Retorno a Clases

...POV(Point of view): Nara Oshoe....

...Edad: 17 años....

...Color favorito: Carmesí....

...Ocupación: Estudiante....

...Frase: "No amenaces mi soledad"...

Mirando la ventana mientras la cortina se mecía de un lado a otro lentamente dejando entrar parte de la luz, la misma se impregnaba en mi rostro y la calidez me resultaba reconfortante. Ese día daba inicio mi regreso a clases. El día, en el que mi soledad comenzaría a ser amenazada por una serie de eventos adversos.

Mi madre suele llevarme al instituto cuando se va al trabajo, así que aprovechando eso en algunas ocasiones durante el camino nos encontramos a Tayler -mi mejor amigo- dirigiéndose al instituto y nos detenemos para que suba e ir los tres a nuestro destino.

Covid-19

Si, la pandemia ha sido complicada para todos, uno de los efectos es el recorte de clases presenciales en las academias, solo nos presentamos dos veces a la semana y lo que resta es mediante clases en línea, pero personalmente prefiero que las cosas vuelvan a como eran antes, resultaban más fáciles.

Llegamos a nuestro destino, el instituto Yamaguchi, bajamos del auto y me despedí de mi madre, luego de ello; Tayler y yo nos adentramos en las instalaciones. En el instituto había carteles en la mayoría de los muros haciendo énfasis en las medidas sanitarias, sobre todo el llevar las mascarillas en todo momento y respetar la sana distancia, había profesores asegurándose de que los estudiantes que ingresaran a las instalaciones no hicieran caso omiso a las medidas.

"Nos vemos después"

Me despedí de él, mientras nos alejamos uno del otro por distintas direcciones en los pasillos.

"Adiós"

Avancé por el pasillo hasta llegar a mi salón, donde al entrar observé a algunos compañeros, estaban ocupados con charlas vagas sobre adolescentes mientras yo directamente me dirijo a mi lugar asignado. "Bueno según escuché el nuevo presidente de la sociedad educativa este año será..." Me pareció escuchar una parte de la conversación de unos compañeros, pero al final no logré entender lo último. "Es hermosa" Uno de los chicos comentó. Fuera lo que fuese no es algo que me interese.

Palabras y ruidos llegaban a mis oídos de manera indirecta y aleatoria por lo que era difícil comprender el contexto de tantas conversaciones al azar. Como de costumbre habría que hacer caso omiso y dirigir mis atenciones a objetivos específicos.

La división de los lugares era bastante agradable para alguien como yo, nadie cerca a los costados, al frente ni atrás a más de un metro de distancia, por sanidad, pensé que era perfecto.

Cuando observaba mi entorno me percaté de una mujer que entraba al salón de clases.

"Buenos días a todos"

Saludó la profesora ante el grupo.

"Buenos días"

Respondió el grupo en unísono ante ella.

"Menos mal que será ella" pensé mientras amargos recuerdos llegaban a mi mente.

...Año anterior, instituto Yamaguchi. Oficina de la consejera Shibuki Osonoha....

Hace un año solía haber una profesora con una personalidad un tanto peculiar, solía llevarme bastante bien con ella.

Una ráfaga de viento helado azotó mi cuerpo y quedó petrificado al instante. Ella lanzó una mirada, podía ver su sed de sangre y con ello mil maneras de tortura en un segundo en mi psique ¿Qué era esto? ¿El tsukuyomi de Uchiha Itachi?

"Quiero una explicación... recibo al menos cinco reportes de tus profesores cada mes, indicando que te niegas a cooperar en actividades grupales y que tus actitudes antisociales afectan tus resultados"

"Tsh..."

Ella suspiró profundamente.

"Ya hemos hablado de esto..."

Lanzó una mirada penetrante como si fuesen dagas hacía mi persona.

Shibuki Osonoha, debo confesar que era la única persona a la que le sostenía temor y respeto al mismo tiempo. Pues era alguien difícil de vencer, su alta gama de conocimiento friki era una fortaleza y su fuente principal de métodos de tortura.

"Mis compañeros y yo no somos capaces de congeniar, la mayoría del tiempo quiero matarlos. Es mi fantasía. No los conozco pero conozco sus capacidades. Sé que puedo realizar un mejor trabajo en solitario, la respeto a usted como una autoridad, yo solo propuse una manera en la que el grupo que se me fue asignado se redujera a un integrante, de esa forma aumentaría la eficiencia"

Terminé mi declaración, me sentí orgulloso. Pero su mirada era el mal presagio anunciando mi inminente muerte. Su presencia era tal que inhibe mi intelecto.

