La contadora.

En estos cinco años trate de olvidar este sentimiento, no la busque pero tampoco salía con nadie, cuando alguna chica se me acercaba le decía que tenía novia. No quería hacer más daño. Se que conoceré a alguien que me mueva como ella pero necesito tiempo.

Trabaje con Iver en varios negocios .

Perdí dinero, los contadores que contraté me robaron. Necesitaba alguien que fuera leal con mi dinero

Arturo me dijo que tenía una contadora que me ayudaría con mis empresas, que ella era muy buena. La citamos en un restaurante del centro de la ciudad.

Sabía que ella vive aquí, es la razón por la que no quise regresar con mis padres, tenía una esperanza de que algún día podría verla de nuevo.

- Arturo ya se tardó y yo tengo más reuniones, seguro que es buena. decía molesto.

- Si quieres irte está bien. Ella tiene mucho trabajo, la verdad es que me dijo que solo por que soy su mejor cliente, cancelo otras reuniones.decia riendo.

- ¿Que te gusta?

- No, tengo esposa pero es linda.

- Voy al baño.

Me levanté al baño, la famosa contadora estaba retrasada la verdad eso no me agradaba. Me molesta la impuntualidad.

Cuando regresaba del baño mire que Arturo platicaba con una linda chica.

- ¡Lars!, mira te presento a Karol Senzo, ella es mi contadora.

Ella me miró asombrada.

- Mucho gusto Karol.

Nos dimos la mano, podía sentir que estaba nerviosa.

- ¿Quieres algo de tomar?

- No gracias, la verdad es que tengo prisa.

Pero háblame de negocios. Decía con su mirada en su carpeta apuntando.

Comencé a platicar, ella solo anotaba.

- Muy bien Lars, me gustaría ver algunas instalaciones de tus negocios, necesito estudiar bien todo para hacer unas recomendaciones y tus libros de contabilidad de los años anteriores.

Hablaba tan profesional que no podía dejar de mirarla.

- Claro, dime cuándo quieres.

- Toma este es el número de mi oficina. Necesito que tengas tus libros listos, no me gusta perder el tiempo.

Se levantó y se despidió.

Yo estaba encantado, creo que ella era mi destino.

- ¿Y que te pareció?, decía Arturo.

- Ella salió con Ivar.

- Es broma

- No apoco no sabías.

- Claro que no, yo solo conocí a Rox.

- Es que salieron por 3 semanas el idiota la engaño con Rox.

- Ahora entiendo es raro que ella sea tan seria.

De hecho es muy amable y simpática.

- Creo que no le agrado que fuera yo. Si la verdad te mira con indiferencia.

- Bueno la llamaré, espero acepte. dije riendo

Hoy le entregaría los libros. Mire que bajaba de su auto se miraba hermosa.

Con su pantalón de vestir y su camisa blanca de seda.

- Hola Lars, dijo sería.

- Hola, comenzamos. dije sonriendo como tonto.

- Claro

Su perfume me volvía loco, era más bella de lo que recordaba.

- En verdad espero me ayudes los últimos contadores me han robado.

- Te voy a ser sincera, la verdad no me agrada trabajar contigo. Y no es por qué siga molesta por lo de Ivar. La verdad es que no te conozco. Lo único que sé, es que eres un patán. Tu reputación en la universidad no era muy buena. La mayoría de mis clientes son mujeres. Acepte Arturo por qué su hermana nos presento. No me gusta trabajar con hombres. Siento que son muy irresponsables, nunca tienen las cosas que yo pido. Así que haremos un contrato por seis meses y después te recomendaré a alguien más.

Me acerque a ella.

- No será que tienes miedo a sentir algo por mi. Dije seduciendola

Ella se carcajeo en mi cara.

- Por favor no eres mi tipo.Es por ésto, que odio trabajar con hombres creen que todas las mujeres son iguales y fáciles.

Me empujó.

- Es la última vez que te me acercas, dijo molesta . Tomo los libros y se marchó.

Cuando abría la puerta de mi oficina. Se encontró con Ivar.

- ¡Karol! dijo Ivar asombrado.

