Dibuja Una Sonrisa

Capítulo 2.

De regreso a donde vivía, mientras salía del aeropuerto pidiendo un auto logro sentirse más segura y tranquila consigo misma. Pago al llegar y toco la puerta de la casa, una sirvienta del sitio le abrió la puerta, su madre iba bajando las escaleras cuando la vio y corrió a abrazarla con lágrimas de felicidad al verla. Lisa le mostro una mueca poco feliz con una mirada triste, Enith asintió ligeramente tomándola de sus manos.

—Todo es diferente… —dice Lisa mirando a todos lados.

—Tuve tiempo libre desde que mi hija me dejo, pero tu habitación sigue completamente igual. Si me hubieras avisado, tal vez podría haber…

—¿Limpiar? ¿Tú? —giran a la dirección de las sirvientas.

—¡Por supuesto! Ahora mejor vamos a tu habitación. No quiero que te escapes tan rápido.

Lisa soltó una pequeña risa siguiendo a su madre del brazo a la que fue alguna vez su habitación, y tal cual como lo dijo, está igual como hace años cuando apenas se iba a ir. Soltando el brazo de su madre y dejando la maleta en el piso, camino al muro de fotos que adorna su habitación; las fotos de sus mejores amigos, Kurt Bain y Olivia Harvey. Fueron esos años en que no los vio y la comunicación entre los tres se terminó por completo poco a poco. Eso la puso melancólica en cierto modo, después de todo nunca encontró a alguien mejor que esos dos; quitando una de las fotos del muro giro hacia su madre sollozando, Enith la abrazo consolándola.

Unos minutos después, Lisa termino de calmarse, mientras su madre le daba un vaso con agua la observo de una manera que pedía respuestas. El instinto de una madre le decía a Enith que algo sucedía, así que se sentó a un lado de su hija sosteniendo sus manos.

—¿Qué sucede? —pregunta Enith preocupada.

—La verdad. No volví porque tanto por que lo deseaba. —inhala y exhala notoriamente— Mi pareja me engaño con una amiga, si es que se le puede decir, aun así.

—Ojalá estar cerca de él y… —Enith hace un puño con su mano volteando a Lisa al oírla reír— Hija, ¿sabes que significa?

—Quisiera decir que sí.

—Eso quiere decir que no era el hombre indicado.

Las palabras de su madre la hicieron pensar en si realmente existe el chico indicado y si quiere esperarlo. Un estruendo en la puerta de la entrada junto con pasos rápidos de las escaleras asusto a madre e hija hasta que Kurt y Olivia entraron por la puerta de la habitación, Enith se puso de pie saludando a los dos y marchándose. Las personas que entienden a Lisa en temas amorosos eran ellos, la conocieron por años y podían ayudarla.

Afuera, Enith cerró la puerta de la habitación y el mayordomo Mo llego corriendo alterado al ver su mirada seria.

—Lo lamento, señora, los chicos insistieron. Les prohibí entrar, pero me distraje unos segundos.

—Está bien. —Enith lo toma del hombro relajándolo—Dejémoslos solos, vamos.

Dentro, Olivia corre a un lado de Lisa y Kurt del otro impidiéndole irse. Sin otra opción les sonríe contándoles todo lo que sucedió en los últimos años que no los contacto.

—Lisa, dime que no le diste tu primera vez a ese idiota. —dice Olivia recortada en el suelo.

—No puede ser que preguntes eso.

—Lis, no desvíes lo que Oli te pregunto. —Kurt se encuentra en una silla girando.

—Por supuesto que no. Incluso esa es la primera razón por la cual me engaño.

Los siguieron hablando sobre cualquier cosa que se les ocurriera, incluso recordar los momentos de cada foto que tenía Lisa en la habitación. Unas horas después se tuvieron que ir por la hora, ambos tenían planes esas tardes y Enith quería que su hija descansara, pero antes de irse invitaron a Lisa a una fiesta que sucedería esa noche, tenía toda la tarde para decidir si asistir o no.

Mientras tanto Chase se encuentra revisando unos documentos que debía firmar, pero no podía pensar con la cabeza en otro lado, no saber a dónde se marchó su esposa lo irritaba. «Se marcho sin dejar rastro, pero si la vuelvo a encontrar no podrá escapar tan fácil nunca más» pensó sin darse cuenta de que su teléfono sonaba sin parar. Daniel entro sin tocar exaltado con su teléfono en la mano.

—Presidente, la señorita Adkins lo llama, pero no contesto, así que decidió contactarme a mí. —le entrega su teléfono a Chase.

