CAP. 3

El joven estacionó el vehículo y tomo con delicadeza a la joven para no despertarla e ingreso al edificio y a su apartamento, con dificultad abrió la puerta de su alcoba así como la de la entrada de su apartamento y colocó delicadamente a la chica en su cama para que descansara, salió de su cuarto y estancia para tocar la puerta de su vecina, espero un rato hasta que está abrió.

- Hola Gaby- saludo este a la chica de no más de 1.80 de estatura y pelo castaño al igual que sus ojos.

- Hola Max ¿Qué te trae por acá?- fue al grano pues la joven se encontraba algo ocupada.

- Necesito dos favores tuyos- está le incito para que continuar- podrías prestarle un conjunto para dormir a una amiga que se queda a dormir conmigo y también para que la ayudes a vestir- el joven estaba apenado pues era una petición incomoda para el.

- A ver lo de prestarle ropa lo entiendo pero porque debo ayudarla a vestir que ¿acaso no sabe hacerlo sola?- respondió divertida.

- No es eso, es que ella está dormida ¿entiendes? Y no la quiero despertar, a estado bajo mucho estrés y quiero dejarla dormir-.

- Ya entiendo, espérame aquí no tardo- cerró la puerta y demoro como unos 5 minutos para salir y al hacerlo salió con un conjunto- andando que me encuentro algo ocupada- este sólo asintió y entraron al apartamento del joven, este le indicó la habitación donde se encontraban Jaz y la dejo sola para que su amiga la cambiará, al poco rato salió- listo y si no necesitas nada más me retiro.

- Esta bien muchas gracias por todo Gaby- la chica le sonrió y salió, había conocido a Gabriela en la preparatoria y se hicieron los mejores amigos de inmediato y una vez pudieron ambos rentaron un apartamento al lado del otro para así ayudarse mutuamente, ambos se ayudaban con sus líos de cama así que no le pareció raro a Gabriela el favor de la ropa, pero si el que la vistiera, pero lo dejo pasar.

El joven aún no asimilaba todo lo que había pasado en ese día, "¿quiénes eran los hombres que la buscaban" pensó y por más que intentará pensar en una respuesta no podía así que se dispuso a preparar la cena para cuando ella se levantará, dos hora más tarde la cena estaba lista y se oyó el grito de una chica en la habitación, Max alarmado corrió hacia está encontrando a una Jazmín muy asustada, pero al verlo se relajó corrió hacia el y lo abrazó.

- Tranquila ya todo paso- le correspondió a su abrazo y le susurraba al escucharla sollozar.

- No quiero que me encuentren... no quiero regresar...- decía entre sollozos y Max la estrechó más a su cuerpo.

- Nadie te hará daño, eso te lo puedo asegurar- después de unos minutos Jazmín se tranquilizó- he preparado la cena ¿vamos?- está asintió y se dirigieron al comedor- ¿me ayudas a poner la mesa?-.

- Esta bien- ambos empezaron a colocar los platos- oye ¿qué pasó con mi ropa? Y ¿de quién es está?- tenía esa duda desde que noto lo que tenía puesto.

- Tu ropa está en la habitación y esa ropa es de mi mejor amiga y vecina- sonrió.

- Ósea que ¿tu me cambiaste?- la chica se sonrojo.

- No... no, no, no es lo que tu piensas- se puso nervioso lo menos que quería era que pensara que se aprovechó de la situación- le pedí a Gaby que te vistiera también- la chica asintió asumiendo de la dueña de la ropa también era "Gaby".

- Esta bien, agradécele a tu amiga de mi parte- le dedicó una pequeña sonrisa.

- Tu puedes hacerlo no te preocupes- ella lo miro sin entender- digo ya que te quedarás unos días aquí la verás, es más ella pasa más aquí que en su apartamento así que tendrás la oportunidad de agradecerle- explicó.

- Ohh está bien- y así se dispusieron a comer en un ambiente agradable.

Después de la cena la chica entro en la habitación de la cual había despertado, entro a una habitación que supuso era el baño y se desvistió para darse un baño con cuidado de no ensuciar la ropa ya que es la única cómoda para dormir la colocó en un lado y se dispuso a tomar un largo baño, su cuerpo lo necesitaba, al poco rato salió y se volvió a colocar la ropa interior y el conjunto y se metió en la comoda cama y cayó en otro profundo sueño, pero a diferencia del anterior este si era uno que quisiera recordar.

