Capítulo 18. Capaz de robar la mirada de muchos.
Ha pasado una semana desde la última vez que los chicos se vieron, aunque estaban relativamente cerca, Krysten se mantenía encerrada la mayor parte del día en su habitación y solo salía un rato por las tardes cuando refrescaba; se sentaba bajo uno de los árboles de la granja apoyando su laptop sobre sus piernas, sin dejar de mover ágilmente sus dedos sobre el teclado. Su abuelo la observaba con curiosidad, no tenía idea de qué tenía tan ocupada y concentrada a su nieta, aunque tampoco quería interferir en sus asuntos.
Ella estaba dedicada a escribir, pero por ahora no tenía mucho que contar, se encontraba enfrascada en sus propias ideas, siempre venían muchas cosas a su mente, cosas en las que podía trabajar, pero una cosa era pensarlo, tener la idea y otra muy distinta atreverse a dar ese paso. Así es que por el momento, ella se concentró en investigar sobre grupos de apoyo donde pudiera asistir como voluntaria. ‘Lo primero que debo hacer es trabajar en mí, si yo estoy bien, podré ayudar a más chicas que como yo, están pasando por una crisis emocional’, se dijo la chica; cerró su laptop, se puso de pie y subió de nuevo a su habitación para guardarla.
- ¡Hola Edith! ¿Necesitas ayuda? – Preguntó la chica cuando bajó de nuevo y entró a la cocina.
- Edith asintió con la cabeza. - ¿Puede ayudarme con esas verduras señorita Krysten?
- Bien\, deja me lavo las manos.
A las siete de la noche cuando todos estaban en la mesa, su abuelo la notó distraída, pero recordó que la familia Ramírez los había invitado a la fiesta de cumpleaños de su hija menor.
- Krysten\, la hija de Edith cumple años mañana\, nos han invitado a pasar el día con ellos. – Dijo su abuelo sacándola de sus pensamientos.
- Perdón\, yo… sí\, claro abuelo.
Era sábado por la mañana, esta vez se había despertado a una hora más normal de lo que solía hacerlo por culpa de Jerry. Cuando se puso de pie tomó su medicamento, entró al baño a asearse y se puso ropa cómoda para andar en la granja, era fin de semana y no tenía planes y mucho menos conocía a chicos de su edad con los cuales pasar un buen rato.
Bajó la escalera, le pareció extraño no ver a Edith, acechó en la sala y su abuelo tampoco estaba ahí leyendo su habitual periódico, se asomó al jardín y vio al viejo en cuclillas en la tierra del jardín frontal de la casa.
- ¡Hola abuelo! ¡Buen día! – Saludó la chica.
- Hoy si se te pegaron las sábanas\, el pobre Jerry casi se quedó afónico y tú brillabas con tu ausencia.
- Sí bueno\, dudo que me hayas esperado para desayunar. ¿Qué haces ahí en la tierra? ¿Podrás pararte después? – Se burló la chica.
- Niña, ya quisiera verte a mi edad hacer todo lo que yo hago ahora.
- Anda\, déjame ayudarte y no te quejes más.
El señor Edwin estaba plantando algunos rosales en la parte frontal de la casa, el pequeño jardín que deleitaba la vista de todo aquel que llegaba a la granja. Había sembrado varios tipos de flores, pero había descubierto recientemente que a su nieta le encantaban los tulipanes.
- Te vas a ensuciar la ropa. – Dijo su abuelo.
- Quieres dejar de tratarme como una inútil, puedo hacer esto abuelo. Si la ropa o las manos se me ensucian, pues simplemente los lavo y punto.
- Ya\, bien. – El señor Edwin no quería hacerla enojar\, había presenciado los cambios de humor de su nieta\, cuando le habló a su hijo menor para preguntarle\, él le dijo que debía tenerle paciencia y tratarla lo más normal posible\, Krysten era una chica amable y muy sonriente la mayor parte del tiempo\, pero debido a su problema de depresión sufría de abruptos cambios anímicos\, podía encerrarse por días debido a la tristeza\, frustración y el rechazo que sentía por ella misma. La chica odiaba ser tratada como una niña\, aunque él mismo sabía que su sobrina desempeñaba ese papel cuando le convenía. – Toma\, plantaremos estas semillas\, también he traído algunos tulipanes del vivero de Littleton.
- Me encantan los tulipanes\, ¿lo sabías?
- Lo sabía\, por eso los compré.
- Gracias abuelo. Por cierto, ¿dónde está Edith? No la vi por ningún lado.
