Cada mañana me levantaba dispuesta a triunfar y está no era la excepción, mi almohada me había aconsejado que la técnica de la confusión era la indicada en esta situación.
Mensaje:
Gabriel, se que tenemos tiempo sin hablar y quizás ni me recuerdes, pero necesito que me ayudes como hace dos años con el marketing del nuevo producto, me salvarias la vida dos veces, prometo compensarte.
No sabia si iba a funcionar, pero la peor diligencia es la que no se hace, además se pierde mas por no intentarlo. El miedo y el que diran simpre seran limitantes en tu vida, lo importante es eliminarlos.
Yo habia conseguido todo lo que tenia con esfuerzo, largas horas de estudio, tuve que aprender otro idioma, algo de psicologia para hacer que otros hagan lo que yo quisiera y por ultimo pero no menos importante tener un imagen personal perfecta para que todos desearan estar conmigo en cualquier ambito.
Odiaba esperar por su respuesta, ya que la paciencia no era una de mis amigas, pero no podia hacer mas nada o arruinaria todo lo que habia conseguido, eso no lo podia permitir porque la derrota habia abandonado mi vida hace mucho tiempo, asi que me tranquilice y me concentre en mi trabajo, china esperaba por mí, asi como un jugoso cheque si cerraba el negocio.
Me reuniría con Mónica para almorzar, se notaba ansiosa cuando me llamo, no es normal en ella seguramente quiere que la ayude en algo, pero como a ella le cuesta admitir que tengo razón referente a los hombres, le dan un ataque moral y sentimental siempre que me pide ayuda en ese tema, al final termina siguiendo mis consejos, su error no estudiar a su víctima y termina siempre lastimada, luego pasamos a la fase en la cual no me deja vengarme, que igual lo hago, al principio se molesta, después nos reímos del pobre iluso.
Al llegar me di cuenta, que ella ya me estaba esperando, como cosa rara, esta mujer hacía magia, no sé como lograba llegar siempre algún sitio antes que yo, así Mónica estuviera a kilómetros de distancia y yo a metros, pero eso no era lo importante, sino analizarla antes de acercarme para darle una solución a su problema, que por lo general tenían nombre y apellido.
Esta vez no creó que fuera diferente, se le notaba nerviosa, se miraba incluso en un pequeño espejo las mejillas, seguro con la intención de ocultar su sonrojo por un caballero, ella a veces era tan ingenua que incluso me llegaba a preocupar, debía madurar en algún momento y aprender a cuidar más de sí misma, no entregar el corazón a cualquier idiota que finja ser un buen hombre para conquistarla.
Lo triste es que nunca alcanzamos a conocer del todo a las persona, para la muestra un botón, dos años de relación no fueron suficientes para conocer al esperpento de mi ex, que lo unico que hizo fue utilizarme, engañarme e intentar matarme, entre otras cosas, por lo menos una de las dos ya tenía los ojos abiertos, y podía cuidar de la otra.
—Mónica no me digas que te gusta alguien —comenté con cara de tragedia
—La proxima dilo después de sentarte para que las personas no se enteren de mi pobre vida amorosa —dijo avergonzada mirando a todos lados
—Lo sabia! ¿a quien hay que conquistar? —pregunté feliz acomodando mi escote
—!No sabes cuanto odio que me conozcas tanto! —expreso frustrada cruzandose de brazos
—Son años de amistad querida, solo cuentame como es y te dire que debes hacer, eso si espero que este ¡por favor! sea lindo, otro como el anterior y creeme que no vengare tu orgullo —dije muy preocuoada por mi salud emocional
—Quien no te conociera te creyera, además despreocupate esta vez si lo es, no lo digo yo, lo dicen todo las muchchas de la oficina —comentó volando entre sus recuerdos
—Quien pensaria que Monica Arenas les gustaria alguien de su trabajo, sabiendo que eso esta prohibido, estos si se puso emocionante algo debe tener este hombre para que te tenga cometiendo tantas locuras juntas —expresé extasiada y sorprendida con una gran sonrisa maliciosa
—¡Sabia que no debia decirte nada!
—dijo molesta levantandose de la silla para irse
—¡Calmate! Sabes que solo lo hago para molestarte, además ya pedi nuestro almuerzo, asi que sientate y cuentame prometo tratar de portarme bien ¿de acuerdo? —preguntó dudosa por su respuesta
—¡Esta bien! Se llama jean pier morelli es el nuevo gerente, vas a decir que estoy loca, pero él es un caballero, en las reuniones en que estamos los dos solos ¡Dios! me vuelvo un ocho, su mirada, no la puedo sacar de la cabeza, lo peor es que siempre me busca a mi para aclarar dudas, y yo solo pienso en besarlo, eso esta mal, no se que hacer —comentó desesperada con la cabeza baja
—Una pregunta curiosa para saber cuan grave es la situación, ¿ya le tiraste el cafe o algúna bebida ensíma? —cuestionó alzando mi ceja
—Ojala solo fuera el cafe, debe pensar que soy la persona más torpe del mundo, lo peor es que el siempre se disculpa y me siento morir, debe sentir lástima por mi —comento casi llorando
,
—Esto va a ser mas dificil de lo que pense, por que morelli no te gusta, estas enamorada de él —dije preocupada tomando su mano en señal de apoyo
—Estoy pensando en renunciar -exclamó muy desalentada
—¡No! Eso jamas lo permitire, a menos que te quedes con el bombon mientras buscas un nuevo empleo o te salga una mejor oferta. Lo primero que debes hacer es descubir si él te corresponde, cuando sepas eso llamame —expresé emocionada haciendo la señal de llamada
—¿Como se eso? —preguntó curiosa secandose una lagrimita que se le habia escapado
—Oye parece que nunca me escuchas, colocate una de esas faldas que te regale, si el nota el cambio y no te quita la mirada, o lo hace como si quisiera deborarte, con deseo, definitivamente no le eres indiferente —dije engreida sobre mis conocimientos
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