La joven salió rápidamente antes de que la princesa pudiera detenerla o decirle algo más. De antemano, le indicó a las criadas que la princesa Eliza necesitaba unos momentos a solas y que entraran hasta que ella lo solicitara, a lo que asintieron con comprensión. Después de eso, se fue con prisa, esperando salir del Palacio Real lo más pronto posible para volver a su mansión.
Desafortunadamente, el príncipe Jerez estaba enterado de su visita desde que había enviado la carta a la princesa para solicitud de la reunión, por lo que, en cuanto Yuaralia llegó al Palacio Real, Jerez buscó la manera de posicionarse en el camino que tendría que tomar para volver a su carruaje y la esperó con impaciencia hasta que saliera.
Se toparon de frente y Yuaralia soltó un suspiro casi imperceptible en cuanto se dio cuenta de quién era. Jerez, en cambio, fingió que había sido un encuentro sorpresa y se acercó a ella con seguridad. Cuando quedaron a sólo un metro y medio de distancia, detuvo sus pasos y esperó a que la joven hablara primero.
—Yuaralia Lamar saluda a Su Alteza —recitó en un pasillo externo del Palacio.
—Me alegra ver que goce de buena salud —soltó él con un tono serio y confiado.
—Su deseo me llena de felicidad. Mi anhelo es que Su Alteza reciba siempre el doble de lo que quiera para mí —respondió con sequedad.
—¿Es esa una amenaza? —Preguntó con burla.
—Todo dependerá de sus buenas intenciones —espetó.
No era común que alguien le respondiera así a alguien de la realeza, pero lo que pasaba entre ellos no podía catalogarse como normal. Habían estado comprometidos gran parte de sus vidas y compartido momentos especiales; sin embargo, Yuaralia decidió seguir su propio camino y Jerez no podía perdonarle tal traición.
Si lo iba a dejar tan abruptamente, no debió dejar que la amara y que le diera un lugar irreemplazable en su corazón, no debió aparecerse de nuevo frente a él con esa mirada que no le da absolutamente ningún indicio de arrepentirse por su separación. La futura heredera del ducado Lamar era conocida por ser cruel e imperturbable, pero Jerez nunca creyó que sentiría en carne propia tales palabras.
El príncipe endureció el rostro ante la respuesta mordaz de Yuaralia. Desgraciadamente para él, el poder de la familia real no era tan fuerte al punto en que pudiera darle un castigo a la heredera de un ducado por algo tan banal como esa contestación, así que tuvo que guardarse cualquier amenaza que se le ocurriera.
—Eres cruel, Yua —soltó de repente Jerez mirando con dolor.
La joven estaba sorprendida por su franqueza, pero permaneció sin ningún gesto para no dar espacio a que él malentendiera las cosas e intentara algo más. La mirada de aquel hombre parecía un enredo de emociones tales como enojo, tristeza y anhelo, pero nunca arrepentimiento.
—Lo mismo digo, Su Alteza —le respondió con una sonrisa llena de decepción.
No era que no sintiera ningún tipo de emoción cuando lo veía. Quizá ninguno de los dos sería realmente consciente alguna vez de cuánto lo amó, pero eso no quita que lo haya hecho. Su corazón estaba cansado de querer a alguien de quien obtenía todo menos alegría.
¿Cómo podía creer que alguien que duerme con una mujer distinta casi cada noche puede realmente respetarla como su pareja? Tal vez si tuvieran ese tipo de relación abierta ella podría pensar en aceptarlo, pero era algo unilateral en lo cual Yuaralia debía ser siempre pura mientras Jerez seguía disfrutando. Para hacerlo todavía peor, sus constantes traiciones no eran lo peor que había hecho.
—Con su permiso, Su Alteza —agregó la joven antes de pasar a un lado de él.
—¡¿Realmente te vas?! —Exclamó dándose la vuelta rápidamente para mirar a la espalda de Yuaralia.
—Sí —se detuvo para responder sin mirarlo.
—Este es nuestro fin… en verdad, esta vez, te haré a un lado si no tomas mi mano de nuevo.
La joven siguió caminando sin decir nada y el príncipe cerró la boca con fuerza. Se dio la vuelta en cuanto ella se había alejado e intentó volver por donde había llegado, aunque se detuvo y la miró de nuevo, esperando que, tal vez, volteara la mirada hacia él, pero, para su decepción, siguió avanzando sin mirar atrás.