Entonces ella me miró como un ser inferior y solo dijo "¿Eres tonto? ¿Que clase de argumento es ese? No olvides que soy tu tutora. Mi trabajo es corregirte, así que si no lo haces te mataré."

Con esos discursos motivacionales... ¿Quién no lo haría?

Sentenció  con un ultimátum. Un aura oscura y siniestra emanaba Shibuki-Sensei. Indicio de que aún no terminaba mi juicio.

"Te bajaré puntos por mala actitud. Mas vale que reflexiones sobre tus actos. Nara"

Sonrió triunfante.

"¡Bien, espere! ¡Lo haré! Trabajaré en equipo, ¡lo siento!"

Supliqué piedad.

Había sido aplastado por la autoridad, una vez más...

...Shibuki: 14  Nara: 1...

...Actualidad....

La clase estaba por comenzar y la profesora a cargo de darnos nuestra bienvenida de apertura este año era la profesora Ana Furikawa. Cuando asimilé su figura tragué saliva de inmediato, no pude evitar admirar su esbelto cuerpo y estilo. Llevaba unas gafas de lectura con armazón oscuro que hacían contraste con su tez clara como la porcelana y su cabello pelinegro. Su vestimenta formal combinada con la perfección de su figura lograba alterar las hormonas de cualquier estudiante en el plantel.

Cuando volví en mi, miré a mis compañeros de clase. Ellos sostenían una vista perversa en su intento fallido de ser sutiles y maduros. Al ver eso, hice consciencia; sentirme uno de ellos, fue realmente repulsivo.

"Bueno, estoy seguro de que muchos de ustedes me conocen, este año yo seré quien les impartirá las clases de habilidades de comunicación y también seré su tutora, mi nombre es Ana Furikawa, es un placer"

Así  fue como comenzó mi tercer año académico. Una vez que todo fuese explicado por Furikawa-Sensei las cosas fueron más cómodas para mí, eso de acceder a una plataforma para clases virtuales por cierto tiempo al día resulta dinámico, para alguien como yo era el paraíso, solo imagina, estás acostado en clases, terminas y continúas viendo tu película, jugando videojuegos desde la comodidad de tu casa ¡Que maravilla! Cuando realices las tareas, debes enviar dicho trabajo a la profesora para evaluación. Y, lo mejor es que solo veré a mis compañeros dos veces a la semana, si esto no es el sueño de los solitarios no sé que es.

Después de cuatro horas con Furikawa-Sensei el timbre que indicaba la hora de salida sonó, guardé mis apuntes en mi mochila, me puse de pie y me dispuse a ir al lugar donde me gustaba pasar mis descansos o eso quería hacer pero Furikawa-Sensei me detuvo en ese momento.

"Ohm... Nara, espera, permitirme un momento de tu tiempo"

Furikawa-Sensei dirigió su palabra hacia mí y llamó mi atención de inmediato. Giré lentamente para asimilarla nuevamente.

"Claro, en qué puedo ayudarle Furikawa-Sensei"

Ella estaba acomodando un mazo de documentos en su escritorio, acto seguido acomodó sus gafas y dirigió su mirada hacía mi. Por alguna razón me ponía vulnerable ante esos ojos.

"Discúlpame por consumir tiempo de tu receso, tengo que hablar algo contigo precisamente"

Dijo modestamente con una voz serena.

"No se preocupe, no tengo prisa"

"Bien, sé que eres un chico algo peculiar, me advirtieron sobre ti especialmente, solo quiero dejarte en claro que no admito malas actitudes en mi clase, espero comprendas. No dudaré en reprobarte en la materia"

"¿Eh?"

"Shibuki me habló sobre ti, dijo que tratara con cuidado a un chico llamado Nara Oshoe. Me dio esta nota"

Furikawa-Sensei sacó una nota de su bolso y comenzó a leerla para mí.

"Si comienza a racionalizar sobre cualquier tontería no dudes en golpearlo. Y, si llega a revelarse envíalo a mi oficina. Yo misma lo patearé"

Ella me miró inexpresiva sobre el marco de sus lentes. Su semblante es aterrador... esa belleza la hace aún más fría cuando interactúa en persona...

Tan solo me quedé estático. Shibuki-Sensei...

"No se preocupe profesora. Doy mi palabra, no haré nada malo esta vez"

Sonreí amigablemente. Mientras en mi mente sabía que las palabras que acababan de salir de mi boca eran así mismo una estratégica forma de eludir las propias reglas "no haré nada malo, esta vez" dejando una leve apertura para poder persuadir a una autoridad en el futuro.

"Me alegra que lo entiendas, te veré después de merendar para dar los últimos detalles de la información"

Dicho eso Furikawa-Sensei salió del aula.

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