- Niña\, los fines de semana son los únicos días que ella no viene a trabajar. Gerardo vino un rato y se fue hace como quince minutos. Recuerda que hoy es la fiesta de cumpleaños de su hija menor.
- Es cierto, supongo que aún sigo algo adormilada.
Después de que abuelo y nieta terminaran de plantar las nuevas flores del jardín, la chica fue a la cocina por un aperitivo sencillo y subió a su habitación para tomar una ducha y cambiarse. A las once del día, cuando el señor Edwin estaba listo, se acercó a la habitación de la chica para apresurarla, pero unos suaves sonidos llamaron su atención.
- ‘¿Está llorando?\, se preguntó en su mente’. – Krysten\, ¿puedo pasar? – La chica no respondió. – Voy a entrar niña\, espero estés vestida. – Él abrió la puerta lentamente\, sintió un ligero apretón en su pecho cuando vio a su nieta hecha bolita sobre un pequeño montón de ropa. – Krysten\, cariño\, ¿qué pasa niña? – Preguntó preocupado.
- Krysten tenía puesto un vestido floral bohemio\, ajustado de la parte alta y holgado de la falda. – No me siento cómoda con ésta ropa. – Dijo Krysten entre lágrimas.
- Niña\, pero… por qué no me muestras algunos conjuntos\, podemos escoger juntos. – El señor Edwin nunca antes había tenido que lidiar con este tipo de temas\, pero el ver las lágrimas de su nieta lo hizo ponerse ansioso\, no sabía qué hacer o cómo ayudarla.
Krysten se probó tres vestidos, todos se los mostró a su abuelo. Él podía ver la incomodidad de su nieta en su aspecto y la forma de pararse, con los hombros ligeramente caídos, encorvada, con la mirada cohibida y nublada a causa de las lágrimas y sujetando sus manos frente a su estómago.
- Krysten\, me gustaría poder ayudarte hija\, pero necesito que confíes en mí\, que hables conmigo de lo que te pasa. Es obvio que no estás bien\, lo puedo ver en tús ojos.
- Yo… - Krysten estaba respirando agitadamente\, necesitaba desahogarse y justo ahora no había nadie más con quien pudiera hacerlo. – Las fotos que tienes de mí\, las que te envió la abuela\, yo… no estaba así. – señaló su cuerpo con ambas manos. – Desde que mi enfermedad empezó a afectarme\, odio mi cuerpo abuelo\, no me siento a gusto con la mujer que soy ahora. Sé que no debo lamentarme y pensar en lo que era antes\, en cómo me veía antes de que mi cuerpo tomara esta forma. Hay días en que amanezco bien\, puedo ser la chica más sonriente y positiva\, pero hay días tan grises para mí\, en los que me siento fatal conmigo misma\, tengo que lidiar con mi depresión y no debería de hacerlo sola\, debería buscar ayuda.
- Bien\, buscaremos ayuda\, pero necesito que estés dispuesta a dejarte ayudar. ¿Es por eso que necesitabas tiempo lejos de tus padres?
- Papá siempre me presionaba\, primero quería que yo estudiara algo relacionado a finanzas. En cuanto me negué\, empezamos a discutir con mayor constancia\, además yo solía meterme en muchos problemas\, algunas veces yo los ocasionaba y otras veces solo era parte de mi mala suerte\, pero siempre buscaba una forma para castigarme o discutir conmigo. Mamá casi siempre actuaba como espectadora\, no interfería en nuestras discusiones aunque supiera que mi padre no siempre tenía la razón. Yo… necesitaba alejarme para pensar en lo que quiero para mi futuro\, para dedicarme tiempo y sanar.
- Escucha Krysten\, es probable que muchos te lo hayan dicho antes\, eres una chica hermosa niña y sé que el que yo te lo diga no te hará sentir mejor\, porque primero necesitas creerlo tú. De los tres vestidos que usaste\, me gustó el segundo\, el blanco con rayas azules\, creo que te hace lucir muy linda.
- Pero con ese se me notan demasiado las curvas abuelo\, además de que odio que se muestren mis rodillas\, son demasiado gordas.
- Tonterías Krysten\, ya quisieran muchas tener ese par de piernas que tú tienes. Anda\, termina de arreglarte\, no te quites ese vestido\, te mostraré algo cuando estés lista. – Dijo su abuelo dejándola sola en su habitación para que ella terminara de arreglarse.