A la mañana siguiente la joven se levantó con las fuerzas renovadas y salió de la cama, iba a salir de la habitación cuando vio en un pequeño mueble otro conjunto de ropa y también de ropa interior junto a una pequeña nota, "le pedí a Gaby que te prestara eso ya que no tienes ropa aquí espero no te molestes. Max." Jaz leyó la nota, de todas las personas en el mundo nunca pensó que el precisamente sería quien la ayudaría en esta situación y una pequeña sonrisa se formo en su rostro, entro al baño y tomo una corta ducha pues tenía muchas cosas por hacer, salió y se vistió con lo prestado que consistía en una blusa top-crop sin manga amarrada el cuello negra con una falda de talle alto igual negra a cuadros, unos botines negros y una chaqueta de mezclilla, la joven se sentía rara con el atuendo ya que nunca se había vestido así, aunque estaba acostumbrada a la ropa de Miami eso era algo nuevo para ella, salió del cuarto y se dirigió al comedor por el delicioso aroma que de ahí emanaba.

- Buenos días- saludo sonriente cuando llegó y el joven que se encontraban de espalda volteó para verla y valla vista la que tenía.

- Buenos días...- no la dejaba de mirar- estas hermosa- la chica se sonrojo notablemente.

- Gracias- ambos se sentaron para empezar a desayunar- oye Max quisiera volver a mi apartamento...- antes de que pudiera decir algo mas este le interrumpió.

- No- lo dijo tan frío que la joven se incómodo.

- Pero...- otra vez se ve interrumpida.

- He dicho que no Jazmín- hablo serio- se que puede ser incómodo estar en un lugar que no conoces, pero es por tu bien- finalizó.

- Maximiliano no me has entendido y es porque no me dejas hablar, ¿te puedes callar y escucharme de una buena vez?- dijo la chica más sería de lo que pretendía y Max asintió ya que ella nunca le había hablado así- quiero volver a mi apartamento a buscar algunas cosas, como objetos personales, ropa, entre otras cosas, no quiero estar incomodando a tu amiga- finalizó la joven y el chico se relajó.

- Pensé que no querías estar aquí... Lo siento- se disculpó- está bien, pero yo iré contigo- la chica no se negó al contrario lo último que quería era ir sola y así terminaron su desayuno entre pláticas amenas.

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El auto se estaciono frente al edificio donde se encontraban el apartamento de la joven, la cual estaba nerviosa pues temía que los hombres de confianza de su padre estuvieran ahí, Max le tomo de la mano para trasmitirle confianza y lo logró.

- No estés nerviosa yo te acompañare- está asintió- ¿vamos?- ambos salieron del auto y entraron a aquel edificio tomando el ascensor hasta el piso 4, Jazmín guiaba a Maximiliano hasta el que era su apartamento y se quedó en shock al verlo, la puesta estaba abierta y todo está regado por todos lados- recoge lo que necesites y vámonos de aquí- Max saco a Jaz de su estado ya que no le daba buena espina el lugar, la joven le obedeció saco una maleta del closet y metió lo que necesitaba, objetos de aseo personal, ropa interior, ropa, algún que otro zapato y accesorios hasta que se dirigió a un pequeño nochero y la joven rogo para que los hombres no encontrarán en compartimiento secreto que tenía ahí, y efectivamente estaba intacto, saco la pequeña caja que atesoraba con su vida y la guardo con delicadeza- ¿lista?- pregunto Max a un costado siempre vigilando la puerta.

- Si, ya vámonos- se dio cuenta que sus papeles no estaban y se esperanzo que fuese su mamá quien los tuvieran.

- No te preocupes lo que te haga falta te lo comprare- la joven se iba a negar cuando escucharon voces a sus espaldas.

- ¡ahí está!- exclamó una voz que la chica conocía muy bien, está miro a Max quien le tomo de la mano.

- ¡corre!- le gritó este y empezaron a correr por las escaleras con los hombres siguiendo le el paso, iban tan rápido que no se daban cuenta que tan lejos iban de aquellos hombre, salieron del edificio y subieron al auto para arrancar a toda velocidad, pero los hombres también tomaron su auto y los iban siguiendo- Jazmín asegúrate el cinturón- le hablo este y ello lo hizo, la chica pensó que estaba en esas películas de persecución que veía con su mamá, Max aumentaba la velocidad y se metía por callejones donde no había tráfico para poder escapar más rápido para luego situarse en la carretera, después de unos minutos perdieron de vista el carro que los seguía, pero por si las dudas Max se desvió varias veces antes de llegar a su edificio- ¿estas bien?- pregunto el oji-verde una vez estaciono el auto.