...****************...
El chofer del carruaje de Yuaralia le abrió la puerta para permitirle entrar al vehículo. Dentro, se sorprendió un poco al ver a una mujer sentada con las piernas y brazos cruzados. Tenía los ojos cerrados y parecía pensativa, sin embargo, comenzó a hablar en cuanto el carruaje se puso en movimiento.
—Tardaste menos de lo que pensé —le dijo la mujer de cabello y ojos violeta a Yuaralia.
—Su Alteza necesita tiempo para pensar las cosas —explicó con naturalidad, sin prestarle atención a la presencia inesperada de la intrusa.
—¿Entonces no dijo nada? —preguntó con curiosidad.
—No. Evidentemente, no fue fácil de digerir, por lo que le dije que lo pensara y me llamara en cuanto tomara una decisión.
—¿Qué vamos a hacer si dice que no? Porque sabes que eso es lo más probable, ¿verdad? —soltó con una sonrisa.
—Tengo unas ideas —declaró Yuaralia tranquila.
—Sé que es así.
—Pero sólo sería si en verdad se muestra reacia a aceptar. A pesar de todo, no me dijo que no tajantemente, así que tengo esperanza —expuso mirando por la ventana—. Por cierto, Eloise —cambió de tema.
—¿Uhm?
—Necesito tener una manera para hablar con la princesa sin que todo el mundo se entere.
—Claro, puedo hacerlo, pero, ¿por qué te preocupa eso ahora?
—Me encontré a Jerez al terminar mi visita.
—¿Qué? ¿En serio? ¿Y qué pasó?
—Nada, simplemente se presentó frente a mí para perturbarme —contó con indiferencia—. Sospecho que alguien debió darle la información de mi visita desde el día que la mandé esa carta a la princesa. Según recuerdo, Jerez no se pasaba por la zona Perla ni por equivocación, a menos de que fuera obligado, pero justamente hoy estaba de paseo por ahí.
—¿Mucha coincidencia?
—Era obvio que tenía la información de antemano y arregló sus asuntos de manera que se viera natural nuestro encuentro.
La zona Perla era el lugar del Palacio Real destinado a hospedar a las mujeres de la familia real. Ahí, se encontraban las habitaciones y salas privadas de la reina, las princesas y, cuando hubo, de las concubinas. También estaban en esa área los jardines donde se llevaban a cabo las fiestas de té y los pequeños conciertos.
—Entiendo. Encontraré la manera de que puedan usar magia para comunicarse —declaró Eloise.
—Te lo agradezco.
—Bueno, ahora me voy.
—¿Sólo viniste para preguntar sobre la reunión? —preguntó incrédula la futura duquesa.
—Y para entregarte lo de siempre —agregó al momento de darle un pequeño frasco lleno de un líquido transparente.
—Gracias, pero no es común que vengas a darme esto en persona —dijo con sospecha y, finalmente, la maga suspiró levemente.
—Estaba ansiosa —confesó hundiendo los hombros—. Llevamos mucho tiempo preparándonos para este día y no quería quedarme en el gremio esperando noticias.
—Es verdad. Al fin está comenzando —respondió Yuaralia, aunque fue más una declaración a sí misma.
—Volveré al gremio. Trataré de tener tu pedido listo pronto. Ten cuidado —se despidió rápidamente, dejando una nube de humo dorado al desaparecer.
La joven heredera se quedó mirando el lugar, ahora vacío, donde estaba Eloise. A pesar de haberla visto usar magia muchas veces, no dejaba de ser extraño que se desvaneciera así. De hecho, el poder de Eloise era desconcertante incluso entre las demás magas, por lo que Yuaralia se sentía aliviada de que fueran aliadas, de otra manera, su objetivo sería todavía más difícil de alcanzar.
Suspiró fuertemente ya que nadie la veía y se recargó con pesadez sobre el respaldo del carruaje. Deseaba que las cosas empezaran a fluir como lo deseaba, pero sabía que nada del camino sería fácil. Por el momento, podría moverse entre las sombras, aunque no se mantendría así para siempre. Llegaría un punto donde tendría que volverse enemiga de las personas más fuertes del reino y sólo la victoria le daría las posibilidades más altas de salir con vida, a ella y a sus aliadas.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 144 Episodes
Comments
Roxana Concepcion Mendez Cruz
Interesante trama, fuera de lo cotidiano, es refrescante!!
2024-03-26
0