Corría observando que nadie estuviera en los pasillos, quería ir a la nave abrirla y robarme material para investigar en mi cueva.
Cuando pasaba por un gran salón, mire como ella tenía sus brazos en su cuello.
Me quedé mirando y sentí un dolor en mi pecho. Escuché que se acercaban y me escondí.
Corría rápido, llegue al edificio donde tenían la nave, me pare frente a la nave.
Necesito pensar en algo, de pronto sentí que me taparon la boca y me abrazaron.
- ¡Jamás regresó señorita Nubia!
Sabía que era Donatello. El me soltó, lo abrace.
- Pensé que estaba muerto .
- ¡Tanto te importo!, dijo acariciando mi mejilla.
- No, solo que quería la clave de tu nave, sonreía.
- ¡Ven vamos!
Las alarmas sonaron.
- ¡Ya se dieron cuenta que escape!
- ¡Entonces es hora de irnos!, dijo el subiendo a la nave.
- ¿Y la flor gris?
- Aquí tengo una, dijo sacando de una mochila la maceta.
Pero este es mi planeta, pensaba.
- ¡Es ahora o nunca Nubia!, decía extendiendo su mano. No temas, investigaremos y regresaremos a tu planeta, para ayudar a tu gente.
El me sonreía.
Entonces recordé a ella y el juntos, el no me necesita, pensé. Tome su mano
- ¡Nubia que haces!, gritaba el corriendo con los soldados atrás de él.
La puerta de la nave se cerraba mientras Donatello despegaba.
- ¡Nubia regresa!, gritaba
Yo solo lo mire enojada.
El se detuvo y me miró furioso.
La puerta se cerró y despegamos al espacio.
Me acerque a el.
- Bueno siéntate, colocaré ésto, me amarró al asiento.
- ¿Para que es ésto?
- Para que no te estrelles adentro de la nave.
- ¡Lista!, llegaremos a la tierra en unos meses.
- ¿Que?
- Si en unos cuatro meses, decía sonriendo.
¡Aún no perfeccionó mi nave!
La nave se movió tan rápido que tenía dolor de cabeza.
El me miraba y sonreía.
Después de un tiempo se detuvo, se movía sola pero más lento.
El se levantó.
- Te voy a quitar esto, ¿como te sientes?
- Bien, me duele la cabeza.
- Es normal tranquila. Muy bien, pues listo, te gustaría empezar a trabajar.
- Si claro.
- Ven, te voy a enseñar todo.
Tenía tanta cosas, tenía mucha tecnología, me explicaba como funcionaban y me entrego unos libros.
- ¡Que te parece si lees y después te enseño a usarlo todo!
- Claro.
Me senté a leer, hablaba de sustancias, compuestos, me lo devoré en dos días.
- ¡Tienes otro libro!, le dije mientras el miraba un pétalo en un microscopio, dice que así se llama ese aparato.
-Si toma.
Me entrego otro, lo leía, tenía que llenar mi cerebro de información, le dije que tenía que alimentarme, el me entrego polvo de estrellas.
- ¿De dónde sacaste esto?.
- Lo tome de tu casa.
- ¿Entraste a mi casa?.
- Si, quería investigar que te había pasado, me sentía mal, qué por mi culpa te pasará algo.
Mire que tu madre lo guardaba muy bien y pensé que sería bueno estudiarlo también, para saber que es lo que ustedes consumen.
- Gracias.
Comía mientras leía.
Estudiaba todo sobre algunos químicos.
Comía poco de mi polvo de estrellas, para que me alcanzará para los meses que estaría viajando.
El primer mes, el hacia anotaciónes, no encuentro sus componentes, decía a el.
- ¿Puedo mirar?
- Si claro.
Miraba su pétalo pero no tenía nada diferente a la de las demás flores.
- No hay nada.
- Necesitamos llegar a la tierra, ahí tengo un laboratorio más grande que podemos usar para investigar más detallado.
- Dime algo, ¿por qué te tenían atrapada?
- Por qué me quieren casar con el príncipe.
- ¿Eres una princesa o algo así?
- No solo soy Nubia una huérfana.
- ¿No tienes padres?
- No mis padres murieron cuando era niña. Mi papá es humano.
- No pensé que un humano pudiera embarazar a una habitante del planeta Gray.
- Creo que somos parecidos, pero el color de piel y cabello, es por qué mi abuela es habitante del planeta blanco.
- Ese planeta no lo he visitado.
- Ya no existe, de hecho ni mundo sobrevivió por qué mi abuela lo protegió.
- ¿Y por qué comen polvo de estrellas?.