- ¿los perdimos?- fue lo único que logró articular.

- Creo que si- le tomo por las manos- ellos no te encontrarán y si lo hicieran me tienes a mi para protegerte- la chica se soltó del cinturón de seguridad y lo abrazó.

- Gracias-.

- Vamos a entrar a que guardes tus cosas- y así lo hicieron, una vez dentro Jaz empezó a guardar sus cosas en lo que parecía un ropero, pero al ver ropa de hombre paró y es ahí cuando detallo en si la habitación y se dio cuenta de que esa era la habitación de Max y salió para encáralo.

- Esa es tu habitación- más que pregunta le hablo confirmando lo que ya sabía.

- Y ¿Qué si lo era? Ahora es tuya- hablo simple.

- Y ¿tu donde duermes? Ya es suficiente con que me dejes quedarme no puedo aceptar que me des tu habitación-.

- Yo me estoy quedando en la habitación de invitados así que no te preocupes, tú te quedarás es esa el tiempo que te quedes aquí y no se discute más- y con eso dio terminada la conversación dirigiéndose a la que era su cuarto para después salir con varias prendas- olvide llevarme estas, ahora si es toda tuya- la chica sólo bufó frustrada.

El resto del día se la pasaron charlando, Max aún sentía curiosidad por todo lo que había pasado, pero no quería presionarla, él sabía que hablaría cuando se sintiera lista para hacerlo, Jazmín conoció a Gabriela y congeniaron enseguida y se la pasaron molestando a Maximiliano, este no podía evitar que su amiga contará anécdotas vergonzosas de él ya que veía a una Jazmín reír a carcajadas con casa una de ellas y no quería que dejara de reír y más con lo que habían acabado de vivir.

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La tarde del domingo se la pasaron en el centro comercial, después de una larga discusión porque Max quería comprarle lo que le faltaba y ella se negaba, duraron media hora discutiendo hasta que Gabriela que también se hallaba ahí soltó un comentario "parecen una pareja discutiendo" a lo que ellos inmediatamente dejaron de discutir y la amiga del joven se rió de ellos por sus caras, al terminar acordaron que Jazmín le pagaría cada centavo gastado en ella y allí se hallaban, comprando lo "necesario" para una chica según Gabriela, almorzaron en una cafetería del centro en el cual Gabriela esperaba a su "cita", al poco rato llega a ellos una joven bajita, morocha, muy linda.

- Chicos les quiero presentar a Laura- dijo Gabriela y todos la saludaron- ella es mi cita- Jazmín se incómodo de inmediato y no por odio sino porque le vinieron a la cabeza recuerdos muy dolorosos.

- Eres... ¿eres homosexual?- logró preguntar.

- No, soy bisexual ¿Por qué? ¿tienes algún problema?- en ambiente se tornó tenso en la mesa.

- ¡No!- se apresuró a decir- digo no es que me tomó por sorpresa-.

- Ohh, está bien siempre sucede- la tensión bajo y Gabriela se levantó- bueno chicos yo me retiro nos vemos luego- todos se despidieron y los jóvenes se fueron a la que es su residencia, Max noto el cambio que tuvo la chica al saber la de orientación de su amiga y cada vez le causó más intriga la situación, ya en el apartamento después de una mañana muy movida ambos chicos fueron directo a la sala de estar.

- ¿quieres tomar algo?- pregunto Max y ella negó.

- No, gracias- el asintió y entre ambos se tornó un silencio incómodo- supongo que quieres una explicación de todo esto- el nunca le dijo nada, pero ella sabía muy bien que quería saber en qué se estaba metiendo y ella no lo culpaba.

- Si, pero la escucharé cuando tu estés lista, no te quiero presionar- mencionó calmado y está asintió y entro al cuarto, el joven pensó que quería descansar, luego Jazmín salió de la recamara con aquel cofre que sacó de su apartamento.

