Capítulo 4

Votar para más ❤

Me levante mas temprano ya que no podía seguir durmiendo más, me era imposible lo había intentado pero solo daba vueltas en la cama.

Cuando abro la puerta me aseguro de no escuchar ningún sonido, comienzo a caminar hasta mi cuarto encontrándome con una nota encima de la cama.

Te deje suficiente dinero para que te compres un buen vestido para el evento de la empresa, esta misma noche viajaremos.

Lo siento por lo de anoche no era mi intención sabes que siempre serás el amor de mi vida.

Me doy cuenta que encima de la mesilla había un ramo de rosas que parecían recién cortadas, me acerco cogiéndolas y el olor me viene.

Hacía mucho que no tenía un detalle como este conmigo, menos para pedirme perdón por algo que había hecho él.

No te ilusiones – me habla mi subconsciente.

Lo sé que no debería ilusionarme, pero se trataba de mi marido, mi propio marido que hacía un montón de tiempo que no tenía, aunque fuera un pequeño detalle conmigo.

Dejo las rosas para darme una ducha rápida cuando termino me visto con algo sencillo bajo a desayunar encontrándome con Rosalía.

-Buenos días mi niña - me saluda ella dejándome un beso en mi mejilla.

-Buenos días Rosalía – la sonrió.

-¿Qué tiene pensando hacer señorita? - me pregunta.

-Necesito que te vengas conmigo de compras, me tengo que comprar un vestido para el evento Justin me dejo una nota que esta misma noche viajaremos hacía Italia – ella asiente poniendo una mueca, tal vez escucho la discusión que tuve con mi marido.

Si, Justin era italiano llevaba mucho tiempo sin pisar su país echaba de menos pasear por esas calles tan bonitas y tan decoradas llena de colores, eran muy alegres.

-Entonces mi niña pasaremos una mañana bastante entretenida buscando el vestido perfecto – sonrió porque por lo menos saldría y aunque fuera por unas horas despejaría mi mente por completo. - En unas cuantas horas estarás en Italia de nuevo - tenía ilusión, aunque ya hubiera viajado antes.

Pero solo de pensar en la simple idea de salir, cambiar de aires, aunque fuese por dos días si no me equivocaba sonaba genial.

Esperaba poder tener algo de tiempo, aunque fuera solo para pasear un poco y comer comida italiana, la primera vez que fui hace mucho tiempo ya se convirtió la comida italiana mi favorita.

-Estoy deseando Rosalía poder salir un poco

Con eso comienzo a desayunar, cuando termino avisamos al chofer que nos llevase al centro donde estaban las mejores tiendas de ropa.

Estuvimos desde pronto pasándonos por muchas tiendas en las que había muchos vestidos bonitos, pero no el indicado para la ocasión.

Me dolían las piernas de tanto andar y subir escaleras para después bajarlas.

Comenzó hasta agobiarme un poco porque Justin me aviso con poco tiempo y aún no había encontrado el indicado mientras el tiempo pasaba sin detenerse, pero mis ojos se posan en una tienda donde a través del espejo se veía un precioso vestido largo azul clarito puesto en un maniquí.

-Rosalía... - poso mi mano en su brazo haciendo que se detenga mirando en la dirección que estaba mirando yo.

-Valla... es precioso, entremos - me anima ella separándose para entrar rápido a la tienda.

La sigo dentro de la tienda, mis ojos se posan en cada vestido que tengo enfrente de mí, todos eran preciosos, pero él que me termino enamorando sin duda fue el azul clarito.

-Perdone me interesa ese vestido – me acerco a una de las chicas que estaban cerca.

Ella me sonríe para después señalar el vestido asiento con mi cabeza y me pide que la siga.

Tenían uno guardado en que no me lo pensé y corrí a los probadores para ponerlo para después verme de cuerpo entero en el espejo que había decorado afuera.

Rosalía se sentó en un sillón que también estaba afuera esperándome.

Cuando me lo puse salí para pedirla ayuda con la cremallera que casi no se veía ya que al estar atrás en mi espalda me costaba subirla yo.

-Oh dios mío... - Rosalía se lleva las manos a su boca sorprendida cuando me mira de arriba abajo. - Alana sin duda serás la más preciosa de todo el evento – me mira emocionada.

Me miro en el espejo para dar una pequeña vuelta, mi sonrisa es enorme porque de verdad que si ya de por si me encantaba cuando le vi en el maniquí puesto me encantaba el triple.

Se ajustaba muy bien a mi cuerpo parecía que estaba echo justamente para mí.

-Sin duda este será el vestido para el evento – la digo volviendo a moverme mientras me miraba en el espejo.

Los eventos a los que me tocaba ir con mi marido eran bastante importantes, todos iban muy bien vestidos, muchas mujeres eran la envidia de muchas.

Rosalía estaba igual de contenta que yo, volví al probador para quitármele y ponerme la ropa con la que vine.

Después de pagar el vestido al salir de la tienda no podía evitar no dar saltitos de alegría.

Cuando volví a casa era la hora de la comida, la mañana se me había pasado volando.

