Juraría que ella ya no es la misma de antes.
Esa valentía al enfrentar a todos, ese ímpetu que demostró en el juego y la manera en que defendía sus ideas.
Amber estaba madurando como mujer.
No niego que me alegra verla realizada y superando cada día más y más a todos. Eso me daba celos. Aunque quisiera ocultarlo. Me da cólera.
Cuando la veía en la escuela siempre pensé que estaría un paso adelante de ella pero ahora veo que ella esta adelante de mí y demorare en alcanzarla.
Por lo frágil que era me confié y más cuando me enteré lo de su enfermedad.
Pensé que moriría. No quise aceptarlo pero ya no quería estar ligado a una enferma que truncaria mis ansias de vivir. La cuál necesitaría más de lo que puedo ofrecer.
No estaba preparado mentalmente para tanto dolor.
Aunque la amaba y la sigo amando... No quería ese camino para mí. Soy joven.
Pero... el verla ahora tan fuerte y poderosa. Gallarda y pacienciosa, me hace pensar que cometí un error con ella.
Esa mirada, esa mirada era otra. Brillaba con el fervor del fuego en su corazón.
Dolía admitirlo pero... Fui un idiota.
- ¡Leonardo! ¿Y Amber?
- Ella se retiro, dijo que no se sentía bien
- Y ¿Por qué las cosas estan tiradas?
- Lo lamento señor, Amber perdió en control e hizo que todo se cayera. Por eso la lleve a su habitación, para que reposara y regrese para recoger todo esto.
- ¡Muchacho! ¡Debiste decírmelo!
- ¡Hey! ¡Maximiliano!
- Lo siento Alastor, será mejor que se retiren, tengo que auxiliar a mi hija. Espero que comprendas.
- Claro. Entiendo; gracias por todo, nos vemos pasado mañana. Que se recupere tu querida hija.
Vamos muchacho.
Mi padre me hizo un ademán para que me acercara a la puerta, me despedí de Maximiliano y nos fuimos junto con mamá.
Entramos a la camioneta y nos fuimos, Francisco manejaba el coche hoy, papá no quería hacerlo. Ya venía con copas demás desde la casa.
- Alastor, esa corriente de Miranda me dejó en ridículo
- No vas a negar que tú la provocaste
- ¡¿Acaso la defiendes?!
- ¡Ya basta!
Pueden dejar de pelear por favor. Siempre es lo mismo.
Mi padre y mi madre me miraron con odio y yo respondí con desdén.
- Es increíble que se hayan comportado como un par de tontos, ¡No pueden ser normales por una vez en la vida!
Mi madre me agarro la mejilla y me la apretó tan fuerte con las uñas que grite un poco.
- Escuchame bien, pequeño idiota. Serás mi hijo pero aun sigo teniendo poder sobre ti. Y aun estas atado a mí.
- Te equivocas, yo trabajo madre, ya no soy un adolescente.
- Pero trabajas en la empresa de tu padre y la mía. Así que o te educas o te dejamos en la calle. ¡Esta claro!
Mi frívola madre tenía la voz grave y suave a la vez, pero me intimidada tanto que me costaba mucho trabajo no hacerle caso.
La odiaba, la odiaba más a ella que a mi padre.
Papá solo me vio y sonreía como si fuera una victoria para ellos someterme a estos tipos de tratos.
- Ya dejalo Yenna, lo hemos malcriado, por eso es así.
Mi madre me dejó de lastimar, pero su mirada amenazante era latente, eso me desconcertaba demasiado.
- ¡Y yo que he hecho! ¡Eh!
- Que no has hecho — replicó mi padre
- Exacto, que no he hecho por ustedes — los mire con odio — siempre doy todo por ustedes. Siempre trato de hacer lo que ustedes quieren, siempre los apoyo en todo aunque no quiera. Como hoy por ejemplo.
No quería venir a esa casa y ustedes se enojaron por mi primera desición, pero claro... Me persuadieron y caí. Porque quería verlos feliz.
- Hubiera sido más feliz si tú hubieras convencido a la menor hija de Maximiliano de entrar a nuestro negocio.
Pero luego nos enteramos de tus enredados con esa chica enferma — se expresó mi madre con desdén.
- ¡No se expresen así de ella! — explote
- Vaya, vaya — sonrió mi padre — tú sientes algo por esa muchacha ¿No es así?
- Claro que no — mentí
- Pues — sonrió malévolamente mi madre — ya sabes lo que tienes que hacer
- No, eso no madre — estaba pasmado por lo que me pedía
- Lo harás hijo mío, eres nuestro único heredero y te protegerémos a toda costa.
Eso implica en ponerte en buena posición así no quieras.
- No me vengas con tus chantajes emocionales
- No son chantajes — se alejó mi madre de mí — nunca entenderás hijo mío cuanto es nuestro amor, así nos veas con odio y esa mirada repulsiva que emana de ti, siempre estaremos a tu lado. Así caigas o vueles.
- Me dan miedo padres
- A veces el miedo se puede mezclar con el respeto querido hijo — dijo mi padre
- ¿Serían capaz de arruinar mi vida por sus propios objetivos?
- Por tu bien — mi padre levantó la cabeza y su mirada estaba encima de mi hombro — sí Leonardo. Seríamos capaz de todo con tal de alcanzar nuestros objetivos. Aunque eso implique que estés tú en nuestro camino.
El simple hecho de que dijeran eso, hacia que se me congelara la sangre. Estaban totalmente locos.
¡¿En que clase de familia retorcida estoy?!?¡¿Quienes son estas personas?! ¡¿Conocen los límites?! ¿Conocen el amor?
- Algún día nos lo vas a agradecer hijo mío — replicó mi padre seriamente — todo lo hacemos por ti, porque serás nuestro sucesor.
- No por gusto tu padre ha llegado tan lejos. Ha tenido que usar sus artimañas e inteligencia para poder crecer como un líder.
Y eso tienes que aprender tú. Tienes que olvidar todo aquello que te impida salir adelante, tienes que aniquilar todo pensamiento y sentimiento que te impida dar un paso importante. Pero para que eso se logre debemos estar en la cima, en lo más alto y créeme cuando te digo una cosa Leonardo.
Su tono de voz se intensificó y con la mirada más inexpresiva de todas mi madre artículo palabras.
- Nosotros somos los únicos que estaremos contigo siempre.
Que tétrico sonó eso y que maternal.
Llegamos a casa y mi madre bajo del carro mi padre me miró fijamente a los ojos y asintió con la cabeza; y sin mas se dejó notar una pequeña sonrisa en la comisura en los labios. Como si lo que hubiera dicho su esposa fuera el credo y una ley divina.
Me provocaban mucho terror y vergüenza.
Durante mi adolescencia he descubierto muchas cosas sobre ellos; sin embargo, ahora sé que solo era la décima parte de lo que en realidad son.
Siempre me sentí orgullosos de ellos pero... ahora sé que me siento atacado acorralado y víctima de ellos.
Pero no tenía opciones, en algo era cierto lo que me decían.
Ellos jamás me dejaran solo siempre estarán a mi lado como si fueran mi sombra.
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Comments
Lisbeth Valbuena
estos padres de Leonardo son unos desgraciados 😡
2022-12-11
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