Ella lo ignoro y se marchó.

- ¿Que hace ella aquí?. Decía entrando a mi oficina.

- Pues va llevar la contabilidad.

- Y por qué tienes esos ojos de enamorado. ¿Te gusta?. Dijo sonriendo

- ¡No, como estos ojos!, dije molesto.

- La verdad no me importa si te gusta, la verdad es que ella y yo solo salimos unos días.

- ¡No me gusta!, dije enojado.

Salí rápido de mi oficina.

Al día siguiente llegue a su oficina.

Su secretaria me miró de pies a cabeza.

- Si, dígame.

- ¿Quiero hablar con la señorita Karol?.

- Le aviso.

- Lo siento, ella está ocupada dice que no podrá atenderlo que ella se comunica con usted.

Me metí a su oficina. Su secretaria me gritaba.

Ella estaba en su escritorio revisando mis libros.

Cuando me miró se levantó enojada.

- ¿que haces aquí?, dije que estoy ocupada, ¡que tú tonto cerebro no entiende!.

- Por qué me tratas tan mal.

- Entras a mi oficina cuando di una orden.

- Solo queria disculpame por lo de ayer. Tienes razón no tenía que acosarte.

- ¡Bueno ya lo dijiste largo!. Grito

Me encantaba que me tratara mal.

Salí de su oficina riendo.

El día que me cito en su oficina, ya era tarde.

- Pasa Lars. Se miraba tan sexi con ese vestido azul.

- Toma asiento .

- Gracias.

- Ok, estuve revisando y si te robaron grandes cantidades. Mira se acercó para explicarme. La tenía tan cerca que mi corazón saltaba y mi respiración aumentaba. Su perfume me volvía loco.

Nuestras miradas se encontraron. Y me miró como nunca lo había hecho. Me quedé callado admirando su mirada.

Ella se retiró rápido.

Sentía que estaba nerviosa. Se le caían los lapiceros.

- Te asignare con mi socia, para que maneje tu contabilidad.

- Pensé que tú lo harías.

- No estoy muy ocupada y tengo que viajar en estos meses. No tengo tiempo.

- Si claro.

No quería presionar solo con mirarla me siento feliz.

- Gracias le di la mano, ella me sonrió.

- De nada.

Al día siguiente le mandé flores. Con una nota de agradecimiento.

Su socia me cito. Ese día sabía que podría verla. Estaba nervioso.

Su socia era su amiga de la universidad era una chica con rasgos orientales.

- Hola soy Vanessa, tu eres Lars.

- Si

- Mírate cuánto has cambiado, te miras tan bien, decía sonriendo. Lo que no entiendo es por qué ella me pasó tu contabilidad.

- ¿De que hablas?.

- Nada son cosas mías.

Comenzó hablar sobre lo que necesita para los siguientes meses.

Yo miraba tras las paredes de vidrio, tratando de ver si ella estaba en su oficina.

- Disculpa pero no está. ¿Te interesa la ex de tu amigo?, dijo asombrada.

- Tanto se me nota.

- Si

- Ahora veo, por qué te dejo a mi cargo.

- Mañana salimos a las seis. ¿por qué no la invitas a cenar?

- Ella no va aceptar, dije nervioso

- Claro que sí, ayer no dejaba de mirar tus flores. El último año de carrera le llegaban flores anónimas y eran iguales a las que le llegaron.

- Si, que coincidencia, dije nervioso.

- Tu eras el que nos pago los cafés, cierto.

- ¿De que hablas?.

- La cajera de ese restaurante me dijo que un chico alto y guapo, pagaba todo lo que pedíamos. Que era muy popular.

- ¿Ella sabe de ésto?, pregunté tenso.

- No ella no quería saber nada de chicos decía que todos eran unos idiotas.

Pero creo que ella siente atracción por ti, es la razón que te mandara conmigo. Invitala a cenar ella aceptará

- Gracias por el consejo.

- Estamos en contacto dijo sonriendo.

Salí de ahí, ella le gustaron mis flores. Me sentía emocionado tengo una oportunidad, pensé.

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