Princesa ingenua.

...*. ⋆ ⋆·˚ ༘ * Salvador *. ⋆ ⋆·˚ ༘ *...

Casanova, de sólo saber su apellido ya sé quien es ella. Hija de un empresario bastante renombrado, que está a punto de llegar a la quiebra, socio de nuestras empresas, intenta repuntar su negocio con nuestra ayuda financiera, pero dudo que una mujer como ella sepa su verdadera situación; de lo contrario no estaría viviendo en un sitio como éste, tan lleno de lujos.

Está temblando, así que me puse de rodillas frente a ella para verle a los ojos, unos hermosos ojos verdes, miro sus lágrimas caer y se aferra a la manta que la cubre.

—Sé que no soy quien para meterme en esto, pero si quieres puedes contarme que ha sucedido. No le diré nada a la policía, lo prometo—le susurro y ella medio sonríe aún llorando.

— Él era mi novio, pero no sé por qué quería matarme. De esto nadie se puede enterar, mis padres... ellos son ... —sé como es su padre. Un hombre recto y sin escrúpulos, manejado por el dinero, y además un canalla mujeriego de primera, que engaña a su mujer cuando ella se va de juegos. Bien, hija de un idiota avaro y una ludópata severa, que se pierde en los casinos de Las Vegas. Otra vez dudo que ella sepa esa realidad, sus ojos lo demuestran, el temor que les tiene a los dos es innegable.

—Es una relación complicada... escondida de ellos...— ya no quiero oir más, ella ha vivido tal como yo, en un castillo de mentiras, siendo la princesa ingenua ... o no tanto, de sus padres. Nada más parecido a mí en la puta vida, solo que yo enfrenté a mis padres en su momento.

— Mira, sería bueno que te des una buena ducha y te vistas. Me quedaré a esperar por ti, podemos beber un café o algo, no me iré te lo prometo —ella me ve algo aliviada.

— ¡Por favor no se valla Salvador ! Espéreme —se puso de pie y salió a la habitación. Mientras me quedé observando el lugar, fotos familiares, y fotos... con ese imbécil, no pude evitarlo y no debería de hacerlo, pero me guarde una foto del bastardo en el bolsillo. Ya veré que haré con él.

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Después de un rato la miro salir, en un vestido corto negro, que le queda realmente bien. Su rostro se ve pálido, y esas marcas moradas en su piel me dan ira, ¿Cómo pudo un hombre tratar a una mujer de ese modo? cobarde y mierda eso es todo lo que es.

—Denuevo gracias por lo que ha hecho; a estas alturas, forenses estarían rodeando mi cuerpo...— me hizo enchinar la piel el modo en que lo dijo, lastimoso y dolido.

Abrí la boca para volver a hablar pero ella continuó.

— Aunque soy licenciada en psicología y tengo mi carrera, no puedo hacer una vida sencilla, mi padre no me permite hacerlo. Así que compré éste departamento a escondidas y hace un tiempo comencé a salir con esa persona. Él tiene otros planes para mi, y cree que no sé su situación... aunque la sé muy a medias, hace poco lo escuché decir que me quiere casar con un hombre... por su empresa; entonces traté de hacer mi vida con Rafael, pero de pronto se puso violento, cuando le dije que no quiero heredar los negocios de mi padre.

— Discúlpame lo que voy a decir, pero ese Rafael ... es un hijo de puta — suelto y ella da una carcajada, aunque sus ojos verdes dicen cuanto esto le duele.

— Lo sé, ayer lo pillé engañádome, eso fue lo que le dije justo cuando empezó a golpearme, pero lo amaba— Exclama haciendo una pausa.— amar aún tipo que jamás verá mis sentimientos ¡Qué mierda! —ella se sentó en la mesa con dos tazas de café..

—¿Qué harás con... Eso? — le señalo las marcas en su piel.

— Simplemente diré que me voy de vacaciones... o eso creo.

El resto de la madrugada pasó, me enteré que soy mayor por cuatro años. Es realmente bella e inteligente, sólo tiene un defecto... se enamoró perdidamente de un patán imbécil.

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