Patrick y yo estabamos juntos mirando el cielo. Me puse a pensar en que este año estaba perdido y quería recuperarlo trabajando duro y parejo.
- No estarás pensando en regresar a la universidad ¿No es así?
- No ¿Por qué lo preguntas?
- Porque frunces el ceño y me muerdes el labio inferior. Eso significa que estas pensando en hacer algo difícil.
Mi hermano me conocía muy bien.
- No. Solo estaba pensando en que debo de concentrarme en el trabajo
- ¿Qué hay de Leonardo? — sonó desconfiado
- ¿Por qué lo mencionas? — seguía mirando el cielo
- Es que él te puede abrumar — sentí su mirada fijamente
- No lo hará. Haré como si no existiera — lo mire a los ojos
- Escuchame; sé que se trae algo entre manos, lo puedo notar en sus malditas intenciones. Amber puede tratar de hostigarte.
- ¿Crees que me enamórare de él otra vez?
- Sí
- No, no volveré a cometer los mismos errores del pasado. Leonardo me tiene sin cuidado.
- No confío en él
- Ni yo. Pero mejor es tener al enemigo de cerca para analizarlo.
- ¿Qué quieres decir con eso?
- Que sea lo que sea que esté sucediendo yo me encargaré de que no suceda.
- Amber — mi hermano me miró admirado — tú...
- Sí, yo estaré dispuesta a todo con tal de proteger a las personas que amo. Ellos no me dan una buena epina.
- Amber, por favor hermana ten cuidado
- Lo tendré hermano.
Ver a mi hermano más aliviado era una carga menos para mí.
Aunque me preguntaba, si después de todo estaría con Ariel ahora mismo.
- ¿Cómo estás?
- No lo sé — rió cansado — es confuso...
- Ariel y tú...
- Estamos bien
- ¿En serio?
- Sí
- Hermano, yo nunca — me corto
- Lo único que quiero que sepas es que nada de lo que me pase es tu culpa ok. Y cada día voy avanzando más con Ariel.
Sé que los primeros meses era difícil pero ahora siento que tengo un poco de paz.
- Me alegra en verdad — sonreír con nostalgia
- Pero...
- No te preocupes, no me meteré más con la familia de tu enamorada. Me mantendré al margen.
Un pequeño pero incómodo silencio invadió la conversación.
- ¿Qué dicen nuestros padres al respecto?
- Mamá no dice nada, pero nuestro padre...
no quiere conocerla ni que tenga nada que ver con Jacob.
- ¡Es que no es justo! ¡Ella es muy aparte del problema que tuve con Jacob! ¡No puede ser que piense así! ¡Se pasa de idiota!
- ¡No le faltes el respeto a nuestro padre! ¡Él solo quiere lo mejor para ti Amber!
Ver a mi hermano defendiendo a papá era totalmente particular. Él no hacía eso...
Entiendo que las cosas han cambiado, pero tanto así...
- Jacob — me quedé muda al mencionar su nombre, tenía nervios de tan solo mencionarlo. Hasta me comenzaba a doler la mandíbula — yo no, no iré tras de él. Eso se acabó.
- De todas maneras, él ya no está aquí...
- ¡¿Qué dices?! — me levante para verlo mejor
- Sí Amber, Jacob se fue del país
No voy negar que esa noticia me deprimia. Pero debía resignarme, dentro de mi corazón lo iba a extrañar con fuerza. De verdad que sí.
- Ok, esta bien — algo dentro de mi se fracturó de la tristeza — con tal de que esté bien — me volví a recostar, esta vez mirando hacia otro lado.
- Al parecer si lo está. Ariel me dijo que se fue porque necesitaba un respiro de todo.
Ahora está formando una nueva vida y le va bien ahí.
- ¿De verdad? — estaba sorprendida
- Sí — sonrió levemente mi hermano.
El hecho de que Jacob este buscando la paz y la felicidad en otros lugares, era algo reconfortante. Me hacía creer que también yo debería voltear de una vez por todas la página.
Otra vez me perdí en los recuerdos y cuando en eso...
- Quiero que me cuentes como es que Alix hablo con Leonardo para contarle toda la verdad.
Mi hermano me miró impresionado y nervioso a la vez. No tenía opción, él era el único que me diría la verdad. Estaba por demás hablarle a Alix.
- Alix, fue cruel, pero ella lo hizo para protegerte.
- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!
- Porque ella descubrió que Leonardo te engañaba. En realidad los dos lo vimos.
Pero en ese momento, ellas los enfrentó y les hizo sentir como escorias. Aunque estaba mal lo que hizo, Leonardo entendió y tomó una buena desición.
- Alix — suspiré de la impresión
- Ella te defendió como nunca antes lo había hecho y eso me hizo entender que ella no te odiaba. Sino que te queria y quería protegerte de la maldad.
Después de ese día ambos prometimos no contarte nada para que ese pensamiento de idolatría hacia Leonardo desaparezca.
Y resultó, aunque te hirió mucho.
Estaba enojada con mis hermanos. De verdad, pero...
Lo que hicieron tiene una recompensa. Lo tiene él... ellos hicieron que madurara más rápido.
- Gracias
- ¿Qué dijiste?