—‹ ¿Qué quieres? ›

—‹ Solo quería saber cómo estabas, cariño… Nos vamos a casar, así que pensé en conocernos ›

—‹ No será necesario, señorita Adkins. No le habrá llegado la noticia de que estoy casado, no vuelva a llamar o a querer relacionarnos ›

Chase colgó el teléfono sin dejarla que reaccionará. Jessica se puso a llorar tan pronto escucho el sonido de llamada terminada. Harto de escuchar sonar el teléfono, Chase lo aventó a la pared haciendo que se rompiera en miles de pedazos y levantó de su asiento para marcharse. Tan pronto como salió, Daniel se acercó a su teléfono destrozado.

—No era su teléfono… —toma el teléfono verificando que no encienda— Aun lo estoy pagando.

Por su cabeza empezó a quejarse de Chase hasta que regreso empujando la puerta. Rápido se levantó del suelo dejando caer las piezas de su teléfono roto de sus manos.

—Si mi familia llama no contestes… —mira el teléfono de Daniel y luego se dirige a su cara— Deja de maldecirme en tu cabeza.

—«¿Cómo es que sigo trabajando para usted? Mi pasantía aquí valía más antes de que me contrataran» —suspira sollozando y Chase vuelve—.

—Dije que dejaras de pensar, sino quieres que reduzca tu paga.

Daniel espero a que se fuera y solo dio un suspiro largo para después voltear a ver de nuevo al suelo. Chase sabía que su compromiso con Jessica sólo era por su familia.

En el mundo hay 8 familias que son las más millonarias. En el primer puesto se encuentra la familia Walker y una familia que nadie conocía, eran y serán un misterio desde sus inicios, se mantenían lejos de la publicidad o cualquier cosa que les robara la tranquilidad, pero era conocido el hecho de que tienen un heredero.

En segundo puesto están dos familias que nadie sabía sobre ellas, una tiene el privilegio de tener quien heredara, pero la otra perdió hace tiempo un hijo y jamás se encontró más de ellos, se dice que aún lo buscan.

Pará terminar estaba el tercer puesto con cuatro familias, la familia Adkins, con Jessica como heredera, la familia Harvey con el hermano de Olivia como heredero, la familia Bain con Kurt como heredero y la última con alguien que más adelante se dará a conocer, una chica que ama tener todo bajo su control por ser tan consentida por su familia.

Entre esas familias, los padres de Chase sólo pudieron conocer a la única hija heredara entre todas que es de la familia Adkins. Hicieron un convenio donde sus hijos se casarían para superar a la segunda familia que compite el primer puesto de la más poderosa, pero él jamás aceptó y la única manera de rechazar el compromiso era casándose con alguien más.

En el auto donde se encuentra Chase, saca su teléfono mirando el contacto de aquella chica, quería llamarla, pero él nunca fue una persona que suplicara por atención o lo que fuera haber llamado. Dejó su teléfono en la bolsa de su saco para después bajar del auto y encontrarse con su sirvienta Bates, que consideraba como su madre y su mayordomo Dean quien era el que ponía orden en la residencia.

—Ace, ¿es cierto que estas casado?

—¿Quién te conto, señora Bates? —se quita el traje colgándolo en su brazo.

—Eso no es importante, dime, ¿quién es la afortunada? —Lo sigue interponiéndose en su camino.

—No deberías meterte en mi vida, señora Bates. —dice Chase tallando su frente— Su nombre es Lisa.

—Quiero conocerla, ¿cuándo la vas a traer?

—No lo sé, se marchó de la ciudad. Iré a descansar.

Chase pasó por un lado de ella para subir las escaleras a su habitación. La señora Bates lo miró con una cara de preocupación mientras voltea hacia el mayordomo Dean.

—¿Crees que la volverá a encontrar? Mi niño no merece una mujer que no lo aprecie, después del convenio de su familia me preocupa a donde llegara.

—Solo el tiempo lo dirá, señora Bates, además de que no debería meterse en asuntos familiares del joven maestro. Mejor diríjase a preparar la cena.

El mayordomo Dean camina detrás de la señora Bates a la cocina para supervisar que todo vaya bien. Aunque le importe Chase porque lo vio crecer y lo primero que peleo al mudarse fue que ambos lo siguieran, su trabajo era lo segundo más importante para el mayordomo Dean. Siempre trabajo para él y lo quería ver feliz al igual que la señora Bates, sabiendo que también debe respetar los límites de lo que son en esa casa.

Más populares

Comments

Digan R Rojas de Melendez

Digan R Rojas de Melendez

muy bueno

2024-03-24

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play