Otro día más comí sin mi marido, pero por la tarde estuve pintando cuadros afuera en el gran jardín mientras me fijaba en unos pájaros posados en unas ramas mientras no paraban de cantar.

Era un día diferente ya que el tiempo se me pasaba volando, acabe, manchada por todos lados de pintura, pero no me importaba porque estaba contenta con el resultado que había tenido.

-Alana – mis ojos se despegaron de mi cuadro cuando escucho la voz de Justin.

-Que pronto volviste – me levanto sorprendida por verle.

No quedaba mucho tiempo para que anocheciera, pero aun así él no era de llegar a estas horas a casa.

-¿Qué haces? - me pregunta olvidando lo que le dije mientras se acerca a mirar mi cuadro.

-Dibujar un poco llevaba ya muchos días sin coger un pincel – le contesto sonriendo cuando veo mi gran resultado, sin duda sería colgado con los demás de mis otros cuadros que me encantaban como quedaban.

-¿Eso hiciste toda la tarde? - me pregunta él mirando de arriba abajo.

Si necesitaba darme una ducha antes de irnos porque tenía pintura por todos lados.

-Si, ¿Por qué lo dices? - hago una mueca. - ¿No te gusta? - me fijo en su gesto.

-Si no está mal – se cruza de hombros.

Me acerco a él para darle un beso, pero no dura mucho cuando él se aparta cuando siente la pintura mancharle.

-Estas sucia vete a darte una ducha así no podemos irnos a Italia – me empuja un poco y con eso entra en la casa dejándome.

Me quedo congelada viendo como él se va alejando...

Suspiro, él sin duda no era así, una vez los dos acabemos hasta arriba de pintura después de jugar.

Esos momentos nunca volverían...

Recojo todas mis pinturas y con cuidado el cuadro metiendo todo adentro dirigiéndome al cuarto donde dejaba guardado todos los cuadros que había dibujado hasta hoy.

Cuando vuelvo al cuarto para darme la ducha escucho el sonido del agua sin pensármelo me voy quitando la ropa quedándome desnuda cuando entro al baño viendo como Justin se estaba duchando.

Me muerdo el labio pensando si hacerlo o no...

Decido meterme dentro de la ducha con él.

Al principio no se da cuenta de mi presencia hasta que no paso mis manos por su cuello bajando hasta su pecho desnudo.

Él se da la vuelta cuando siente mis manos recorrer su cuerpo, dejo un beso rápido en sus labios, pero él coge la toalla que había colgada en el cristal de la ducha.

-¿Dónde vas tan rápido? - le pregunto cuando veo que se va a salir.

-A vestirme - me dice como si nada.

-¿No quieres ducharte conmigo? - llevaba también mucho tiempo sin ducharme con él.

-No hay tiempo Alana tenemos que coger el avión privado no quiero llegar con la hora pegada a Italia – me contesta el un poco molesto enrollando la toalla alrededor de su cintura para después salir del baño.

Enserio que no llegaba a entender su comportamiento conmigo, me trataba como si nada...

Me duche sola, cuando termine salí con una toalla limpia rodeada en mi cintura.

Justin estaba dentro del armario cambiándose, justo estaba poniéndose la camisa blanca en la que sus músculos se marcaban más contra la tela.

Sin más deje caer la toalla al suelo mientras que el me daba la espalda pero podía verme por el espejo de cuerpo entero que tenía enfrente.

No me sentía deseada como cuando empezamos sobre todo en los primeros años, eso también había cambiado mucho.

Cogí ropa interior limpia y cuando me la estaba poniendo sentí como me miraba por encima de su hombro.

- ¿Fuiste a comprarte un vestido? – me pregunta.

Suspiro porque hasta del mínimo detalle ni se daba cuenta, estaba colgado de un perchero.

Una persona atenta lo hubiera visto a la primera pero él sin embargo no.

- Si, haré la maleta – dejó el tema rápido alejándome de él.

Después de un pequeño rato ya estaba vestida y con mi maleta echa.

Me había secado el pelo dejándomelo suelto y liso.

No metí mucho en la maleta ya que supongo que no estaríamos mucho tiempo en Italia, no puedo decir cuando porque Justin como siempre no me dice nada.

Rosalía no paraba de darme besos por toda mi cara cuando baje después de Justin.

- Rosalía solo estaré afuera unos días, tienes que estar harta de verme todos los días – la digo soltando una carcajada recibiendo besos por su parte.

- Nunca me cansaré de verte todos los días mi niña – se separa de mi dejando que coja aire.

Abro la boca para contestarla pero Justin se mete de por medio.

- Alana tenemos poco tiempo

Ruedo los ojos sin mirarle.

- Adiós Rosalía nos vemos pronto – la dejó un beso en su mejilla empezando a caminar a la puerta de entrada.

El chofer coge mi maleta metiéndola en el maletero, antes de que me meta dentro del coche Rosalía corre hacía la salida.

- ¡Tener cuidado! – Justin solo hace un movimiento con su mano despidiéndose de ella.

Rosalía y el se querían aunque Justin no era de mostrar sentimientos.

Bueno desde hace un buen tiempo porque antes era más cercano con ella.

Era más cercano con la gente que tenía a su alrededor.