Krysten se observó en el espejo que estaba en su habitación, lucía su vestido blanco a rayas azules, con cuello tipo v cruzado que acentuaba la cintura con un nudo envolvente a un costado. Se puso algunos accesorios en color dorado y maquilló sutilmente debido al calor que había y a que era una fiesta de día. Aplicó una de las lociones que su tío Edmund le había enviado y se puso unas sandalias bajas.
Cuando bajó de su cuarto, su abuelo la esperaba en la sala. Sonrió complacido al ver a su nieta con el vestido que él había sugerido, aunque ella no pudiese notarlo, se veía hermosa.
- Vamos cariño. – Le dijo su abuelo extendiendo su brazo hacia la puerta para que salieran. Abrió la puerta de la camioneta y la ayudó a subirse\, él hizo lo mismo tan pronto la vio ponerse el cinturón de seguridad. - Escucha Krysten\, tú abuela nunca fue una mujer de piernas largas\, cuando regresemos a casa te mostraré fotos de cuando ambos éramos jóvenes. Así es que niña\, es probable que hayas sacado su complexión. ¿Qué te dijo el doctor sobre el hipotiroidismo? ¿Puedes bajar de peso?
- Con el hipotiroidismo\, solo se puede llegar a perder una pequeña parte de peso\, es menos del diez por ciento. Lo único que me aconsejaron es que cuide mi consumo de alimentos\, debo llevar una dieta balanceada\, principalmente verduras\, frutas\, pescado y evitar alimentos altos en azucares\, sal y aquellos que disminuyan la capacidad de absorción de la levotiroxina.
- Entiendo\, entonces…
- Sí\, debo aprender a vivir con esto – dijo señalando nuevamente su cuerpo – por el resto de mi vida. – Sonrió con los labios apretados\, su abuelo hizo una pequeña mueca. – Abuelo\, ¿a dónde vamos? ¿Edith y su familia viven hacia el centro?
- No\, haremos una parada antes de ir a ellos. No hemos comprado un regalo para Katya. - Su abuelo detuvo la camioneta en el centro comercial Woodlawn.
- Bien\, pero yo me quedo en la camioneta. – Ella no quería mostrarse con esa ropa\, menos en un centro comercial.
- Krysten\, no tengo idea de qué podría comprarle a la chica. Por favor\, acompáñame\, ¿dejaras que este anciano ande solo por ese enorme centro comercial? Podría perderme o caer. – Su abuelo insistiría\, no la dejaría sola en la camioneta\, además aún estaba por mostrarle algo.
Krysten puso los ojos en blanco, hizo algunas cuantas rabietas antes de abrir la puerta y bajar, sabía que su abuelo lo estaba haciendo a propósito, había visto a través de su pequeña farsa, pero también era consciente de que el anciano no la dejaría en paz hasta hacerla bajar.
- Bien anciano\, tú ganas. – Dijo la chica con una pequeña mueca en su rostro. - ¿Cuántos años tiene Katya? – Preguntó mientras tomaba del brazo a su abuelo.
- No lo sé con exactitud\, es como de tu edad.
Krysten movió la cabeza de un lado a otro, resignada continuó caminando con su abuelo hacia el interior del centro comercial, confiada en que encontraría algo que le agradara a la chica. Mientras caminaba por el centro comercial con su abuelo, sintió la mirada curiosa de algunas personas, también se dio cuenta de que muchos hombres la observaban de pies a cabeza, con un cierto toque de lascivia en ellos. ‘Imbécil’, murmuró la chica a uno de ellos.
- ¿Qué pasa Krysten? – Preguntó su abuelo cuando alcanzó a escucharla.
- Ese imbécil\, no deja de verme. – Se quejó la chica. – Ni porque vienes conmigo\, deja de observarme. – La chica se detuvo intentando mostrarle a su abuelo de quién hablaba.
- Bueno\, no es al único al que he visto observarte durante el camino. – Respondió su abuelo con una sonrisa divertida.
- ¿Y eso te parece gracioso? – Replicó la chica.
- Hay algo que no has notado querida nieta. – Krysten lo observó extrañada por su comentario. – Haz llamado la atención de muchas personas. Eres hermosa Krysten\, aunque tú ahora no puedes verlo\, ellos sí que pueden cariño. No me importa qué tengo que hacer para ayudarte\, irás a terapia\, si quieres que yo vaya contigo o si quieres que yo también tome terapia\, entonces lo haremos. Lo que sea que quieras o necesites\, lo haremos mi niña.
- Los ojos de Krysten se nublaron al escuchar las palabras de su abuelo. - ¿Harías eso por mí?