- Gracias — sonreí mientras me aguantaba de llorar — ustedes me cambiaron el destino. Y estoy feliz por eso, de verdad.
Sonreí y mi hermano también lo hizo conmigo.
Ambos estábamos libres de secretos y culpas. Y estaba en paz conmigo misma.
- ¿Lo extrañas?
- ¿A quién?
- ¿A Jacob?
Baje mi cabeza porque la respuesta era positiva. Pero no quería dar a conocer mis sentimientos.
- Extraño ser feliz con él, aunque fue algo fugaz.
Sabes que, puedes traerla mi casa cuántas veces quieras.
- Es que estoy a punto de estrenar la mía
- ¿¡Qué!? ¿Es broma no?
- Sí – sonrió gustoso
- Ay por Dios bebé, felicidades
Lo abrace y lo despeine. A él no le gustó pero igual me aguantó. Por fin mi hermano será independiente; esta progresando. Me enorgullecia tanto.
- Estoy orgullosa de ti Patrick. Todos esos viajes, todo ese trabajo, todo este tiempo dedicandote tanto a tu carrera.
- Todo eso tiene una meta hermana
- Pero tú eres... excepcional
- Lo demostraré cuando al fin te operemos
Un pequeño frío recorrio mi espina dorsal. Sentí como el fuego en mis mejillas se apoderaba y mi boca tenía ganas de apretar mis labios.
Yo sabía que Patrick estaba obsesionadose más y más con mi enfermedad.
Tenía tantas ganas de poder quitarle ese absurdo. A veces yo...
- No lo olvides, vas vivir...
- No hay necesidad de que me cuenten. Yo me doy cuenta, de sus miradas, en la forma en cómo todos me tratan.
- No te dejes guiar por eso — se levantó y miró al frente, como si estuviera planeando algo.
- ¿Entonces cómo quieres que lo tome?
- Sigue con tu vida, solo no la heches a perder.
- Yo no quiero que tú — agache la cabeza — no quiero que tú te frustres cuando me veas mal — empuñe las manos mientras lo miraba — Patrick no soy indispensable.
- Ya esta hecho Amber. Yo elijo mi propio camino — volteo a verme, sonrió y siguió mirando al frente.
- ¿Y si no puedes salvarme?
- Te juro que sino lo intento, no lo sabre
Respire ondo cerré los ojos y lo volví nuestros ojos se encontraron. Su mirada era determinada, firme, con confianza.
A veces quisiera ser como él. En serio.
Pero iban pasando los días y nada me confirmaba que iba a mejorar, por el contrario, cada día era más chocante.
- ¿Te sientes bien?
- ¿Yo?
- Sí, tienes cita hoy
- Sí, lo sé
- Te acompaño
- Claro
Me vestí y al llegar el momento, entré al carro de mi hermano.
Toda la ruta estabamos callados.
Sin importar que, ya no era lo mismo.
Al llegar, bajamos y nos fuimos de frente a su consultorio. Me examinó él primero. Su rostro, era de preocupación, no podía evitar ocultarlo, estaba inquieto.
- ¿Por qué? ¿Qué es lo que has estado haciendo?
- ¿Sobre qué?
- Tu ritmo cardíaco es inestable y en los análisis... ¿Estas nerviosa o estresada?
- No Patrick, estoy normal yo — me tome la cabeza
- ¿Has sentido mareos y repentinos cambios de energía?
- Sí
- No estamos...
- ¿Progresando?
- Sí, tendré que anticipar tu operación de inmediato.
- Estoy lista Patrick
Mi hermano me observó, no había cambiado nada su forma de actuar.
- Esta empeorando rápidamente... después de tantos años... Ya está listo. El aneurisma áortico que presentas debe de ser operado.
- Tendré fe en ti. Y en Dios hermano mío
- Serás fuerte y te cuidaras ¿Por favor?
- No tienes que pedírmelo, lo seré — sostuve su hombro — pondré todo de mi parte — sonreí
- Hace tiempo — me acarició la mejilla — hace tiempo que no te veo sonreír, y es hermoso.
Me avergonce un poco; pero luego recordé que después de meses no sentía la preocupación mi hermano hacía mí.
- Estoy contenta — se me salieron las lágrimas — estoy contenta por él.
- ¿Qué dices?
- Él está igual de mal que yo — llore mientras agachaba la cabeza por la vergüenza que sentía al llorar tanto, en todo este tiempo — pero del alma — me tape la boca porque empecé a sollozar fuertemente. Este inmenso dolor que desbordada en mi pecho quería salir poco a poco. Aunque lo retuviera para que nadie más me vea como una débil a veces... Solo a veces no lo aguantaba — y me alegra de que sea más fuerte cada vez. Para poder superar todo el trauma de su pasado.
Me hace feliz verlo buscar paz. Esa paz que deseo con todas mis fuerzas.
Y me recuperaré, es una promesa. Nunca más me dejaré vencer por los fantasmas de mis miedos. Porque mi vida es lo más sagrado.
Solo así podré llegar a ser tan fuerte como él.
Como él que se levantó del suelo y ahora está volviendo a volar.
Vi a los ojos a mi hermano y sonreí entre lágrimas.
- Patrick, muy pronto seré libre y volare, de verdad.
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Lisbeth Valbuena
Amber no debería morir
2022-12-11
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