Capítulo 8

...Alec....

Han pasado unos días desde la competencia de batalla, Renessme mejor, se había recuperado satisfactoriamente, el saber que ella esta bien me alegra y me satisface, pero odie el hecho de verla en ese estado ese día, pero no podía intervenir.

- Mañana me toca empezar a entrenar a las chicas de mi grupo - dice Demetrie aburrido, molesto y si molesto porque esas chicas como nombramos desde el principio son fastidiosas, y molestas.

- Cuanto pagaría por ir a verte,teniendo paciencia con esas chicas -. Me burlo de él, saliendo de mi ensoñación.

- Y ¿qué hay del grupo?, o mejor aún ¿qué hay de Renessme?- pregunta burlón.

Cambio mi mirada hacia otro punto de la sala, ocultando una sonrisa con mi mano que la llevo hacia mis labios.

- A caso es envia Dem - Le dije a Dem, posando de nuevo mi mirada sobre él.

- No, sino que estas muy encariñado con las chicas, no son un fastidió, hasta te has encariñado Renessme.

- ¿Con encariñar se refieren a? - pregunto.

- Nos referimos en el hecho de que estas atento, compasivo, le llevas el desayuno, le curas las heridas, sacas sangre a un animal y te seguiríamos nombrando - contesta Félix con una sonrisa burlona.

- Ya que los dos me piden explicaciones y que acepte lo que dicen, ¿por qué no comenzamos también contigo Demetrie? - cuestionó con una ceja levantada hacia él que empieza a mirar hacia otro lado, nervioso y dubitativo.

- Esta bien ganaste.

Sonrío, mientras me coloco de nuevo de pie y dejo un golpe en la espalda de Demetrie para salirse rumbo al bosque.

Tenía que admitir que me sentía atraído por Renessme, pero el llegar a gustarme, <<¿ Me gusta Renessme?>> Y si tengo que admitirlo para mi mismo, si, me gusta ella. Desde su compañía, su sonrisa, su sencillez, ella misma me gusta, hasta verla en paz y tranquila como ahora.

Parezco un psicópata, pero al parecer ella no sintió que he llegado al mismo lugar donde ella se encuentra.

Sigo caminando hasta su encuentro, su mirada va hacia mi rostro, y como siempre una linda sonrisa me recibe.

- Buenos días Renessme.

Su acción me tomo desprevenido, sus brazos al rededor de mi torso y pasar a mi espalda convirtiéndolo en un abrazo... cálido... Ese abrazo que duro poco al sentir ella mi incomodidad.

- Eee...perdón... No d...- dijo con titubeos.

No era una incomodidad de que no quería el abrazo, era la incomodidad de que ella tuviera ese gesto y no supiera como corresponder, una cosa diferente es el abrazo de mi hermana, otra es de la chica que me gusta.

- No pasa nada , hasta necesitaba ese abrazo tuyo.

Renessme

- Ahora que te parecería si ... ¿Quieres entrenar, para la próxima competencia? - pregunta.

- Me toma por sorpresa ... Lo tomare, no puedo creer que sea tan débil después de todo.

- Bueno empezamos

- Si

Claro que si necesitaba el entrenamiento y más si habría una próxima, tenía que desquitarme o demostrar aunque sea que puedo defenderme.

El entrenamiento empezó, trate de acomodarme en la posición defensiva, pero hasta en eso tenía fallos debido a que el llego a corregir mi postura

- Así estas mejor - murmuro sonriente -. Vamos a empezar con concentrarnos más, te vi muy distraída, segundo reflejos, no puedes solo observar un punto fijo, tienes que tener en cuenta los puntos que tu oponente puede llegar a pegar para derribar... Comencemos.

Con esos puntos dichos y claros empezamos una mini batalla, aunque claro el no estaba peleando al 100% de su capacidad, y lo agradecía porque siendo novata y en peleando con el en su capacidad total seria imposible, y con la demostración en las batallas anteriores daba a entender porque la preocupación de hace años en mi familia al llegar a tener una batalla con ellos, ante todo con Alec o Jane.

- Muy bien Renessme, para ser una principiante y en el primer día, aprendes rápido.

Asiento satisfecha tomando bocanadas de aire, tratando de regular mi respiración que estaba agitada.

- ¿Crees qué le pueda ganar aunque sea a Clarissa? - pregunto

- Si sigues entrenando como hoy, ten por seguro que si - sonríe, mientras se va acercando donde me encuentro y toma una hoja que había quedado incrustada en mi pelo, sus ojos quedaron clavados en los míos, su mirada escudriñadiza, pero con un toque de ¿amor y nostalgia?

- Mañana continuamos, ve a descansar te lo mereces.

Suelto un suspiró, el retrocede y se va alejando tomando caminó al castillo.

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