ĉapitro 20

Esta no es mi historia, así que me quita un poco del factor horror, pero es de un buen amigo que sé que no inventa nada.

Su historia ocurre cuando tenía alrededor de 8 años. Estaba jugando al escondite con su amigo en su casa, era tarde… Probablemente alrededor de las 10h. Es el turno de mis amigos para encontrar a su amigo. Está buscando por todas partes alrededor de la casa, pero parece que no puede encontrarlo por ninguna parte. Eventualmente decide que debe estar escondido afuera. Entonces sale de la casa para encontrarlo.

Empieza a buscar alrededor de unos arbustos cuando escucha la voz de su amigo que viene de un rincón oscuro a unos 20 pies de distancia. La voz le pide que venga. No lo hizo, porque ya estaba lo suficientemente asustado por estar afuera en la oscuridad total. Mi amigo le gritó: “¡No! ¡Ven aquí! "

Fue entonces cuando dijo que realmente comenzó a ponerse espeluznante. Me dijo la voz que sonaba como si su amigo insistiera en que se acercara al rincón oscuro. Mi amigo seguía diciendo que no una y otra vez. En este punto, dijo que la voz cambió repentinamente a una voz oscura y con un sonido horrible que exigía que viniera. En este punto, volvió corriendo al interior, solo para ver a su amigo en la sala de estar. Cuando se le preguntó cómo había entrado tan rápido, el amigo dijo que nunca salió.

Ahora, conozco a estos dos tipos. Ninguno de ellos inventa una mierda. Y dudo que sea el caso de una "imaginación enloquecida".

Sea lo que sea esa voz, todavía me asusta solo de pensar en esta historia.

- Loffae

La puerta del ático

Cuando tenía quizás 12 o 13 años, viviendo en una casa vieja y estrecha con mi madre y mi hermano menor, sucedió algo que todavía me confunde hasta el día de hoy.

Fue una noche de verano que se mezcló bastante bien con el resto de ellos, tanto que no puedo recordar qué sucedió inmediatamente antes o después de este incidente. Había ido a acostarme en mi habitación, que estaba al otro lado del pasillo de la habitación de mi hermano. Inmediatamente a la derecha, cuando entraste en su habitación, había una puerta que conducía al ático, que era realmente vieja, espeluznante y la puerta se abrió para que las escaleras fueran visibles desde mi habitación. (Impresionante, ¿verdad?) Esa noche, la puerta de mi hermano estaba abierta y, ¡imagínate !, la puerta del ático estaba abierta. Comencé a sentirme incómodo y tenía una sensación muy fuerte de que algo o alguien me estaba mirando. Me cubrí con la sábana y, de repente, tuve la sensación de que algo muy pesado estaba sobre mí y me aplastaba. Le grité a mi mamá que vino corriendo, me quitó la sábana y la sensación se fue.

Diez años después y todavía no sé qué diablos pasó, pero puedes apostar a que la puerta del ático permaneció cerrada hasta que nos mudamos.

Huellas en la nieve

El evento inexplicable más memorable de mi vida sucedió mientras caminaba con raquetas de nieve a unas pocas millas de una pequeña ciudad del noreste de Oregón. El sol acababa de salir y había una nueva capa de nieve de unos diez centímetros. El bosque estaba silencioso, inquietantemente silencioso. Era uno de esos lugares que te pone los pelos de punta. Sentí que alguien, algo, me estaba mirando. En este punto, me doy la vuelta para regresar a mi auto solo para encontrar un nuevo conjunto de impresiones de tamaño humano justo detrás del mío.

La parte aterradora es que la nieve tiene aproximadamente dos pies de profundidad y estas huellas solo se presionaron en un par de pulgadas, solo había una impresión correcta y solo ocurrió en intervalos de diez pies más o menos. Comenzaron desde la nada y terminaron cerca de donde me había detenido para dar la vuelta.

¿Qué diablos me seguía?

Un gruñido vicioso en mi oído

Tuve una experiencia muy extraña hace unos 3 años. Vivía en un apartamento recién construido en San Antonio, TX. Eran realmente agradables y no el típico cliché de las plantaciones sureñas, antiguas y embrujadas. Estaba en el ejército y geográficamente separado, así que estaba solo, sin familia ni mascotas. Mientras estaba acostado en mi cama sentí, lo que parecía un perro de tamaño mediano, saltar al final de mi cama - definitivamente tenía cuatro patas, de todos modos. Me quedé paralizado porque sabía que no tenía mascotas en casa. Comenzó a caminar lentamente hacia mí y podía sentir cada paso comprimiendo el colchón. Cuando llegó a mi pecho, pude sentir que las mantas comenzaban a formarse alrededor de mi cuerpo en mi lado izquierdo y escuché un gruñido sutil pero vicioso en mi oído. No reconocí su presencia y me quedé dormido de inmediato.

No he vuelto a tener un problema desde entonces y siento que se debió al hecho de que no le dejé ver mi miedo, pero fue una experiencia muy extraña y sorprendente.

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No está permitido tocarlos

Cuando tenía ocho años, mi familia se mudó de la zona urbana del sur de Florida a un pueblo realmente pequeño en el norte de Florida. Era como de un libro de Goosebumps. Han sucedido muchas cosas raras en los 15 años desde que nos mudamos allí, pero la más extraña tiene que ser cuando mi hermana se mudó con mis padres.

El marido de mi hermana había sido enviado a Afganistán, por lo que se quedó sola con un hijo recién nacido. No queriendo pasar por la aplastante soledad de criar a un recién nacido sola en un remolque en el bosque, regresó a la casa de mis padres por un tiempo.

Ella dijo que comenzó primero cuando la cabecera de su cama golpeaba de vez en cuando. Entonces, un día se despertó porque alguien le estaba haciendo cosquillas.

Ella realmente no pensó en eso hasta que una noche despertó a mi mamá gritando (mi hermana tiene casi 30 años, no es una niña pequeña), y mi mamá entró y TODA LA F ** KING CAMA ESTUVIERON Y TAMBIÉN TAMBIÉN TAMBIÉN. . Realmente violentamente de arriba abajo, a los lados, como un bote atravesando aguas bravas.

Pero mi mamá y mi hermana han pasado por muchas mierdas, así que perseveraron. Una noche, mi hermana estaba amamantando a su hijo y algo la agarró por la cola de caballo y comenzó a mover su cabeza. Mi mamá entró en la habitación y muy severamente, como hablando con un niño malo, dijo: "Entiendo que las cosas son diferentes". Hay un bebé aquí y nunca antes había habido. Tienes curiosidad, lo entiendo. Pero ya NO los tocarás. Puedes mirar, puedes quedarte. Estuviste aquí antes que nosotros, pero juro por Dios que NO ESTÁS PERMITIDO TOCARLOS ".

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