Charla con Patrick

Adolfo sintio un nudo en la garganta, Zara era una buena niña, siempre fue amable, atenta, respetuosa y ahora el la vendía con un sádico.

Apretó los puños y firmo el contrato, había dos, uno donde Jonson se invertiría en la empresa de Adolfo por una noche con Zara, que era el arreglo inicial.

El otro era el contrato de matrimonio, donde Adolfo se comprometia a no llevarse a Zara de la casa de Jonson y dónde aceptaba el matrimonio entre Zara y Jonson.

En ese contrato le sería parte de las acciones de la empresa de Jonson, J & Co.

Era una empresa grande que tenía tentáculos por todo el país, hacía negocios lícitos como ilícitos.

Era difícil no aceptar la propuesta, con solo una acción de esa enorme compañía él y el resto de su familia tendrían la vida asegurada.

Jonson le daría el 5% de sus acciones por Zara, ante los ojos de Adolfo Zara nunca fue tan valiosa.

Después de leer el contrato Adolfo dejo sus sentimentalismos y firmo, su pulso ya no temblaba ni tenía cargo de conciencia.

Después de firmar el contrato Jonson pidió a Wendy que preparará las pertenencias de Zara, al siguiente día se la llevaría a su casa.

Wendy era la mujer más feliz del mundo al escuchar eso.

Jonson se despidió de todos y se fue con una enorme sonrisa. Dorothy y Zara no sabían nada de la negociación.

Mientras que Patrick entendió lo que sucedería, sin embargo no dijo nada, seguramente el trato de llevaría a cabo cuando Zara cumpliera los 18 años, para los cuales faltan 30 días.

Esa noche Zara se sintió cansada por usar zapatos de tacón a los cuales no estaba acostumbrada.

Se fue a la cama temprano, al día siguiente era su último día de escuela, después de eso debería todo el verano para trabajar y convencer a Adolfo de dejarla ir a la Universidad, si era necesario ella le dejaría todos sus ahorros para que él no tuviera dificultades en casa.

Zara se acostó, estaba tan distraída que olvidó poner seguro a la puerta, ella lo hacia cada noche para que Patrick no entrará a su recámara.

Cuando ella estaba profundamente dormida comenzó a sentir unas frías manos tocándole las piernas.

Ella salió de la cama de un salto.

Comenzaría a gritar cuando Patrick le puso la mano en la boca.

- ¡Cállate idiota! Zara abrió muy grandes los ojos y luchaba para que él le quitará la mano y poder gritar

- Deberías de estar agradecida de que yo me fijé en una recogida como tú, además seré mucho más cuidadoso que la bestia con la que ya te vendieron.

Zara comenzó a llorar, ella no entendía nada de lo que quería Patrick solo quería quitarse de encima a Patrick y acurrucarse en una esquina de su cama.

Era tan difícil para ella entender por qué Patrick quería hacer cosas con ella, cuando eran más chicos él no la trataba tan mal, pero en cuanto entró en la adolescencia él cambio y comenzó a intimidarla, después comenzó a acosarla.

Sus tibias lágrimas cayeron sobre la mano de Patrick, ella siempre luchaba, esto a él lo frustraba, deseaba que Zara fuera obediente y se entregará sin tener que usar la fuerza y ​​está vez no fue la excepción.

Cuando la vio con lo ojos llenos de terror le susurro al oído.

- Te voy a soltar pero prométeme que no gritas.

Zara asintió con la cabeza varias veces.

Patrick le quitó la mano del rostro y se sentó en la cama donde había tumbado a Zara, ella se quedó sollozando por unos segundos, después se incorporo y se sentó junto a Patrick.

- ¿Por qué me haces esto? - Dijo con voz entrecortada con un enorme sentimiento de tristeza y agravio.

