Capítulo 1

Maya

Ya hace una semana que visité la mansión Vólkov con Luana y Laurent, quien ahora se ha dedicado a pasar tiempo en familia con su hijo y el hombre que la vuelve loca, aunque lo niegue. En este tiempo que ha pasado no he sabido nada de aquel espectacular hombre. Ya que me enteré por mi amiga, que Darío vive en California debido a la empresa que le heredo su padre.

Luego de terminar una de mis tantas secciones de fotos, que en esta ocasión son de trajes de baño. Le paso un mensaje a Laurent para decirle que hoy me quedaré en mi apartamento. Y es que la verdad ni a mí, ni a Lua nos gusta hacer de mal tercio cuando ella y Santiago juegan a la familia feliz.

_Oye Maya ¿Quieres ir esta noche a un bar que abrieron nuevo hace poco? _Él es uno de los chicos con los que trabajo.

_ Está bien, me apunto. De hecho no tenía nada mejor que hacer la noche de hoy.

Una vez termino mi conversación con él, salgo de la agencia y me dirijo a mi auto para ir a mi hogar. En el camino de regreso, mientras conduzco mi teléfono suena y sin ver quien es levanto la llamada por el auricular

_ Hola Maya _ Dice esa dulce voz que siempre me alegra el día.

_Hola tía ¿Cómo va tu viaje por las islas griegas?

_Súper cariño, solo llamaba para ver como estas y sabes algo del loco de mi hijo _ Dejo escapar una risa ante su comentario.

_Bueno de Marcos solo sé que está trabajando para una empresa de decoración de eventos y le va bien. Creo que de esta asienta cabeza. Y yo estoy conduciendo rumbo a mi departamento, ya que hoy en la noche pienso salir.

_Haces bien mi amor y ya sabes, tu mucho cuidado y dale besos a Marcos por mí.

_ Está bien tía, también darle muchos besos a mi tío.

Cuando la llamada culmino, yo ya había aparcado fuera del gran edificio donde vivo. Tomo mi bolso y mis llaves dándoselas al señor Iban quien es el portero más confiable de este edificio.

_Hola mi niña. ¿Qué tal tu día? _ Él siempre me dice así, soy como una hija para él.

_Hola Iban, la verdad es que estoy bien cansada. Pero eso no me va a impedir disfrutar de esta noche.

_Ja ja ja. Tú no cambias mi niña. Sonrío por su comentario y dejo un beso en su mejilla para irme a descansar.

Una vez dentro de mi departamento lanzo los tacones en cualquier dirección y me dejo caer en el sofá. Hay personas que piensan que ser modelo no es cansado, que las que practicamos esta profesión la tenemos fácil. Pero el hecho de tener que cambiarte unas dices mil veces la ropa, con cada una de ellas sacase fotos, el maquillaje que se debe cambiar según el look y por último estar de pie por horas riéndole a una cámara aunque no tengas deseo.

Miro la hora en mi móvil y veo que son las 7:00 p.m y la salida es a las 11:00 p.m. Por lo que tengo tiempo de descansar un largo rato. Mientras camino a mi dormitorio dejo programado mi móvil para las 9:00 p.m y una vez frente a mi cama, dejo de vivir.

...

Termino de preparar mi fabuloso baño de espuma, con mis esencias y sales favoritas, para luego meterme a bañar. El agua caliente relaja mis muslos y libera mi estrés, si por mí fuera estaría toda la vida aquí metida. Luego de media hora de baño salgo envuelta en una toalla para ir a mi armario y buscar que ponerme. Una vez ya lista me reviso en el espejo para ver que tal me queda la ropa.

Llevo un ajustado vestido negro con un cinturón en mi cintura, haciéndola ver más estrecha de lo que ya es. Me pongo un par de botas latas y una camisa blanca para hacer contraste. Tengo un maquillaje claro con tonos brillantes, resaltado así mis ojos y como accesorio algunas de mis cadenas favoritas. Sin duda amaba como había quedado.

Al salir de mi departamento ya los chicos me estaban esperando, por lo que me despedí de Iban y me fui con ellos.

La entrada del Bar era una locura, habían muchas personas haciendo fila. Pero gracias a que el de seguridad es hermano de uno de los chicos, la entrada se nos hizo fácil. Una vez adentro la música sonaba a todo volumen y el lugar estaba abarrotado de personas. Tomo la mano de Luna para no perderme y todos vamos a un reservado.

_Bueno la noche es joven y la casa invita. ¿Qué quieren tomar? _Dijo Alex.

_¿Qué tal si empezamos por unos chupitos? _Propuso Luna y todos accedimos.

A medida que pasaba la noche estuvimos entre baile, tragos y chistes. Pero algo que me tenía inquieta era la sensación de ser observada por alguien, pero por más que mirara no veía quien era el causante de esa sensación.

_Oye Maya. ¿Quieres bailar? Pregunto Alex y yo accedí.

La música que estaba de fondo era una muy movida pero sensual. Alex se pegaba a mí para hacer fricción y yo muy disimuladamente me zafaba de su agarre. El muy idiota cree que no sé lo que quiere, pero a este yo no le abro las piernas. En una de esas en donde trato de agarrarme, sentí que una mano se posó en mi cintura, causándome una corriente electrónica en el cuerpo y un cosquilleo en mi intimidad.

Volteo para ver al causante de semejante sanación y al ver de quien se trata, casi me da un infarto ¿Qué estaba haciendo en aquí? ¿Cómo es que Darío Vólkov está aquí, justo delante de mí?

Vuelvo mi mirada hacia Alex que tiene el ceño fruncido y después veo como este cambia a uno de miedo. Miro una última vez a Darío y este fulmina con la mirada a Alex, haciendo que este se vaya y me deja parada sola en medio de la pista con este espécimen.

¡! Pero que carajos! ¿Qué fue todo eso?

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