- Este es mi mayor tesoro- hablo está y el sólo callo dejándola hablar- fue lo único que tome cuando hui junto a mi madre del que se supone que es mi hogar- ella abrió el cofre y saco varias fotos, donde los personajes eran dos pequeños.

- ¿Por qué huyeron?- ella le mostró la foto donde dos niños, un niño y una niña estaba muy sonrientes.

- El es mi hermano mayor- señaló al niño a lo que supuso que aquella niña era ella.

- Y ¿dónde está? ¿Por qué no está con ustedes?- la joven sollozó

- El está muerto- dijo apenas en un susurro.

- Lo siento- la abrazó y cuando ella se calmó continuó.

- El sólo tenía trece años cuando falleció, en nuestra cultura la homosexualidad está prohibida y... Y el...- sollozaba- el le dijo a nuestro padre que empezaba a sentir atracción por hombres, mi padre se lo tomo mal, lo encerró y mando a azotarlo como manda la ley para que desistiera de eso, pero eso nunca pasó, mi hermano no aguanto más y el... el... se suicidó- la joven no podía retener las lágrimas, aún no superaba la muerte de su hermano- yo vi como el acababa con su vida-.

- Y ¿cómo reaccionó tu padre?-.

- A el sólo le importó lo que diría la gente así que inventó que mi hermano murió de un accidente- la joven expresó con rabia.

- Pero ¿por qué no lo desmentiste? ¿Por qué no dijiste la verdad?-.

- En nuestra ley si una mujer es testigo de algo así como una muerte, violación necesita el permiso de un familiar masculino y el único era mi padre y por obvias razones no la dio, no podía hacer nada, pero a pesar de eso se lo dije a un miembro de la corte, pero al no tener la autorización permitida me castigaron como dice la ley, me encerraron por dos días y me azotaron.

- Maldito bastardo- exclamó Max con la furia recorrer su sangre- ¿Cuántos años tenías?-.

- Tenía diez años... dos años después mi padre me informo que ya había arreglado mi matrimonio con un hombre importante de mi país para así este pudiera perseverar, pero como siempre me negaba mi padre me encerraba por días sin comer nada, mi madre no podía hacer nada para ayudarme así hasta que pasaron los años, conocimos a una persona que fue la que nos ayudo a escapar, engañamos a mi padre para que firmara los permisos para salir del país y para el divorcio con mi madre-.

- ¿Por qué tu boda serviría para la perseverancia de su país?- pregunto Max aún más intrigado y aún más furioso con el padre de la joven de la chica, ahora entendía su enfermedad, cuando ella se desmayó en sus brazos y la llevo a la enfermería exigió saber que tenía y le explicaron la magnitud de lo que ella tenía.

- Pues porque...- el sonido de un celular interrumpió la conversación y ella el móvil de la chica- es mi mamá disculpa, mamá ¿Qué pasa?- se alarmó la joven.

- Nada cielo sólo quería saber como estabas- respondió tranquilamente.

- Estoy bien, mi amiga me trata bien.

- Me alegra hija mía-.

- Y ¿tú? ¿Cómo estas? ¿Dónde te estas quedando?- pregunto preocupada.

- Estoy bien, Me quedo en la casa de un amigo, corazón también te llamaba para que supieras que fui al apartamento para sacar nuestros papeles así que no te preocupes por eso y para que no vallas para alla- si su madre supiera que ya lo hizo y casi la atrapan.

- Esta bien madre, no te preocupes.

- Cuídate mi cielo- se despidió

- Tu igual madre, te estaré llamando para cualquier cosa- y con eso dieron terminada la conversación y la chica corto la llamada.

- ¿Por qué le dijiste que estabas con una amiga?-.

- Era lo mejor, si le decía la verdad se daría cuanta de que le mentí en un principio y no quiero preocuparla.

- Esta bien, aún no has respondido a mi pregunta-.

- Mi hermano era el siguiente gobernante en el país, ya había sido escogido, pero al morir tuvieron que elegir a alguien más y no podía ser yo, así que eligieron al hijo de segundo más poderoso del país y arreglaron matrimonio con el para no perder la jerarquía- explicó simple.

- Tu padre ¿es el soberano de tu país?- ella asintió- entonces... entonces tú...- no pudo terminar.

- Mi padre es el Rey de Arabia y yo soy la princesa y esos hombre son la mano derecha de mi padre y me buscan para llevarme de regreso a cumplir con la boda-.

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