalera y subió.

Después de eso, se cambió tranquilamente de ropa y se fue tranquilamente del hotel...

Eran muy tarde en la noche cuando llegó a su casa.

La puerta de hierro chirrió cuando la abrió.

Ella entró de puntillas.

"Lukas ..."

Después de dar unos pasos, escuchó a un hombre jadeando y a una mujer gimiendo suavemente detrás de los arbustos. Ella se dio la vuelta en estado de shock.

Vio dos figuras que se besaban apasionadamente y se enredaban, sus ropas en desorden.

El hombre era guapo y atractivo. Era Lukas Shaw, una estrella popular en la industria cinematográfica nacional.

La mujer encantadora en sus brazos era su hermana Rosy.

"Isabella, has vuelto."

Cuando escuchó que se abría la puerta, Lukas soltó a Rosy y se arregló elegantemente la ropa.

A Rosy no le importó ocultar su pecho y hombros desnudos en absoluto, mirando desafiante a Isabella. "¿Disfrutas del espectáculo, Isabella?"

"Lo siento, no quise interrumpir."

Isabella se recuperó de su sorpresa y torpemente dio dos pasos hacia atrás. "Por favor, continúa. Me voy."

"Espera."

Lukas la detuvo con una voz agradable. Se acercó y acarició el cabello de Isabella. "Isabella, ¿por qué tienes el pelo mojado?"

"Bueno ... nuestro club de teatro tuvo una cena hoy. El juego se fue de las manos y me mojé".

Isabella miró por el rabillo del ojo sus delgados y atractivos dedos, diciendo una mentira sin pensar.

"Vuelve y sécate ahora. No te resfríes". Lukas le dio una palmada en el hombro a Isabella, revelando una sonrisa brillante. "Tu padre parece tener algo que discutir contigo."

"Okay."

"¡Espera, Isabella!" Rosy gritó.

Isabella se dio la vuelta, perpleja. "Rosy, ¿qué pasa?"

"Nuestra fiesta de compromiso se llevará a cabo el próximo mes".

Rosy se inclinó en los brazos de Lukas, sus ojos brillando con advertencia y complacencia. "Así que será mejor que te contengas en estos días y no causes ningún problema a la familia".

"Está bien, entendido."

Cuando Isabella vio a Lukas abrazar tiernamente a Rosy, miró hacia abajo para ocultar la decepción en sus ojos y rápidamente corrió hacia la casa ...

Carl Smith y Rosa Flores estaban sentados en el sofá viendo la televisión en el primer piso. Isabella abrió la puerta y caminó con ligereza. Ella saludó cuidadosamente, "Papá, mamá, estoy de regreso".

"Es tan tarde. ¿A dónde fuiste?" Carl se sentó en el asiento principal y miró la televisión, preguntando sin mirarla.

Rosa miró a Isabella con nerviosismo.

"El club de teatro de la escuela tuvo una cena, así que volví tarde", susurró Isabella, "Lo siento, papá. La próxima vez..."

"Ven, siéntate aquí. Tengo algo que decirte".

Isabella hizo una pausa y luego se sentó al lado de Rosa con cautela.

"Hay una fiesta en la habitación 608 del Empire Entertainment Center mañana por la noche. Empieza a las ocho en punto".

Carl tomó una caja de la mesa y se la arrojó a Isabella. "Usa esto y aprovecha la oportunidad".

Dentro de la caja había un vestido corto de encaje negro. Isabella se puso rígida. "Papá, ¿qué fiesta es? ¿Por qué necesito usar este tipo de vestido?"

"Es una fiesta para los jóvenes". Carl entrecerró los ojos. "¿Qué, no te gusta el vestido que te compré?"

"Me, me gusta".

Isabella se pellizcó la palma de la mano y dijo: "Gracias, papá. Estaré allí a tiempo mañana".

"Bien entonces..."

"¡No, no!"

Rosa de repente estalló y se arrodilló en el suelo, agarrando los pantalones de Carl. "Carl, por favor, no le pidas a Isabella que vaya a ese tipo de fiesta. ¡La estás empujando al infierno!"

"¡Eres una loca! ¿De qué hablas?"

Carl, que acababa de ser amable y refinado, instantáneamente se enfureció. Agarró el cabello de Rosa y dijo con expresión feroz: "¿Quién crees que la está empujando al infierno?"

"¡Papá!" Al ver que las cosas iban mal, Isabella se arrodilló rápidamente y agarró la muñeca de Carl. "¡No dije que no! ¡No le pegues a mamá!"

"¡No!"

Rosa fue víctima de violencia doméstica y le tenía miedo a Carl como un ratón temiendo a un gato.

Sin embargo, ahora estaba extremadamente resuelta y valiente. Levantó la voz y protestó: "¿Qué fiesta? No puede ir. Es simplemente una fiesta para los jóvenes ricos ..."

"¿De qué tonterías estás hablando?"

Carl abofeteó a Rosa, "¡Qué desagradecimiento! ¡Te daré una paliza hoy!"

"¡Papá! ¡No!"

Isabella se paró rápidamente frente a Rosa. Temblaba de miedo, pero dijo: "Papá, si estás enojado, golpéame a mí. ¡Deja de golpear a mi mamá!".