...POV: Nara Oshoe....
...Inicio de flashback....
"Uh"
El pequeño gemido llegó a mis oídos, proveniente de Kaori detonó mi atención, para cuando me había dado cuenta ella estaba sobre mis piernas. Se levantó casi inmediatamente y tan solo la observé con incomodidad.
"¡Perdón, perdón, perdón!"
Kaori se disculpó indiscriminadamente. Su cara parecía un fresco tomate, si no fuese por su mascarilla, podría haber tenido una mejor vista.
"S-soy muy torpe"
Kaori parecía muy avergonzada, pero de alguna manera se sentía agradable ¿Que ocultaba?
...Fin del flashback....
"Esto es de Kaori"
Desdoble el papel y mi primera impresión fue una gramática avanzada y una caligrafía muy fina a primera vista, la carta era bastante clara. Lo que decía era...
«Querido Nara Oshoe, me presento soy aquel a quien no conoces, pero que se sin duda, conocerás. Supongo que mi lacaya Kaori te entregó exitosamente mi nota. Bien. Ahora lee con atención.
Aquel día en el que afirmaste una mentira, doblaste tu corazón y ahora estás convencido de que la mentira es una verdad. Por qué todo a lo que prestas alma se vuelve una realidad unificada, no le otorgues la esperanza a un corazón puro porque no hay duda que te amará y en consecuencia por ti; habrá un corazón más que morirá. Nara yo me pregunto.
¿Qué tan grandioso crees que eres?
Espero saber más, mi deseo es conocerte más, dame ese sentimiento que te guardas, aquello que has enriquecido de conocimiento. Mi querido Nara Oshoe»
Sostuve esa nota en mis manos por un momento y di un gran suspiro «Aquel día. Mentira. Verdad» esas palabras resuenan en mi mente. Me pregunté quién había escrito esto, por qué razón lo hizo... pero la respuesta a ello lo había dejado muy claro en ese escrito.
En mi habitación estaba quitándome la ropa y la lanzaba sobre la cama, la libertad que sentía al estar semidesnudo consciente de que estaba solo era fantástica. Luego me coloqué ropa más casual. Decidí bajar a la cocina para prepararme algo, ya que estaba solo, observé el reloj y este marcaba las tres de la tarde.
"Bien ¿Qué debería preparar?"
Con mi mano derecha sosteniendo mi mentón me puse pensar en ideas a lo que en cuestión de tiempo la respuesta llegó.
"¡Alitas de teriyaki!"
En el lavabo enjuagué mis manos y comencé a preparar las cosas.
"Qué es esto si no hay música"
Dije mientras ponía rock en Spotify. Justo entonces el ambiente en la casa cambió por completo y una sensación de comodidad me envolvió. Sublime.
...Alitas de pollo teriyaki....
...Ingredientes:...
...★Alitas de pollo....
...★Salsa teriyaki....
...★Jengibre fresco....
...★Miel....
...★Sal....
...★Pimienta....
Mientras preparaba el horno mi trasero lo movía al ritmo de la música, en soledad no hay pena envuelto en libertad ser solitario no es más que la máxima expresión de libertinaje. Y seguí moviendo mi trasero consciente de ello. Rallé el jengibre, combiné todos los ingredientes a la perfección y los metí en el horno durante 30 minutos en cocción. Bailando al son de la música. Me puse los guantes y abrí el horno para sacar mi obra maestra, ahora solo opté por dejar reposando durante 10 minutos en eso caminé hacía el refrigerador y tomé un refresco de Sprite.
Todo listo, servido en la mesa me dispuse a comer y la música alegraba mi momento.
♪Soledad, soledad♪
Finalmente regresé a mi cuarto y en mi escritorio organizaba mis tareas, en mi PC se descargan los programas que usamos para las clases online y antes de todo decidí llamar a Tayler.
"¡Hellow madafaka!"
Tayler contestó al teléfono en un absurdo e fallido intento de hablar inglés.
"Necesitas mejorar tu inglés pareces idiota hablando así"
Dije con vehemencia mientras sostenía aquella nota y le daba vueltas con mis dedos.
"Que duro eres"
Comentó en tono burlesco.
"Bueno ¿Qué tal te va?"
Parece demasiado alegre como para suponer que está siendo responsable. Bueno, es Tayler.
"Tareas"
Respondí brevemente y en ese momento se escuchó un bajo de tono en su voz.
"Tareas eh... vaya, me arruinas mi despreocupado día"
"Lo sabía. Entonces ¿Qué demonios has estado haciendo?"
"Jugar MMORPG, soy nivel 76. Soy todo un pro, acabo de derrotar al boss guardián de la torre en el octavo piso"
"¿Si? Me alegro por ti Tayler, pero ten cuidado con el rey goblin que te embosca justo al llegar al noveno piso"
Justo cuando le advertí sobre ello fue demasiado tarde.
"¡AH! ¡NO! ¡REY HIJO DE TÚ...!"
Tayler gritó como una niña y empezó a quejarse por su derrota mientras yo me burlaba, moría de la risa.
"Que mal"
comenté entre risas.
"¡No es gracioso, perdí experiencia!"
"Si sigues así no voy a unirte a mi gremio Tayler, eres un guerrero de clase baja"
"¿¡Que!? No digas eso"
Seguí burlándome de él por un rato.
Tayler siempre fue así de despreocupado, con suerte logrará pasar el año académico.
Cuando finalmente terminamos la llamada me dispuse a realizar tareas, los programas que requería ya se habían descargado en mi PC y una vez que terminé las tareas las envíe por correo a la profesora.
Me levanté y estiré mi cuerpo para relajarme, bajé por las escaleras y observé el reloj que marcaba las siete de la tarde y mis padres estaban por llegar. Después de un tiempo tocaron la puerta, supuse que eran mis padres. Cuando abrí eran ellos quienes estaban de pie al otro lado, todo fue como lo pensé, se veían cansados.
"Mamá, papá"
Los llamé a ambos y giraron sus cabezas hacía mí casi en sincronía, hubo un leve tiempo silencioso por mi parte, respiré hondo y seguí.
"Hace mucho no hago algo para ustedes, así que bueno... cocine algo para ustedes"
Fue un poco vergonzoso el momento, pero me sentía bien diciéndolo, sentía que estaba sentando una base con ellos. Mi madre me observó con ternura y una gran sonrisa. Mi padre me observaba serio y en silencio.
"No te hubieras molestado Nara. Hijo"
Mi madre ladeó un poco la cabeza felizmente.
"No es solo eso... Debo hablar algo en especial con papá"
"Bien, iremos a cambiarnos de ropa y bajaremos contigo ¿De acuerdo?"
Dijo mi madre mientras tomaba de la mano a mi padre quien la miró ocultando ternura en sus ojos.
"Entonces prepararé sus platillos, lo esperaré"
Los platos estaban servidos, las bebidas en sus respectivos vasos y ahí estábamos los tres. En la misma mesa, sentía algo de pena, pero me sentía seguro.
"Gracias por todo lo que han hecho por mi Mamá, papá"
Mis padres sonrieron cálidamente.
"Padre..." lo llamé y un silencio gobernó el ambiente "Quiero trabajar contigo"
El viento sopló y aquello que era frágil se mecía de un lado al otro por la brisa.
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