—Abuela cuentame una historia —Dijo una niña acostada en la cama con total alegría.
—Esta bien, pero te dormiras. Había una vez, una chica llamada Sara... —Dijo con voz suave.
—Abuela tiene tu nombre. —Dijo la niña con mirada curiosa.
—No me interrumpas. Sigamos.
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Sara estaba irritada, su mamá siempre le decía.
"Sara recogete esto por favor" "Sara lo otro" Ya no quería escuchar más. Ni siquiera la dejaba salir de noche, ya tenía 18 años, ella pensó que ya no era una niña
—¡Sara tu comida! —Grito su madre desde el comedor.
—Ya voy mamá —Contesto de mala gana
Sara bajo al comedor donde se encontraba un plato de crema de brocoli y arroz en un plato.
—¿Mamá no hay otra cosa? Sabes que no me gusta el brocoli y ¿Arroz solo? ¿Porque no me sirves con pollo o carne? —Renegaba la joven al ver la comida.
—Sara es todo lo que hay así que come. —La madre alzo la voz para que se callará y comiera.
Sara dio un quejido y se sentó en la silla enojada.
Después de comer. Sara se dirigió a la puerta para irse.
—Sara no te vayas. Ven ayudame a tender ropa es que me duele mucho el brazo, por favor hija.
"Ni siquiera me deja salir " Torció los ojos y se dirigió al patio a ayudarlde.
—Gracias —Dijo la madre, pero Sara no prestó atención
Luega de haber terminado de tender la ropa, de mala manera preguntó a su madre —¿Ya no me puedo ir O me necesitas para ayudarte a subir las escaleras?
—¡Sara no me hables de esa manera! Si lo vuelves hacer... —Grito la madre.
—Estoy cansada, me voy
Sara no prestó atención a sus regaños y se dirigió a la puerta principal
*Cof* *Cof* Tosió al quererle seguir hablando a su hija. —Sara, espera... —Dijo con su voz cortada, y cansada
Sara de un golpe cerró la puerta, sin saber que se iba a arrepentir de haberse ido.
La madre siguió tosiendo descontroladamente.
Después de unas horas, cuando ya era la noche. Sara había vuelto, pero le resulto extraño ¡Había gente alrededor de su casa!
¿Que estaba pasando?
Se dirigió a su casa viendo que pasaba, vió que estaba una ambulancia.
—¿Que esta pasando? —Le preguntó a una señora que estaba en la multitud.
—Parece que una señora acabó de fallecer en esa casa. —Dijo preocupada.
—¿Que señora fallecería en mi...?
Fue cuando Sara se dio cuenta de la persona que se trataba, apenas lo supo, inmediatamente apartó a la multitud hasta llegar a la ambulancia.
—Jovencita apartese, nos estamos llevando a la señora. —Dijo una enfermera que estaba ayudando a poner el cuerpo en una camilla.
—¡Enfermera es mi madre, necesito verla! ¡Por favor!
La enfermera la dejo al ver que suplicaba y dijo —Tuvo una derrame cerebral como no hubo nadie en casa, no pudo sobrevivir. Vinimos gracias a una vecina de su casa que llamó al entrar y ver su madre en el suelo.
Sara se acercó llorando y vió el rostro de su madre pálido
—¡Mama...! ¡MAMÁ! ¡DESPIERTA MAMÁ NO ME PUEDES DEJAR! ¡PROMETO QUE TE AYUDARÉ! PERO...POR FAVOR NO TE VAYAS, TE TRATARÉ BIEN PERO NO TE VAYAS...
Suplicó y rogó Sara abrazando el cuerpo de su madre, su corazón se había roto en mil pedazos, era la única persona que le quedaba, su padre la había abandonado cuando ella era pequeña, sin embargo, por más que gritaba ya no la oía ni tampoco ya no despertaría.
—Perdoname... por favor, te lo ruego. No me dejes —Fueron sus murmurllos hasta que se llevaron a su madre.
Tuvo una mirada pérdida el día del funeral, donde solo estaban sus vecinos y ella. Una vecina la señalo como culpable, ya que, decía que su hija no la trataba bien, Sara no dijo nada, porque sabía que era verdad, dejo que la humillaran porque se lo merecía.
Se hechó la culpa de todo. Si la hubiera valorado más, si hubiera estado ahí.. Nada de eso hubiera pasado... ahora es donde viene su castigo.
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—¿Abuela por qué lloras? —Dijo la niña acercandose y limpiando las lágrimas de su abuela.
—Solo recorde algo triste —Respondió con la cabeza agachada.
—Esa es una historia triste ¿Que paso con Sara después que su mamá no estuviera con ella?
—Esa es otra historia que habrá que contar —Dijo la abuela arropando el cuerpo de la niña —Ahora descansa.
—¡Abuela prometo que ayudare a mi mami en todo lo que pueda! ¡No la dejaré sola por nada del mundo! —Dijo la niña con la mirada determinada.
Su nieta había comprendido la historia. Solo esperaba que cuando creciera se convertiera en una gran persona y no como ella en el pasado
FIN
VALORA A TU MADRE TODO EL TIEMPO PORQUE DESPUÉS PUEDE SER MUY TARDE, NUNCA SABRÁS CUANDO ELLA DEJE ESTE MUNDO