Esta historia tiene inicio el 10 de febrero, justo el día de mi cumpleaños. Justo dos semanas antes que en mi país decretaran cuarentena.
Antes de soplar las velitas del pastel, había deseaba con todas mis fuerzas poder conocer el amor verdadero, así que como un niño desee poder conocer una chica que me enseñara lo que es el amor.
Dos semanas después me inscribí en una aplicación de citas para poder socializar un poco y conocer chicas, teniendo en cuenta que ya estábamos en cuarentena.
A medida que pasaba el tiempo sentía que era una idea tonta usar este tipo de apps y de repente apareció ella.
En el primer instante que vi su fotografía, quede alucinado, nunca antes había visto una mujer tan bella.
Le comencé a hablar y sorprendentemente ella respondió mi mensaje, toda la charla la continuamos en WhatsApp.
Era maravilloso por fin hablar con una chica que compartiera mis gustos y aparte de esto le gustaran mucho los niños, ya que ella era profesora de inicial.
Como es de saber, no todo es color de rosa. Debido a su trabajo, ella solía tener problemas en su casa, discutía con su mamá, con su directora y a veces con padres de familia.
Estos problemas la acongojaban, lo cual no me gustaba mucho, así que siempre trataba de darle ánimos y muchas buenas vibras para que saliera adelante.
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Fue transcurriendo el tiempo y un día ella me comento que estaba saliendo con un chico al cual yo apode como el mariachi, me sorprendió mucho esta noticia y hasta me dio mucha tristeza saber que ella salía con otra persona.
No voy a negar que no pude contener el llanto al saber eso, pero después de todo, si ella era feliz, yo también lo era.
Un día ella se puso triste y yo no entendía por qué, en mi insistencia de saber que le pasaba ella me comento que el chico con el que salía la había engañado, este chico tenía una novia aparte de ella y eso la deprimió mucho.
Bueno, yo otra vez estuve con ella apoyándola moral y emocionalmente, siempre dándole ánimos en todo.
Como si las cosas no fueran peor, su perrita se comenzó a enfermar mucho y yo no sabía qué hacer más que darle mi apoyo como siempre, hasta le ofrecí mi ayuda económica, cosa que ella rechazó.
Después de varios meses de lucha, su perrita partió. Eso la destrozo por completo, yo sentía mucha pena porque se notaba que la amaba mucho, pero otra vez no podía hacer nada más que darle mi apoyo.
Fue pasando el tiempo y el 4 de noviembre tuvimos una pequeña pelea… Me sentía frustrado ver como la chica que me gustaba mucho pasaba por tantas cosas, además que tenía esta espina en el pecho y esas ganas enormes de decirle que la amaba.
Así que agarre valor y le confesé lo que sentía. Dios mío, ella me dijo que sentía lo mismo por mí, pero que no me lo decía porque no quería arruinar nuestra amistad.
Su respuesta me sorprendió muchísimo, me levante de mi cama saltando de felicidad y hasta llore de la alegría, jure siempre estar con ella en todo momento y cuidarla por siempre.
Pero… no todo termino como yo deseaba. Una noche en llamada empezamos hablar sobre cuál sería nuestro mayor miedo, ella me dijo que su mayor miedo era volver a sufrir, así que le prometí que eso nunca pasaría, que mientras yo estuviera a su lado nunca más pasaría por lo mismo.
Cuando me toco hablar sobre mi mayor miedo, dije que ese sería que ella me fuera infiel, porque la amaba mucho y no sabría como reaccionar al saber que la mujer que tanto amo me está engañando.
Creo que mi respuesta no le gusto, porque inmediatamente empezó a reclamarme y decirme cosas como “alguna vez te he dado motivos para que pienses eso” “¿por qué piensas eso de mí?”.
Yo no sabía que hacer en ese momento, así que solo suspire y dije “quien diría que sería tan difícil tener una novia”. Lo cual le molesto más y colgó el teléfono.
Días después traté de solucionar el problema, pero ella ya no quería saber más de mí.
Desde ese momento he vivido triste todos los días, considerando que quizás pude haber hecho más por salvar esa relación, aunque lo intentaba, ella no me permitió hacerlo.
A pesar de que ya han pasado 2 meses desde que rompimos, sigo pensando en ella de vez en cuando y a veces rompo en llanto al saber que perdí a una hermosa mujer por ser sincero y expresar mis sentimientos sin filtros.