Solo podía mirar con tristeza el paisaje a través de la ventana del bus en el que me alejaba, iba a empezar una nueva vida en otra ciudad pero no podía apartar mi mente de ella.
Ella era la única razón por la que no me hubiera marchado, pero ni siquiera ella lo sabía y eso me dolía aun mas.
Como podría detenerme si no sentía nada por mi, si solo me quería como amigo y sobre todo nunca le manifesté mi amor.
De vez en cuando hablábamos por chat y eso era lo que más alegraba mi estadía en este nuevo lugar, entre charla y charla salió a luz lo que nunca pensé.
Ella también me amaba y yo fui tan ciego que no fui capaz de ver todas las señales que ella me daba.
Estábamos enamorados pero no había nada que hacer, Estábamos a mas de 500 kilómetros de distancia y por más enamorados que estuviéramos ya no podríamos estar juntos.
Quizá así debió ser, tal vez no estábamos destinados a estar juntos, pero lo que sé es que nos amamos a pesar de la distancia.