Caoba
Cuarto libro de la saga colores.
Edward debe decidirse entre su libertad o su título de duque, mientras Daila enfrentará un destino impuesto por sus padres. Ambos se odian por un accidente del pasado, pero el destino los unirá de una manera inesperada ¿Podrán aceptar sus diferencias y asumir sus nuevos roles? Descúbrelo en esta apasionante saga.
ALESSANDRO, Mi Esposo.
Nina-gracias por esa noche, fue un buen desahogo.
Alessandro-nunca ninguna mujer se atrevió a tratarme así.
La próxima vez que la vea, le daré una lección.
Quién diría que tras un encuentro sus vidas quedarían enlazadas para siempre, dejando en él una profunda huella que haría lo imposible para encontrarla.
¿Podrá la obsesión ser el paso para el amor?
El Otro Papá De Mis Hijos
Durante los ultimos 12 años Emma a sido amante de uno de los empresarios mas reconosidos de Norte America. Con 4 hijos un Marido que no conose. Se arriesgara a buscarlo para pedirle un deseo de su hija.
William O'Brian un empresario Italino todo un PlayBoy. Mujeriego, jugador es su etiqueta. A sus 18 años de enamora de la novia de su mejor amigo, y juro no volverse a enamorar
Hola amigos ando en un nuevo proyecto espero les guste
Un Monstruo en mi Cama (+18)
Parte 2 Ana Se levantó aterrorizada y vio al Ryan riendo como loco "¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? ¡Llamaré a la policía!" "Creerán que estas loca, solo tu puedes verme __ Ryan hizo una pausa acer
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🔥Un secreto entre los dos🔥 parte 1 ...
🔥Un secreto entre los dos🔥 parte 1 Mi madre y mi padre son las personas más ordinarias que puedas imaginar, mi madre es enfermera y mi padre abogado, por lo que casi no están en casa, mi hermano gemel
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Nietzsche viaja al pasado
Qué planeta más aburrido, creo que llegué en una época aún muy primitiva,con lo que me gusta probar los sistemas de defensa de las grandes civilizaciones. Según los humanos estamos en el 1890, odio q
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"Síndrome de Estocolmo, supongo"
Cuando me secuestraron, pensé en todas las maneras en que podría escapar. Grité, pataleé, incluso intenté sobornar a mi captor con mi tarjeta de crédito, hasta que él me miró, incrédulo. —Señorita,
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