..."Lindos ojos brillantes me están aterrorizando"...
Son las 7:30 de la mañana y gracias a unos cuantos ruidos bastantes fuertes frente a mi casa, me desperté. Me levanto para ver por la ventana para saber qué pasa, y ver quien fue el que me despertó, aún me quedan unos días para entrar a la universidad, y tengo la necesidad de dormir mucho, además de que casi todos estos días me he despertado a eso de las 3:40 de la madrugada a causa de ese chico de ojos verdes brillantes, no me ha vuelto a decir nada, pero siempre aparece y solo. Miro por la ventana, y frente a mi casa al parecer tendremos nuevos vecinos, dos chicos con una señora sacan cosas de una camioneta, no se pueden ver bien, pero creo que serán de la edad de mi hermana, creo.
Cuando salgo de la ventana, sentí que algo toco mi hombro, de un salto di vuelta y me encontré con mi hermana.
-¡Alessia! casi que matas del susto – dije con una mano en mi pecho.
-Perdón -dice riendo- ¿qué haces despierta tan temprano?
-Al parecer tenemos nuevos vecinos, ellos me despertaron – le respondí.
-Aah Sip, son chicos de la universidad, son bastantes callados y muy guapos -dijo sonriendo- pero nunca se le ha visto con alguna chica, o con otra persona que no sea alguno de ellos, no lo sé, son extraños, incluso sus nombres son extraños.
-¿Sus nombres? -pregunté.
-Si, no me sé todos, solo sé que uno se llama Belial, es bastante lindo el chico, pero eso, es extraño, lindo, pero extraño -dijo pensativa- quizás cuando volvamos a la universidad le hable.
-¿Belial? Que nombre más extraño.
-Si, lo sé, quizás a sus padres le gustaba. - dijo encogiéndose de hombros – ahora si no dormirás más, vístete que iremos de compras, necesitas cosas nuevas para tu primer día. Y, por cierto, me gusta como se ve ese arito de tu labio, ¿ya no te duele?
-Nop -respondí- ¿a dónde iremos?
-Al centro comercial, vístete.
Cuando salió de mi habitación, vuelvo a mirar por la ventana, pero al momento de mirar, mi pecho se oprime, uno de los chicos que estaban afuera estaba mirando hacia mi ventana. No fue el hecho de que este mirando lo que me asustó, si no, aquellos ojos que tenían algo que reconocía, hace mucho no los veía, pero puedo estar un 89% de que esos ojos los he visto en mis sueños.
Despacio retrocedo y rápidamente entro al baño, me doy un baño rápido, cepillo mis dientes y me visto con una polera manga larga negra y unos pantalones blancos con mis botas negras, arreglo un poco mi cabello y me maquillo. Al cabo de unos minutos ya estoy sentada en la mesa, tomando desayuno con Alessia y mi abuela.
-Tengo sueño Sia – dije mirándola.
-Yo igual Lía, pero tenemos que comprarte ropa y tus útiles, para el lunes.
-Lo sé.
-Chicas, no vuelvan tarde -dijo mi abuela – vendrá la nueva vecina, mientras regaba las plantas la vi, y la invité a cenar, vendrá a las ocho.
-Bueno, entonces -dijo Alessia dirigiéndose a mi- vamos Lía, tenemos mucho que hacer hoy.
-Adiós abuela, nos vemos más tarde -dije despidiéndome.
-Adiós chicas, nos vemos y cuídense.
Salimos y nos subimos al auto de Alessia, un regalo de mi abuela cuando cumplió 21. Todo el camino fue silencioso a excepción de la música que salía de la radio del auto. Lo único que rondaba mi cabeza era ese chico, cabello blanco y aquellos ojos, esos ojos, sé que los he visto en mis sueños, cuando aprecian los seis, no sé qué signifique, y no sé si quiero averiguarlo. Cuando llegamos al centro comercial, lo primero que hicimos fue ir de tienda en tienda comprando de todo, ropa, zapatos (que la mayoría eran para Alessia), y mis útiles, unos pocos cuadernos y lápices. Cuando ya iban a ser las 3 de la tarde, me dio hambre, entramos a un pequeño restaurant y pedimos unas hamburguesas con papas fritas y bebidas.
-¿Y? ¿te gustaron las cosas? -pregunto Sia al momento de sentarnos a comer.
-Si, aunque la mayoría de las cosas son para ti -dije sonriendo.
-Pero es que a ti no sé qué te pasa, a la mayoría de las chicas le encanta comprar y a ti no -dijo con la boca llena.
-No seas asquerosa Sia -dije haciendo una mueca- y no es que no me guste comprar, es que nunca sé que comprarme y prefiero comprar lo que primero llame mi atención.
-Y eso es muy difícil -dijo riendo.
-Si, lo sé -sonreí con ella.
-¿Vamos? ¿O seguimos comprando?
-Quizás podríamos ir a ver alguna que otra cosa para esta noche -dije pensativa.
-Tienes razón, vamos -dijo tomando mi mano- en el tercer piso creo que vi una tienda con vestidos bastantes lindos.
Cuando salimos, nos dirigimos a la tienda, la verdad hay vestidos muy bonitos, Sia tomó dos, uno verde claro y uno amarillo, típico de ella, le gustan los colores claro, en mi caso tomé un vestido negro corto de encaje y uno rojo vino del mismo estilo, pero con mangas.
-Me gusta este, ¿Qué tal? -dice mi hermana mostrándome como le queda el vestido amarillo.
-Me gusta, con tu cabello combina bonito -dije sonriendo.
-Gracias, podrías probarte el rojo vino, haría resaltar tus ojos preciosa -dijo coqueta como siempre.