- Bueno\, aunque creo que ya soy un poco viejo para eso\, estoy dispuesto a hacerlo si eso te ayuda. No estuve para ti durante mucho tiempo Krysten\, ahora que estás aquí\, no quiero perderme nada de tu vida cariño. Creo que tu abuela te mandó a mí por una razón\, ella sabía que tú podías ayudarme a sanar mi atormentada alma\, me has dado un poco de paz cariño\, así es que ahora\, ambos nos ayudaremos\, pero quiero que confíes en mí y seas capaz de contarme cualquier cosa que te moleste\, que t esté afectando.
Krysten se echó a los brazos de su abuelo, aún con los ojos bañados en lágrimas. El señor Edwin palmeó suavemente su hombro y acarició su cabello, tener a su nieta a su lado le había dado una tranquilidad que hace mucho tiempo no tenía, aún no sabía por todo lo que ella habia pasado, pero era consciente de que necesitaba ayuda y estaba dispuesto a hacer lo que estuviera a su alcance para lograr que esa pequeña flor brillara. Estaba seguro de que un día, ella podría verse al espejo y aceptarse tal cual como es, hermosa en todos los sentidos.
- ¿Hiciste esto intencionalmente? – Preguntó la chica.
- ¿Qué? – Preguntó con un rastro de confusión su abuelo.
- El traerme a este lugar y casi obligarme a bajar…
- Escucha\, como tu abuelo no debería permitir que esos hombres te vean de esa forma. Si tu padre o tu tío se enteraran\, estoy seguro de que estaría en problemas. Pero quería que te dieras cuenta por ti misma\, que eres una chica hermosa\, capaz de robarte la mirada de muchos al pasar.
Krysten sonrió disimuladamente, sus mejillas habían tomado un ligero color carmesí al darse cuenta de que las palabras de su abuelo no estaban del todo erróneas. Limpió con pequeños golpecitos del dorso de sus manos el rastro que las lágrimas habían dejado para evitar arruinar su maquillaje. Discutieron sobre los posibles gustos de la chica para poder elegir el regalo adecuado, una vez que se pusieron de acuerdo, salieron del centro comercial en dirección a la casa de los Ramírez.
- Buenas tardes. – Abuelo y nieta saludaron a la familia Ramírez al llegar\, él fue el encargado de entregar el regalo a Katya.
- Señor Ghant\, no se hubiese molestado. Gracias. – Dijo la señora Edith.
- Lo hicimos con gusto. Espero que te guste Katya\, mi nieta lo escogió por mí. ¡Oh! No las hemos presentado formalmente\, Katya\, ella es Krysten\, mi nieta menor. Krysten\, ella es Katya\, la hija menor de Edith y Gerardo.
La familia Ramírez había llegado a Littleton cinco años atrás, al principio, el señor Edwin les brindó hospedaje y comida y a cambio ellos lo ayudaban con las labores de la granja. Tan pronto encontraron un buen lugar, unos cuantos kilómetros más lejos de la granja, donde pudieran criar a sus hijos y hacer de él su hogar, se mudaron. Pero el señor Edwin les ofreció trabajo, él ya no tenía la misma energía para cuidar por sí mismo toda la granja, por eso valoraba la ayuda de los Ramírez y confiaba en ellos, siempre demostraron ser personas responsables y honestas.
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Comments
Momys.rub
Cuando empiezas a Amarte y confiar más q en una "Apariencia" es ahí donde empiezas a ser Feliz!
La mayoría de las mujeres intentamos buscar la "Perfeccion", por q erróneamente lo hacemos para "Agradar" a los demás y No a uno mismo. Unos kilos menos o más, No te definen!! Amarte tal cual, con callito de andadera al rededor de tu cintura No te hace menos bella!!!! Sabemos q los kilos de más No son buenos para la salud, pero no siempre los tenemos por q comamos de más!!! Debemos de aprender a Amarnos nosotras mismas aun con todos nuestros defecto!! Nuestro cuerpo es un templo!!!! Buscar ayuda psicológica es lo mejor cuando nuestra mente pelea con nosotras.
2023-11-16
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ANAIRAM *** ❤❤❤ ***
Siempre hay algo que nos hace sentir inseguras o inconformes. Las que tienen el cabello rizado lo quieren lacio y las de pelo lacio lo quieren rizado. Las gorditas quieren ser flacas y las flacas queremos ser más rellenitas. Muchas veces no nos damos cuenta cuánto puede influenciar en nuestra mente lo que vemos en internet, los altos estándares de belleza basados en criterios que ni siquiera deberíamos considerar.
Hay que aceptarnos tal cual como somos y aprender a amarnos. 🤗🤗
2021-10-27
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