Cuando La Luz Llegué.

Cuando La Luz Llegué.

capitulo I

Los primeros rayos del sol entraban por la ventana, había una línea de brillo pasando por mis brazos y podía sentir cierto calor escabullirse entre las sabanas. Eran las 5:59 de la mañana, mis sensibles ojos pesaban y estaban llorosos por el cansancio de no poder dormir en toda la noche. Con la vista fija en el reloj, ví como la aguja marcaba las 6:00, su sonido retumbo en la pequeña mesita, al igual que por toda la casa.

Hoy comenzaba el colegio, mi primer día de clases implicaba posiblemente nuevos compañeros, profesores y materias, algo que me aterraba era socializar; soy una persona tímida, pero al conocerme y hablar toda vergüenza se irá, obviamente lo admito, con la única persona que soy yo misma es mi mejor amiga, quién el primer día que nos conocimos, me acosó las 5 horas hasta que una sonrisa se formó en mi rostro.

Mi madre aún no se despertaba, pero debía ir a trabajar en una hora, no podía dejar de pensar en lo fuerte que ella es.

El tiempo pasaba rápido, termine de desayunar luego de media hora, tome un café dulce con galletitas, decidí marcharme y agarrando mis llaves cerré la puerta, camino a la escuela. Tenía el presentimiento de que sería un gran día, se veía la ciudad llena de emoción, los destellos del sol iluminaban más los colores de las casas haciendo que todas ellas junto con los árboles tuvieran un sorprendente brillo.

Mi mejor amiga vivía a dos cuadras de mi hogar, desde que lo supimos decidimos un horario para partir al colegio, ya que en el camino nos encontraríamos, por ese motivo, salí en los minutos que propusimos hace tiempo por si la encontraba, y así fue.

- Sigues saliendo a la misma hora que siempre – dijo, muy alegre - ¡Primer día! ¿Estás emocionada?.

Pude ver como dió un saltito, apretando sus puños y sonriendo, me abrazo fuerte.

- ¿Me vez emocionada? - pregunté, aceptando el abrazo - vayamos, a ver si por fin encuentras a solo un chico que te guste.

Su mirada fulminante se penetró en mi, ella es delgada, tiene el pelo castaño, es la chica que todos desearían, aventurera, decidida, rebelde, buena y algo loca.

Llegamos al colegio tomadas de los brazos como si nos hubiéramos casado, parecíamos dos adolescentes inseparables, claramente así era.

Entrando nos fuimos al salón, el pasillo siempre es ruidoso y mas el primer día, donde los viejos compañeros se reencuentran, contando sus vacaciones junto a lo pésimo que es volver a las clases. Nos colocamos en segundo banco y fila, mientras nos imaginábamos cómo serían nuestros compañeros, ya que en el camino escuchamos al director hablar sobre un alumno nuevo, que se anoto a ultimo momento.

El chillido de la puerta retumbó en todo el salón, un joven adulto de aproximadamente 20 años había entrado, podía ver qué este vestía de negro, literalmente de cabeza a pies.

Su mirada se centro en nosotras, mostrando una expresión algo indiferente, era la primera vez que veía unos ojos tan oscuros y profundos.

- Buenos días, señoritas – pronunció, por fin.

Se escuchó claramente cuando Sivi largo un suspiro, mirándola de reojo, le di una patada por debajo del banco, haciendole entender que no haga una escena.

- Hola, ¿Eres nuevo en este colegio? – pregunto Sivi, era obvio que no se resistiría a entablar una conversación.

- Así es, soy su profesor.

Mire a mi amiga tratando de no parecer sorprendida, pero era obvio que lo estaba, se veía exactamente como un jovencito.

- ¿Acaso parezco un niño que quedaron sorprendidas? - murmuró, dejando su bolso en el suelo, y poniendo algunas de sus cosas en su escritorio, se sentó- me tendrán en varias materias, escuché que este colegio tiene falta de profesores, mi currículum me ayudó y casi cubro todas las áreas.

- ¿Eso es posible?, pareces muy joven y además, debe ser un trabajo muy duro - dijo Sivi.

Él la miro de reojo, pude ver como ella sonrió mostrando sus brillantes dientes.

En ese momento, el timbre sonó y todos los alumnos entraron al aula, el docente no se preocupo en responder la pregunta.

Pude notar un rostro nuevo, joven de piel pálida, por su aspecto parecía una persona cálida, podía notarse a simple vista el brillo de su cabello dorado.

- Buenos días chicos, soy su nuevo profesor, me tendrán en casi todas las materias, así que espero nos llevemos bien. - empezó a mirar cada rincón del aula- necesito que digan sus nombres.

Comenzó diciendo sus nombres la primera fila, claramente, antes de mencionar nombres y apellidos falsos para bromear un poco. Pero el profesor, aún mostrando su frialdad, no dijo nada.

- Mi nombre es Sivi.

