CAPÍTULO 5

Mi paso por la primaria.

Comencé a cursar la mitad de primer grado en la primaria, creí que me iba a ir bien, sin embargo no fue así. Pase a ser la hija del colegio, todos los cursos hacían conmigo lo que se les cantaba los cojones.

Mi madre había dejado de trabajar en aquel taller textil porque supuestamente, la dueña de dicho lugar era alcohólica, y todos los empleados la dejaron sola, mi madre no pudo con todo y fue la última en irse de allí, entonces con una niña pequeña  y sin empleo pidió trabajo en la escuela donde me había anotado, no exigía un sueldo sólo trabajaría como mamá colaboradora por comida, si, la misma que daban en el almuerzo.

La directora quién estaba a cargo de dicha institución no podía permitir algo así, entonces mi madre le contó nuestra situación y terminó accediendo, mi madre pasó a ser auxiliar o portera como muchos le decían sólo por la comida del día que sería nuestra cena.

Iba con ella a las 6:00am para comenzar con los preparativos del desayuno y luego del almuerzo, mi horario escolar era de turno tarde, o sea que me comía toda la mañana en el colegio, si tenía tareas de la clase anterior me sentaba en algún lado que no molestara y hacia mis tareas, si el área de gabinete estaba vacío me encerraba ahí, o sino en biblioteca obviamente si no había nadie.

Desde muy chiquita he tenido pasión por la lectura, he leído cada libro que pude, cuando terminaba de hacer mis tareas pendientes, Iba a biblioteca y pedía un libro prestado para leer, juro que me perdía totalmente en la lectura, dejaba volar mi imaginación como si fuera yo misma quién vivía dichas aventuras.

Cuando me encontraba tranquila en el comedor leyendo o haciendo mis tareas, venían los chicos de los grados más grandes a molestarme, por indignante que suene así era, me sacaban las cosas y salían corriendo, me pegaban, como dije antes era la hija de la escuela…

Hasta apodos tenía, me decían narigona a veces seguido del adjetivo fea, cara de rata…o sea, ¿por qué? Ya se que nunca fui  woooowwwww la princesa, la potra, la bombona, de hecho nunca me consideré linda, pero tampoco era para me denigragran de esa forma tan vil.

La primaria no fue mi gran momento, o sea nunca fue la mejor etapa de mi vida..  tal es así que, en primero o en segundo grado, no recuerdo bien, usábamos libros de lengua y matemáticas en clase, la directora que estaba a cargo de la escuela en aquel momento fue muy gentil al comprarme los libros ya que mi  madre no podía hacerlo…la pasábamos tan mal, tan mal, que estuvimos sin energía eléctrica por muchos años. Mi madre se encargaba de ayudar en la cocina del colegio y luego de finalizar el horario escolar de cada turno se disponía a limpiar las aulas junto a otros auxiliares,  llegábamos a casa a las 18:00 hs cada día, y yo sin perder más tiempo me disponía a realizar mis tareas que por cierto era mucho…cinco hojas de cuaderno en donde debía recortar x cantidad de palabras, separar en sílabas, formar oraciones y realizar dibujitos de cada oración, sumado a eso, quince hojas del libro de lengua donde debía leer cuentos y responder preguntas y luego realizar dibujitos, seguido a eso quince hojas del libro de matemáticas donde debía realizar las actividades de suma, resta, ordenar de menor a mayor, y de mayor a menor, completar los números que faltaban etc, y todo pero todo era de un día para otro y todos los día se repetía lo mismo, y ¿saben como realizaba mis tareas? Con un farolito  a querocen y velas, mientras yo leía los cuentos del libro y respondía sus correspondiente cuestionarios, mi madre me recortaba y pegaba las palabras del cuaderno para luego separar en sílabas y demás….y si no llegaba a terminar esa noche, lo terminaba en la escuela durante la mañana…

Un día al salir de clases, me dispuse a ir a la plaza que estaba frente al colegio mientras esperaba a que mi madre terminara su trabajo y una compañera maliciosa de nombre Macarena González  me robó los libros de la mochila y sin más salió corriendo con ella en sus manos y cuando estaba a punto de alcanzarla la tiró hacia arriba logrando engancharla en la rama rota de un árbol, y Jeremías Montiel un chico que vio la escena se acercó echando a mi compañera y subiendo al árbol para rescatar mi mochila. Sollosando agradecí  su acto y él asentó con la cabeza sin decir nada. Cuando sale mi madre del colegio y nos dispusimos a ir  a casa, le contaba que la tarea realizada  había sido corregido y que la mayoría estaba bien hecho, y cuando fui a sacar mis cosas para comenzar con mi tortura diaria, oh sorpresa, mis libros ya no estaban, y  ¿ahora que haría?

Pasaron los días, pasaron semanas incluso meses, y nada se sabía de mis libros…hasta que un día una compañera reconoció mi letra en algunas hojas y se supo por fin quien me los había quitado, quien reconoció mi letra fue Delfina Arroyos quien era compañera de banco de Macarena González nada más ni nada menos, inmediatamente  Delfina llamo a la maestra para dar aviso de mis libros  e inmediatamente me los devolvió, no estaban como yo los tenía, Macarena le sacó el papel con el diseño de Barbie que cubría las tapas y un nailon transparente que protegía aquel papel, llevando consigo una etiqueta en cada tapa con mi nombre y apellido y en una de las hojas del libro también llevaba mi nombre y apellido…

En fin, los años pasaban y todo seguía exactamente igual…hasta que pase a  sexto grado último año para pasar a lo que era secundaria básica y desde entonces todo dio un giro inesperado, siendo un antes y un después.

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