- Por qué contienen hidrógeno, nuestros cuerpos mutaron, cuando mi abuela llegó a vivir a mi planeta.
- Entonces, el idiota del príncipe es como de tu familia.
- Si algo así.
- ¿Que es idiota?.
- Una mala palabra que uso para los que odió.
- ¿Odias a Toutn?
- Así se llama el idiota.
- Si
- Si lo odió, la verdad el muy cabron me tocaba y me mandaba descargas para que hablara.
- ¿Sentías dolor?
- Mucho.
Así que ese es otro poder de Toutn, pensaba.
El se me acercó
- ¿en qué piensas?
- En nada, sonreía.
- Eres bella Nubia, pero creo que tus mejillas rosas las heredastes de los humanos, sentí que me subía la temperatura.
El se reía
- ¡ya son rojas!. Me tape.
- ¡Disculpa!
Entre a una habitación donde había un espejo donde podías ver tu reflejo, esos no existen en mi planeta.
Mire mi rostro, mis pequeñas mejillas estaban más coloradas.
Me sentía rara me mirar que mi cuerpo tuviera ese color.
Leía otros libros que tenía en su nave, pasar mucho tiempo en una nave era aburrido, pero quería aprender de todo, por qué no quería llegar a la tierra y que sospecharan que soy una extraña.
El decía que me presentaría como la doctora Nubia y que tenía que decir que era albina o de albina, no entendía bien.
Me dijo que los últimos día pintara mi cabello de negro para que no sospecharan.
Me contó todo sobre el planeta Tierra, sobre el mar y los ríos. En mi planeta no hay agua. El primer día que salió del baño con su cabello mojado lo toque, era algo nuevo para mí.
- ¿Que es?
- Agua, decía el sonriendo.
- ¿Cómo se limpian en tu mundo?
- Hay unas hojas que al frotar producen un líquido espeso, con eso nos limpiamos.
- ¡Me faltó tanto conocer!, decía enojado.
- Tu y mi prima tuvieron algo.
El se reía
- ¿Cómo algo?, como esto que tenemos tu y yo.
- No me refiero a una amistad o hablar, me refiero a contacto de cuerpos.
- ¡Sexo!
- ¿así se llama en tu mundo?
- sexo, hacer el amor, coito.
- Entonces si tuvieron algo
- Cuando la mire ella parecía una humano solo que cuando la vi que comía tierra me impresionó.
- No es tierra
- Claro que sí.
Yo me reía.
No le dije que ese polvo nos prolonga la vida, por qué con lo que leí en los libros, el humano siempre desea vivir más tiempo.
El tenía muchos libros de ciencia y de novelas dice que así se llaman, son relatos de la vida humana en la tierra. Creo que esas la usa para enamorar a las mujeres.
- ¿Y tú ya tuviste sexo?
- No
El se acercó
- ¿No te gustaría practicar?
- No me interesa tener sexo con alguien que tuvo una contactó con mi prima. No soy como su madre.
- ¿Su madre?
- Su madre y mi padre tuvieron una contactó, lo que provocó que mi madre destruyera todo.
- Se nota que no eres como ella, pero no quería perder mi oportunidad de que supieras que me gustaría tener entre mis piernas.
- ¡Eres un idiota!
El se reía.
- Hasta insultando te vez bella.
Se marchó al laboratorio a carcajadas.
La verdad es que no voy a negar que si el me hubiera dicho que no tuvo nada con ella, le diría que si quiero experimentar.
- ¡Nubia, mira esto la flor se está muriendo!
Me acerque y mire.
- ¿Le pusiste agua?
- Si
- No las plantas de mi planeta, no necesitan agua.
- Pero las de mi planeta si.
- Pero mi planeta es diferente el suelo es diferente.
- Voy por una lámpara para vaporizar el agua.
Mire la flor gris, ya pasaron casi tres meses y lo único que tengo de mi planeta es esta flor, extraño mucho mi casa, pensaba.
Toque la tierra
- perdoname, por dejar que ese tonto te cuidara.
Al levantar mi mano el agua estaba en mi mano como si se pegará como un imán.
- ¡Ya regresé!, decía Donatello.
Escondí mi mano y salí de ahí.
Al entrar a mi habitación, me di cuenta que el agua seguía fluyendo de mi mano.
Este es mi poder, manipular el agua. Genial en mi mundo no hay agua, que mala suerte.
La movía entre mis dedos, pensé que jamás tendría mi poder, hace dos semanas fue mi cumpleaños. Esperaba sentirme poderosa, pero no ocurrió nada.
Dejé el líquido en un vaso que encontré en la cocina.
Estaba emocionada por fin tenía mi poder.
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