- Me llamo Sara.

El profesor nos quedó mirando por unos segundos, hasta que retomo los nombres, me interesaba cómo se llamaba el joven pálido, mis ganas de hablarle no se irían.

- Mi nombre es Miguel, un gusto - comentó, por fin.

- Bueno, un gusto a todos. -se dió la vuelta para escribir algo en el pizarrón- mi nombre es este mismo, Lucke, y necesito urgente hacer cambios de lugares, lo siento, pero levántense.

Todos nos miramos confundidos, quizás algo enojados, había algo en el que de cierta forma me disgustaba, pero dejando las expectativas de lado, me ubique dónde el ordenó.

Max es un compañero de la primaria, ex amigo. Debía sentarme con el, al acercarme corrió su desorden, dándome lugar, ninguno se dirigió la palabra dado a entender nuestra gran indiferencia, lo extraño como amigo, pero el sentimiento debe ser mutuo.

Era la clase de lenguaje, Lucke saco sus libros escribiendo en el pizarrón "mitos"

- Ya saben poner comas, tildes, me imagino que también escribir correctamente y capaz sepan lo que es un mito, Pero ¿Por qué estoy hablando de esto? ¿Creen que son falsas todas las cosas? – preguntó, pero al notar el silencio de toda la clase, siguió – ¿Nunca debatieron?

Es la primera vez que los estudiantes dejaban su celular de lado, el docente captó la atención de ellos de una manera increíble.

- ¿Personajes mitologicos? -dije-.

- ¿Cómo sabemos que son mitologicos? ¿Qué no son reales?.

- Porque existe la lógica – pensé, a la defensiva – La ciencia.

¿La mirada de una persona podía hacerse más oscura? Porque en este momento parecía que estaba ocurriendo, su voz era algo grave, tenía rulos perfectos cayendo en su frente y a los costados de su cabeza rapada.

- Correcto pero... si nos ponemos a pensar en como existimos, también tiene un punto en donde dices, ¿esto es posible? caminamos, respiramos, hablamos. Pero existir es lo mas extraño y en ocasiones, pongo a duda sobre si en verdad estamos aquí. No creemos en los dioses griegos del mar, del rayo, en absolutamente nada, pero si en alguien que nos dio la vida y son todas nuestras creencias católicas, cristianas, etc.

Si nos ponemos todo el mundo a reflexionar por cada cosa que hacemos, que vemos o intentamos dar un porque a todo, viviremos toda nuestra vida en un caos mental, deberíamos de vivirla en vez de ponerla a prueba cada instante. En este preciso momento en mis recuerdos volvían todas las teorías del universo y existencia, puede que algunas cosas sean imposibles o todo lo sea, pero capaz nunca lo descubramos, entonces será mejor disfrutar.

- Más resumido, nosotros no sabemos cómo funciona este mundo, alguien vino a mostrarnos y enseñarnos por primera vez. Pensamos que muchas cosas no existen pero están ahí, con nosotros, no las vemos por ignorancia, no investigamos por vagancia o desinterés y no las creemos ni afirmamos por falta de experiencia. No tenemos que ver para creer, capaz alguien nunca vio una jirafa, pero saben todos que existen, no usamos para la jirafa la frase de "¿Para que creerle al otro?, "hasta que no lo vea, no lo creo"

Esto me hace reflexionar muchas cosas, me gusta que un profesor en vez de introducirnos su información en la cabeza de como son las cosas, nos las haga dudar, pensar o reflexionar de como pueden ser, la oscuridad que veía en él se iba poco a poco, no tenemos que dejarnos llevar por la primera impresión.

El chico colorado que se sentaba a mi derecha se dirigió al profesor, pude ver como entrelazó sus manos y lo miro fijamente para decirle:

- ¿Te das cuenta que acabas de comparar una jirafa con dioses? No es lo mismo, creo que no te va bien la mitología, o lo de ser profesor, ¿En verdad lo eres?.

Pude ver la expresión llena de frialdad que llevaba Lucke, puso su brazo en el escritorio apoyándose sobre el, parecía estar reflexionando ante la lógica que dió Miguel, pero dejo pasar el tema, capaz era un mal ejemplo, pero se captaba la referencia perfectamente.

Empezó a dictar toda la definición de Mitos, dejando una pregunta personal que deberíamos traer respondida para el próximo reencuentro.

Todos se despidieron de él, note como solo un alumno se quedó y fue el nuevo, seguramente discutirán sobre mitología o la existencia de la vida.

Busque a Sivi por todas partes pero no la encontraba, por lo que fui al baño a lavarme la cara.

Nunca había visto mis ojos miel de esta manera, estaban brillando intensamente, corrí mi molesto pelo hacia mi espalda, esté era lacio, color azabache y tenía el flequillo posado tranquilamente en mi frente. Me acomode un poco para luego salir, en eso, encuentro a mi amiga.

