5 Chico Misterioso

-Valla no está bien que una señorita tan linda como tu

este llorando sola en este lugar.

Sin que me diera cuenta un chico estaba parado tras de mí, de

momento me sorprendió ya que no lo había escuchado llegar.

- ¿Quién eres? y ¿Qué haces aquí?

Le dije mientras me levantaba bruscamente y lo encaraba

de frente.

- ¡Valla\, valla\, valla!\, ¡La gatita tiene garras! ¡Tranquila

solo estaba paseando por

el lugar!, escuche que alguien estaba llorando, y solo me

acerque para

ver si no estabas herida o necesitabas ayuda.

-Pues para tu información no estaba llorando y no

necesito nada de ti.

-Que rudeza, tranquila no te haré daño. Y no sé cómo

dices que no llorabas, cuando tus ojos dicen todo lo

contrario.

-Bueno a ti que te importa de igual manera no me conoces,

ni yo a ti, así que por favor márchate.

-Claro que no, no puedo dejar a nadie que este llorando

solo.

Y sin darme cuenta me tomo de un brazo, me jalo hacia él

y me abrazo. Odio admitirlo, pero creo que era lo que me

hacía falta, y sin más, llore como nunca lo había hecho.

No puedo creer que lo hiciera con alguien que ni

siquiera conozco. Pero de alguna manera se sentía cálido, un

calor que hace

mucho no sentía, un calor que me tranquilizaba.

- ¿Te sientes mejor?

-Creo que sí, ¿por cierto quién eres?

- Yo\, soy Yuma\, ven siéntate necesitas platicar verdad.

-No me siento segura hablar de mis problemas con

extraños.

-Esa es una gran ventaja, porque si no te conozco, tienes

la seguridad de que no le contare a nadie lo que me digas.

Por un momento dude si hablar con él o no, pero solo

tengo a mi amiga Yaretzi, y ella está ocupada en estos

momentos y no tengo

alguien más con quien platicar, así que no tengo nada que

perder.

Me senté a su lado y le conté todo lo que me había sucedido

hasta ese momento.

Prácticamente me desahogue con él.

-Así que esa es la razón por la cual estabas llorando.

- ¡SI!

-Sabes que en estos momentos no solo tú tienes problemas,

en cada hogar de esta tribu tienen problemas y aun así te

los

topas en la calle y te saludan con una sonrisa que es falsa,

una sonrisa con la

que cubren su dolor, tal vez lo mismo que tú has hecho

delante de las personas

que conoces.

No te deberías de ahogar en un vaso de agua.

Recuerda que no solo llueve en tu milpa.

Aunque también es bueno desahogarte como lo hiciste ahora, no

hace bien guardar tanto dolor.

-Tienes razón, en estos momentos solo me he preocupado por

mí y no he pensado en los demás, como mi padre, él está

enfrentando este dolor

solo y no sé cómo ayudarlo.

-Como mi madre siempre dice, (un abrazo cura el dolor que

no es físico si no del corazón.) Dale un abrazo fuerte a tu

padre, ellos suelen

ser muy fuertes y no demuestran debilidad ante nadie, pero

también necesitan un

abrazo de vez en cuando.

-Si tienes razón. Muchas gracias Yuma, por cierto donde

vives nunca antes te había visto por aquí.

-Porque no soy de aquí, vivo en otro lugar.

Vengo de lejos.

- ¡Oh! Esa es la razón por la que no te había visto antes.

-Sí, y ya me tengo que marchar.

Se levanta y se sacude la arena.

-Me dio mucho gusto hablar contigo, y el haberte

conocido.

-Te volveré a ver.

-No lo creo. Cuídate mucho.

Me levanté le di un abrazo, me despedí y lo vi alejarse poco

a poco.

¡Qué chico tan extraño!  Después de perderlo de vista me fui también,

caminaba dando pequeños pasos pensando una y otra vez en cómo se veía su

rostro, seria genial que el fuera la persona con la que me casare. Aun no se

cual sea mi futuro, pero espero volverme a cruzar con él.

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