El camino hasta él aeropuerto privado donde tenía el avión fue un poco largo.

Justin me apartó el pelo haciendo que volviera a la realidad ya que me había quedado medio dormida.

- Amor vamos tenemos que entrar al avión – asiento saliendo del coche.

Solo sigo a Justin a su lado, siento su mano en mi cintura pero no digo nada.

Ya adentró del avión privado me muevo a un asiento donde rápido me pongo el cinturón sin esperar que Justin lo hiciera por mí.

Hacia mucho que no pisaba este avión por eso cuando estábamos en el aire directos a Italia se me hacia raro el viaje.

Deje caer mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos respirando profundamente.

No tarde mucho en quedarme dormida…

[…]

Unos movimientos cerca de mi hacen que me despierte asustándome.

- Lo siento señorita Alana no pretendía asustarla – floto mis ojos mirando en la dirección donde escuche la voz.

Era la camarera del avión privado de Justin.

- No se preocupe, ¿ya estamos en Italia? – la pregunto mirando por la ventana.

- Si señorita no se quité el cinturón estamos apuntó de despegar – asiento.

Como dijo no tardamos en despegar, Justin estaba detrás de mi pero estaba sumergido en su Tablet.

Al ver que estábamos en Italia rápido cerro la funda para guardarla.

Nos quitamos los cinturones saliendo del avión donde un coche negro nos estaba esperando.

- No debiste ponerte este vestido hace un poco de aire – vuelvo a rodar los ojos, era sencillo me lo había puesto varias veces, le encantaba mucho a Justin, pero eso era antes.

Me abre la puerta entró y rápido el me acompaña.

- ¿No estás contento por poder ver a tu familia de nuevo? Paso mucho tiempo – le preguntó.

- Si estoy feliz – pues sinceramente su cara parecía no demostrar eso.

No hablemos más durante el camino hasta la casa de los padres de Justin.

De repente cada vez que nos acercábamos más a la casa mis nervios aparecieron.

Podía ser por el tiempo que llevaba sin pisar este sitio.

No es que tuviera una relación de siempre con los padres de Justin, siempre fue lo justo ya que él a alejarse perdí el contacto con ellos, él poco que tenía.

Cuando se detiene el coche veo a los padres de Justin salir como si ellos supieran más o menos a la hora en la que llegaríamos.

No habían cambiado mucho ninguno de los dos, como a todos los años pasaban pero su madre seguía igual de hermosa como la última vez que la vi.

Al bajar Bianca abre sus brazos con una gran sonrisa.

- ¡Bienvenidos! – grita emocionada.

Se tira a su hijo dándole un fuerte abrazo, al principio Justin estaba tieso como un palo pero con los segundos sus hombros se van relajando.

Su padre se une al abrazo al poco tiempo de que la madre se separa un poco.

Me quedo viendo esa bonita escena porque me alegraba que Justin viera de nuevo a sus padres.

- ¡Alana! – grita de nuevo Bianca. – Pero mira como estas – hace que de una vuelta. – Estas hermosa – me abraza fuerte dejando un rápido beso en mi mejilla.

- Tengo que decir lo mismo de ti Bianca parece que con los años mejoras aún más – ella suelta una risa alegre.

- Enzo… - saludo al padre de Justin cuando me separó de Bianca.

- Es un placer volverte a ver de nuevo Bianca – me da dos besos.

- Lo mismo es un placer estar de nuevo en Italia – sonrió sintiendo recorrer la felicidad por todo mi cuerpo.

- Pasen, pasen Tayler esta dentro ahora le llamó – habla de nuevo Bianca.

Entramos en la casa, mis ojos van a cada rincón de la casa viendo que algunas cosas cambiaron estando ahora un poco más moderno.

- ¿Te gusta? – me pregunta la madre de Justin al verme observando todo a detalle.

- Me encanta veo que tu buen gusto sigue – ella sonríe.

- ¡Tayler! ¡Tu hermano ya llegó! – casi grita Bianca acercándose a las escaleras que dan al piso de arriba.

Camino sin despegar aún mis ojos de algunos cuadros nuevos que parece que están hechos a mano.

Me encantaban, al natural se veía la dedicación, la esencia, la belleza…

- Hermano que bueno volverte a ver – mis ojos se apartan de uno de los cuadros cuando escucho aquella voz.

Giro mi cabeza viéndole bajar las escaleras.

Tan elegante como siempre…

Termina por bajar las escaleras acercándose a su hermano con una gran sonrisa en su rostro.

Justin y Tayler se dan un abrazo juntando sus palmas en forma de saludo.

Mis ojos le recorren de arriba abajo…

Sin duda había cambiado bastante estaba mucho más varonil.

- Alana… - subo mi mirada cuando lo escucho llamarme.

Se acerca hasta a mi cogiendo mi mano para depositar un pequeño beso en ella.

Mis piernas tiemblan como si fueran de gelatina con ese simple toque…

Alana

Justin

Tayler

Mansión de los padres de Justin y Tayler

Lo que dibujo Alana

Una pequeña foto del vestido para el evento, más adelante veréis como queda el vestido puesto ❤

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***