A Luis le sorprendió lo fácil que las hadas habían aceptado a Marian, incluso le habían dado un regalo y él estaba casi seguro que no era por los dulces que ella les había dado, las hadas podían ver el alma de las personas y por esa razón ellas se mantenían ocultas de los humanos ya que no importaba que tan amable fuera una persona con ellas. Ellas podían ver lo que realmente tenían en sus corazones y sin duda alguna ellas no veían ninguna oscuridad ni malicia en Marian al igual que él tampoco la veía.
Marian había sufrido mucho durante su vida, sin embargo su alma seguía siendo limpia y pura, encontrar a personas como ella que a pesar de todo su dolor no había dejado que su alma se corrompiera de odio y resentimiento era algo muy raro de ver.
Él se quedó mirando fijamente a Marian y ella le preguntó.
__ ¿Qué pasa?
__ Nada, solo estaba pensando que ahora podrás llamarlas cuando quieras de una manera más fácil.
__ Ellas son tan hermosas y maravillosas que hacen que me olvide de todo a mi alrededor, esa es una sensación que me encanta.
__ Eso es porque ellas son seres de luz, a ellas les gusta la naturaleza y transmiten paz y tranquilidad.
Las hadas comenzaron a jugar con su cabello entrelazandolo, eso a Marian le dio un poco de cosquillas y se río.
Luis al verla sonreír pensó que ella en verdad era hermosa, su sonrisa hacía que todo se iluminara a su alrededor y que te contagiara su felicidad al verla.
Las hadas peinaron a Marian y adornaron su cabello con pequeñas flores, Luis al verla le dijo.
__ Te ves hermosa.
A Marian le dio curiosidad el ver lo que las hadas le habían hecho a su cabello y se acercó a la fuente para ver su reflejo en el agua, al verse ella quedó maravillada su cabello estaba trenzado de manera delicada y hermosa, decorado con pequeñas flores de colores que la hacían parecer una de ellas.
Marian deseo que el duque la viera e intentó imaginarse su reacción cuándo la viera, Marian tenía poco tiempo de haber empezado a vivir con el duque sin embargo ella sentía que era como si le conociera de toda la vida y al pensar en sus besos y sus caricias su corazón saltaba de alegría.
Marian se quedó toda la tarde en el jardín jugando con las hadas hasta que el sol empezó a desvanecerse y todo se tiñó de naranja.
El duque había estado todo el día en su despacho con su asistente quien no paraba de darle trabajo y no le dejo descansar hasta que el día empezó a acabar, al salir de su despacho le preguntó al mayordomo donde estaba Marian, él le dijo que ella estaba en el jardín de rosas con el mago, él se fue a buscarla y al verla se quedó sin habla.
Marian estaba sentada a la orilla de la fuente con los pies descalzos y con el vestido ligeramente levantado hasta las rodillas, llevaba el cabello trenzado y lleno de pequeñas flores de todos los colores, pequeñas luces volaban a su alrededor, la luz del atardecer bañando su piel hicieron que pareciera una un hada, él se acercó a ella hechizado por su belleza y las luces que habían estado volando alrededor de Marian desaparecieron.
Marian dio un suspiro y dijo. __ ¿Por qué se han ido?
Izan al escucharla preguntó.
__ ¿Quiénes se han ido?
Marian se giró bruscamente para ver al duque y por poco y cae dentro de la fuente, Izan la atrapó en sus brazos y le dijo.
__ Ten cuidado.
__ No esperaba verte hasta la cena.
__ Quieres que me vaya.
__ No, por favor quédate.
Luis al verlos coqueteando y siendo completamente ignorando se levantó del suelo donde estaba sentado y les dijo.
__ Bueno, yo si me retiró, no tengo ganas de verlos coqueteando.
Luis se fue rápidamente y cuándo ambos estuvieron solos Marian se paró en el borde de la fuente para alcanzar al duque y le dijo.
__ Bésame.
Izan acarició un mechón de cabello que se había salido de su trenza y le dijo.
__ No había necesidad de que lo pidieras, ya pensaba hacerlo.
El duque acercó su boca a la de Marian y le dio un beso suave pero profundo, al separarse de su boca le dijo.
__ Estas hermosa, pareces un hada de las flores.
__ ¿Te gusta como me veo?
__ Si, estas preciosa.
Marian se sonrojo y le dijo.
__ Gracias.
Y le dio un beso dulce e inocente que hizo que el duque deseara mas de ella, pero el mago le había prohibido tener sexo con así que tuvo que aguantarse las ganas de hacerla suya ahí mismo.
Cuando el sol se ocultó completamente el clima se volvió más frío y Marian comenzó a temblar, ella abrazó al duque en busca de calor y él respondió a su abrazo pegándose más a ella y le preguntó.
__ ¿Estás bien?
__ Si, solo tengo un poco de frió.
__ Lo mejor será que vayamos dentro o puedes enfermar ya que tus ropas son muy ligeras.
Marian odio la idea de entrar a la casa pero el duque tenía razón así que no pudo replicar y ambos entraron a la casa.
Ella y el duque se sentaron en el recibidor donde la chimenea había sido encendida ese día ya que el interior de la casa aún estaba fría, Marian al sentir la calidez que daba el fuego dejó de temblar y se sintió bien.
El duque la rodeó con un brazo y le dijo.
__ Así está bien o quieres que avive más el fuego.
__ Así estoy bien, no hace falta avivar el fuego.
__ ¿Cómo ha estado tu día, te has divertido?
Marian se recostó en el pecho del duque y le dijo. __ Si, hoy estuve toda la tarde en el jardín comiendo dulces, ha hecho un día precioso me hubiera gustado que estuvieras conmigo.
__ Tenía trabajo pendiente, te prometo que estaré contigo la próxima vez.
Marian se recostó en su pecho, Izan le acarició la cabeza y ella dijo.
__ Eso me haría muy feliz, me gusta estár a tu lado.
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Comments
Nelly Marisa Duarte
epaaa no vayas por ahí Luis que el ella ya tiene dueño
2024-07-30
6
CINDY A.M
esta más tratado jumm
2024-03-16
3
Carmelita
o no pobre Luis se está enamorado y eso no está bien xq puede salir lastimado
2023-11-17
10