Reencarné En La ¿Villana?
Juana María, una Dominicana que reencarnó en una de sus novelas favoritas, pero no puede creer que corrió con la mala suerte de reencarnar en la villana de la historia.
—No, no, en la villana no, en la villana nooo ¡Quiero ser la protagonista!
Grita en medio de la sala del banquete.
Se Metieron Con La Omega Equivocada
De una manera misteriosa, Serena y su amiga terminan en un mundo diferente al suyo, y ambas toman cuerpos distintos al suyo.
Serena es la Omega despreciada, mientras que su amiga Katia es una sirvienta de la mansión.
Ambas tendrán que sobrevivir, y ser débil no será la manera.
Las tienen el mismo objetivo, vengarse, salir adelante y también tener un marido.
Todo estaba claro para ellas, pero sin querer, ambas terminan metidas en las vidas de quienes menos imaginaban.
¿Qué puede salir mal en un mundo desconocido?
Acompañame a descubrirlo
CONDENADO * A Vivir Una Maldición *
Cedrick Mondragón. Es un multimillonario, dueño de casi todos los negocios de la ciudad.
Pero esconde un gran secreto, que muy pocos conocen solo sus padres, y algunos de sus empleados más cercanos a él. Conocerá a una chica que cambiara su vida por completo, en su a fan de he ella se enamoré de él, hará cualquier cosa por ella.
El pasado si duele
¿Alguna vez has deseado volver al pasado para evitar algo? Yo sí... Hubo un día en el que todo dentro de mí se rompió. Un ataque de ansiedad me tomó por sorpresa, y sin pensarlo, salí y le conté todo
0
5
Mi mundo de fantasia
Aún recuerdo todo como si hubiera sido ayer. Estaba tan nerviosa y feliz por que al fin te me habías declarado, era una sensación hermosa. No podia dejar de sonreír. Fue el día mas feliz de toda mi mi
0
9
Un Monstruo en mi Cama (+18)
Parte 2 Ana Se levantó aterrorizada y vio al Ryan riendo como loco "¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? ¡Llamaré a la policía!" "Creerán que estas loca, solo tu puedes verme __ Ryan hizo una pausa acer
0
43
"Síndrome de Estocolmo, supongo"
Cuando me secuestraron, pensé en todas las maneras en que podría escapar. Grité, pataleé, incluso intenté sobornar a mi captor con mi tarjeta de crédito, hasta que él me miró, incrédulo. —Señorita,
0
11