capítulo 2

Deja lo pienso, por lo pronto buscaré un trabajo y no me lo impedirás, empezaré de cero.

Pero tu nunca has trabajado,- me dijo

Lo sé, pero ahora lo haré,- le contesté muy segura.

Esta bien, no me opondré

-asintió con la cabeza.

Ah y mañana quiero hablar con María tu querida,- se lo dije tranquila, eso le ponía más nervioso.

Para que?,- preguntó.

Ese es asunto mío, así que mañana la traes aquí ¿o prefieres que vaya a la tienda a hablar con ella?- lo mire a los ojos

Esta bien mañana a las diez de la mañana vendrá,- lo dijo no muy convencido

Perfecto,- me di la vuelta y me fui a mi recamara, en la cual el no dormiría, me acosté pensando en todo, di mil vueltas en la cama hasta que me quede dormida.

A la mañana siguiente me levanté como si nada, hice el desayuno, Esteban apenas toco la comida yo comí todo queria que me viera firme, se fue y me arreglé muy guapa para cuando llegara la fulana, me puse un vestido hermoso pegado al cuerpo, arriba de mi rodilla, zapatillas no muy altas pero que me hacían ver elegante, mi cabello suelto y un maquillaje ligero pero se notaba, no me verían derrotada aunque por dentro sentía que me desmoronaba.

Llego la hora y llegaron los dos muy serios, le dije a Esteban:

Salte, no estarás aquí, esto es entre ella y yo.

Esta bien,- salió y María se le quedó viendo, con cara de coraje.

Siéntate,- le dije a María, también me senté yo cruzando las piernas de manera que viera quien era la señora.

Supongo que ya sabes porque estás aquí? - le pregunté

Si señora,- contesto agachado la cabeza, parecía que no quebraba un plato y era la víctima.

Veo que si tienes claro quién es la señora,- le dije levantando una ceja

Y que tienes que decir?- le pregunté

Solo le puedo decir que me enamore,- contestó, sentí que se me revolvió el estomago.

Me reí,- tu no sabes lo que es el amor María, amor es estar con tu pareja en las buenas y en las malas, construyes  un hogar, cuidas a tu esposo cuando enferma, sacrificas todo por tu pareja, las mujeres como tu solo saben de pasar ratos no dedican sus vidas al hombre que aman, solo saben la parte divertida, viven momentos de sexo, una cena a escondidas, si se aman tanto llévatelo ahí esta,¿te prometió matrimonio?

No,- contesto ya con lagrimas

Pues que tonta al estar con alguien que no te promete nada, ámate, quiérete como mujer, si Dios te da el privilegio de un día tener una familia e hijos,  ruega porque no llegue una como tu a destruir tu hogar, porque sabías que el esta casado, no estabas engañada, me conoces María, ustedes solo saben divertirse, vive con el haber si es cierto que te respetará, no respeto nuestro matrimonio ¿que crees que te espera a ti?

¿Te dijo que me dejaría?- pregunté

No, nunca me dijo que la dejaría,- lloraba aún mas

Más tonta todavía, viste no es amor, solo es calentura, quiero que recojas tus cosas de la tienda y desaparezcas de nuestras vidas, te mandaremos tu sueldo y tu renuncia, adiós y espero que te vaya muy bien en la vida para que te olvides de nosotros.

Perdón por todo señora, le prometo que no volverá a saber de mi, firmaré mi renuncia y me iré.

No le contesté,- tenía muy revuelto el estómago, la quería agarrar de los pelos pero no me rebajaría a eso, no le daría la oportunidad de hacerse la víctima delante de Esteban.

Abrió la puerta y salió de la casa, esteban estaba esperando recargado en el auto, se acercó María al coche subiéndose molesta y llorando, Esteban no dijo nada, solo se subió al auto y se fueron.

Ese día Esteban llegó temprano a casa y se sentó a comer conmigo, los dos estábamos en silencio, ni siquiera lo voltee a ver.

Terminó de comer y levanto su plato, cosa que jamás hace, se metió al despacho.

Después de unas horas salió esteban del despacho y me dijo que si podíamos hablar, le contesté que estaba bien, nos sentamos en la sala, yo me senté lo más lejos que pude de el.

Helen, se que te fallé y te pido perdón, haré todo lo posible por que me perdones.

Ahorita no tengo nada para darte Esteban, no te prometeré nada ni te daré falsas ilusiones, desde mañana buscare trabajo.

Esta bien ,- contestó.

Haaa y te quedarás en el cuarto de huéspedes.

Asintió con la cabeza.

No sabía que iba hacer, me sentía tan dolida, se que lo quiero pero estoy hecha un desastre, lo que si se es que no verá mi dolor ni me verá humillada.

Siempre tenía mi casa impecable para el y mi jardín parecía de revista, cuidaba mi figura y andaba arreglada para el, todo giraba a su alrededor.

Soportaba a su familia que también era déspota y me humillaba, el nunca me defendió, más bien les daba la razón, todo venía a mi mente como una película , recordé desde que éramos novios y me pregunté- ¿cómo no le di importancia a todo lo que me hizo? ¿Por qué dejé que pasara esto en mi vida?

Me perdí, no soy ni la mitad de lo que era antes de estar con el, pero me juré a mi misma que todo cambiaría, que no me dejaría humillar más y si era necesario irme y divorciarme pues lo haría.

Se quebró algo en mi corazón, ya no era nada igual, ya no lo idolatraba, se me cayó la venda de los ojos y lo vi tal cual era.

Nadie sabía como vivía, todos pensaban que éramos la pareja perfecta, solo nos faltaban los hijos, solo Dios sabe porque no permitió que naciera nuestro hijo.

Si, estuve embarazada hace años y lo perdí, desde ahí no pude quedar embarazada otra vez, ¿ será por eso que me engañó?

Borré esos pensamientos, no me quería sentir culpable por algo que el hizo, me tome una copa de vino y me senté a mirar una película.

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