-Si creo, me lo probare -dije yendo al probador.
Cuando terminé de ponérmelo, me miré al espejo, se veía bien, me gustaba, era sin cuello, despejado en los hombros con las mangas hasta los codos, apretado hasta la cintura y una falda no tan pronunciada hasta unos 5 o 7 dedos arriba de la rodilla. Creo que me veía bien, <
-¿Y? me gusta -dije mirándola.
-Lía te ves preciosa, me encanta, este llevaremos entonces – dijo sonriendo.
-Bien -respondí.
Pagamos y nos fuimos. Guardamos nuestras cosas en la maleta del auto y nos dispusimos a irnos a casa. Esta vez en el camino fuimos hablando de cosas de la universidad, sus amigos y las chicas que no le gustaban. Típico de Alessia, tiene que haber una o unas chicas que le caigan mal, en el instituto casi la expulsan por pelearse con una de ellas. Bueno sus razones tuvo, Kamila, compañera de Sia, siempre me "insultó" por mi cabello, hasta ese día, en el camino al salón de clases, tomo mi cabello y trato de cortarlo, Sia la vio de lejos y cuando Kamila estaba a punto de cortarlo, mi hermana la tomo del cabello dejando botar las tijeras que llevaba en la mano, las tomó y le cortó el pelo hasta los hombros, y bueno, a Sia solo la suspendieron por unos días y a Kamila, nada. La justicia no vale nada.
-Llegamos corazón -dijo Alessia bajándose del auto.
Cuando me bajé tuve una horrible sensación, hace tiempo ya no sentía lo mismo, pero alguien o algo me estaba mirando, mi pecho se oprimió, mis manos empezaron a sudar, tuve miedo. Al cerrar los ojos, los verdes brillantes aparecieron, mi cabeza empezó a doler, tuve la sensación de que me iba a desmayar en cualquier momento.
-¿Lía estás bien? -preguntó Alessia tocando mi hombro.
Nada podía hacer, no podía abrir los ojos, ellos estaban ahí, los seis pares de ojos volvieron aparecer todos juntos, sin pestañar, nada, solo me veían. Sentí que me caía y volví abrir mis ojos, dos chicos estaban frente a mí, los mismos de esta mañana, eran preciosos, como dos ángeles. Me sentía mareada, mi voz no me salía.
-Hey! ¿Estás bien? -pregunta uno de ellos, el de cabello blanco y ojos grises.
-Yo... estoy bien -dije mirándolo a los ojos.
-Lía, ¿qué te pasó? -dijo desesperada mi hermana.
-Yo... no lo sé, de repente solo me dolía la cabeza, al cerrar los ojos, solo veía... -miré a los chicos, las palabras no querían salir. -Nada olvídalo.
-Segura estas bien, te ves pálida -dijo el otro chico, de ojos azules y cabello castaño.
-Siempre soy así, y sí, estoy bien gracias – dije parándome, limpiando mis pantalones.
- Bien, somos nuevos aquí, creo que hoy nos vimos por la ventana -dijo el de cabello blanco – soy Asmodeo, por cierto.
-Y yo, Olivier – dijo el otro chico sonriendo.
-Wow, sus nombres me gustan, muy originales -dijo Alessia. -Soy Alessia, pueden llamarme Sia o Ale, y ella es mi hermana menor Lía -dijo pasando su brazo por mis hombros.
-Sabemos quién eres Alessia, vamos en la misma Universidad -Dijo Asmodeo, ella sonrió tímida.
-Me gusta tu cabello Lía -dijo Olivier. Yo sonreí sonrojada.
-Hey! No la mires tanto que ya sabes que se enojan -dijo Asmodeo susurrándole a su hermano, tratando que no escuchemos. Pero claro, escuchamos.
-Bien, creo que debemos entrar -dije.
-Creo que nos han invitado a su casa para hoy en la tarde -dijo Olivier- quizás ahí nos veremos.
-Si, claro -dije sonriéndole amistosa.
-Bien, adiós, chicos, luego nos vemos – sonrió despidiéndose Alessia.
Cuando entramos a casa con todas nuestras cosas en mano, fuimos a mi habitación, son las 6 de la tarde, Sia sacó mi vestido mirándolo atentamente.
-Me encanta tu vestido, creo que te lo quitare uno de estos días -dijo aun mirándolo.
-Como quieras -sonreí.
-Ahora báñate, que nos vamos a poner bonitas – dijo saliendo de mi habitación.
Cuando entre a la ducha, me lave rápidamente, pero al cabo de unos minutos, ellos aparecieron, es realmente extraño, no sé qué puede haber pasado, pero cuando cerré los ojos, los vi, vi los seis pares de ojos brillando, y al momento de poder abrirlos nuevamente ellos, dos de ellos estaban ahí, estoy segura que ellos son los dueños de dos de esos pares de ojos, no me podría confundir, son ojos diferentes a la de la mayoría. Esto me está asustando, hace siete, después de la muerte de mis padres, empecé soñando con aquellos seis pares de ojos brillantes y de unos colores realmente alucinantes, día tras día los veía en mis sueños. Luego, hace unos tres meses atrás, cuando cumplí los 19, aparecieron solo dos de ellos celestes y verdes, los celestes se fueron y quedaron esos lindos ojos. Fue la primera vez que me habló y lo vi, aunque sea entre las sombras. Desde ese días todo ha sido así, y hoy, dos de ellos aparecieron, sé que son ellos y de alguna manera tengo una curiosidad enorme de preguntarle si son ellos, pero siento que me podrían tratar de loca, no lo sé, me confunden y me asustan mucho.
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