- Yo ...- Patrick se llevó las manos a la cabeza y se inclino un poco, como si supiera que lo que hacía estaba mal pero no tuviera el poder para evitarlo - yo quiero que seas mía, yo quiero que me beses y me sonrías, que cuando llegó a la casa corras a recibirme.

- No ... no entiendo que es lo que me dices, ¿quieres qué te trate como a un amigo?

- Jajaja, si que eres idiota - Patrick se incorporo tenía las pupilas dilatadas, signo de que deseaba lo que veía frente a él.

- No he hecho nada malo, si quieres que seamos amigos lo seremos, pero detente con tu acoso, me causas mucho miedo.

- Yo no quiero que seas mi amiga, yo quiero que seas mi novia, quiero que me dejes tocarte y siempre que me veas dibujes una sonrisa en tu rostro.

Patrick estaba exteriorizando sus más ocultos deseos, tal vez era por que pronto dejaría de ver a Zara, no sabía que clase de persona sería la que regresaría después de pasar una noche con la bestia de Jonson.

Patrick miro a Zara directo a los ojos, su deseo y desesperación estaba dibujando en cada parte de su rostro.

Zara se sintió triste, no quería estar muy cerca de pero en ese momento donde él se sinceraba no parecía tan malo como ella pensaba.

- Intentaré en el futuro llevarme mejor contigo, te sonreíre cuando te vea, te recibiré cuando llegues a la casa, te daré un beso en la mejilla cada que me lo pidas, pero no te puedo prometer enamorarme de ti.

Zara coloco sus manos cálidas en las manos de Patrick, ella no le guardaba rencor, solo le tenía mucho miedo.

- Zara tengo algo que decirte, quiero que estés preparada, no es fácil para mí decirlo, si papá o mamá se enteran de que te lo he dicho las cosas se verán muy mal para mí.

- Te escucho, ahora somos amigos ¿Cierto?

- ¿Qué piensas de Jonson?

Zara se sorprendió al escuchar el nombre de esa persona que apenas había conocido hoy y que nisiquiera cruzo palabra con ella.

- Nada, es un tipo siniestro, su cuerpo delgado y su piel blanca lo hacen lucir como villano de una película de terror, pero realmente no sé quién es, pero creo que si ayuda al Señor Adolfo a salir de problemas está bien, no debe de ser tan malo.

- ¿Papá ha hablado contigo recientemente?

- Si, él me prohibió irme de la casa.

Patrick se asombro al escuchar lo que dijo Zara, no tenía idea de que ella tuviera intensiones de salir de esa casa, el único hogar que conocía.

Se giro y tomo a Zara por los hombros.

- ¿Te quieres ir por mí?

- Jajaja, no - dijo con sinceridad.

- Entonces, ¿Por qué te quieres ir?

- Ya mañana termina la escuela media y tengo una porque para ir a la Universidad, hay espacio en las habitaciones del campus, envie mi solicitud hace un mes y me contestaron ayer, ya tengo un lugar para ir allí.

- Ah, eso es eso. ¿Quieres seguir estudiando?

- Si, no recuerdo mucho a mi mamá, pero siempre me decía que estudiará mucho para ser alguien importante y cambiar la vida de las personas.

- Ya veo, es eso. Me gustaría ser un poco como tú.

- Pero eso que tiene que ver con Jonson.

- Zara, mañana después de la escuela no regreses aquí, vete, vete muy lejos.

- Creí que querías que me quedará contigo, que fuéramos amigos, ¿Ahora me dices esto ?, ¿Acaso juegas conmigo?

- Zara, papá tiene problemas muy serios en la empresa, Jonson invertirá en la empresa pero no será gratuito.

- Claro que nada es gratis, si la empresa del Señor Adolfo sale a flote le dará participación en las utilidades.

- No Zara, no es eso, tu eres la moneda de cambio, Jonson vino hoy a elegir entre Dorothy y tú.

Zara abrió los ojos muy grandes, no lo podía creer, Wendy adoraba a Dorothy nunca la ofrecería como una prostituta.

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