- ¡Te estaba buscando! -dijimos al mismo tiempo.

Los parlantes que estaban encima de los casilleros, soltaron un insoportable ruido.

''queridos alumnos de quinto año pueden retirarse por ausencia de cuatro profesores, los demás, sigan asistiendo, gracias.''

El día estaba hermoso, poder irme a mi casa nuevamente me reconfortaba, claramente para echarme en la cama a dormir como un gatito.

Por el contrario, mi compañera no se sentía igual de feliz, pero fuimos a guardar nuestros materiales, para irnos.

Mientras caminábamos, Sivi se veía algo inquieta, cómo si quisiera preguntarle o decirme algo, a lo que me miró y sin rodeos pregunto.

- ¿No piensas que es guapo?.

- ¿Estás hablando del profesor? -la mire indignada al ver que asintió- me parece lindo, Miguel.

- ¿¡Te parece lindo alguien Sara!?

Su risa se escucho en todas las casas por las que pasamos en ese tiempo, nunca me había gustado nadie ni mucho menos, parecer lindo, no me interesa el salir con una persona, tampoco me fijo en ellas como para opinar sobre si es linda o no, al fin y al cabo, todas lo son, pero cada ojos se iluminan más al ver esa persona que te atrae.

- Solo me parece lindo, ya cállate.

Ella me sonrió empujándome, pero pasamos en silencio todo el camino, sabes cuando una amistad es la correcta al estar minutos u horas con ella en completo mutismo sin sentir incomodidad.

La sigilosa ráfaga de viento hacia volar la tierra seca que se encontraba en las esquinas de las calles.

Minutos de andar a pie, llegamos al punto dónde nos habíamos encontrado, íbamos a despedirnos sabiendo que de todas formas hablaríamos por celular, pero antes de hacer eso, ella subió a la vereda y pude ver exactamente dos vidrios de aproximadamente cinco metros, cayendo del edificio que estaba en construcción, ella se detuvo sin saber lo que estaba por ocurrir y rápidamente corrí a empujarla, segundos antes de que estrellaran. Tenia mis ojos cerrados al igual que mis puños, me quede inmóvil sabiendo que de todas formas caerían en mí al empujarla, la adrenalina recorría cada parte de mi cuerpo logrando desaparecer el miedo que podría sentir. Absolutamente en esos cortos segundos nada cayo, al abrir mis ojos nada caía y los vidrios extrañamente ni me rozaron, la sensación de sorpresa la percibí al ver los vidrios rotos en el suelo, quienes rodeaban todos mis pies.

Estos cristales se partieron en dos a pocos centímetros de mi cabeza, si no hubiera pasado eso, en este momento estaría en el hospital, pero si hubiera dejado en esta posición a mi amiga, capaz ella estaría y lo lamentaría , Sivi me miró preocupada y llorando por este mal momento.

- ¿Estás bien? - verificó todo mi cuerpo- ¿Por qué hiciste eso? No hagas esto, no pongas tu vida en riesgo para salvar la mía.

Al verla tan nerviosa lo único que pude sentir era emoción por su bienestar, pondré las veces que haga falta mi vida en las llamas, pero tú estarás a salvó.

La abracé sin pensar ni decir nada, el pánico de alguna manera no estaba en mi, me sentía aliviada, me sentía a salvó al verla bien.

- ¡Ooh! ¿Qué ha pasado! .

El profesor vino ante los gritos de las pocas personas que estaban presente y los albañiles quienes también venían corriendo, todo el mundo en segundos se había enterado de que casi matan a una persona o dos.

- ¡Estamos bien! ¡Me salvó la vida!

Escuche como le decía a la gente que se iba acercando, incluído el profesor.

- ¿Cómo pasó? – preguntó él.

- Note dos vidrios cayendo desde allí arriba – señalé el edificio – ví que justo Sivi staba en dirección a su caída y la empuje. -parecia tan calmada que sentía que iba a llorar, no quería estar asustada, pero me sentí invencible- ambos vidrios se rompieron, centímetros antes de que llegaran a mi cabeza.

Lucke simplemente abrió los dos ojos como platos, se revolvió el pelo tratando de reaccionar a cada palabra que dije, ni yo podía explicar el hecho.

- ¡Disculpen! ¿Están bien?

Vi como los albañiles se acercaban por fin, uno que había corrido desde la esquina y otro que ha estado intentando bajar de la escalera, mientras ellos venían, Lucke se iba.

- Estamos bien, no hay problema, solo la próxima vez aseguren el vidrio mejor, si no, habrán heridos.

Él me abrazo con fuerza e insistió en que llamara a un médico, pero mi casa quedaba en la cuadra siguiente y la de Sivi también.

Cada persona metida en este terrible momento fue a su casa, como nosotras.

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Comments

Pablo Leonhardt

Pablo Leonhardt

bien

2021-11-21

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