capítulo 17

El departamento estaba amueblado, no necesité comprar cosas grandes solo llegue y me instale, es un departamento amplio, no necesito más.

Aproveche el fin de semana y salí a comprar los electrodomésticos, acomode mis cosas, le dejé todo lo de nuestra boda, puse el vestido en la cama para que lo viera, con todo el ajuar, las fotos, el video, no quería nada de eso conmigo, solo no deje el anillo ese lo vendería.

Pasaron los meses, si, me hizo la vida imposible, pero seguí con mi trabajo, tenía que viajar por trabajo, fuimos a Londres, Rusia, Japón, pasaron seis meses así, en la compañía nadie sabía de mi divorcio ni de mi vida personal, gracias a Dios esteban nunca se metió con mi trabajo.

Me sumergia tanto en el trabajo que me olvidaba de todo, mi jefe era adicto al trabajo así que siempre había algo que hacer.

Una mañana estaba trabajando cuando me habló mi abogado, por fin ganamos la demanda.

Siiiiiiiii,- grite

Salgo para allá,- tome mi bolsa y salí de mi oficina.

Mi jefe estaba sentado en su escritorio trabajando

Todo bien? Que fue ese grito? - pregunto

Perdón, es algo personal ¿podría salir unas horas? Se lo repongo con la hora de mi comida

No es necesario, valla tranquila

Muchas gracias,- conteste

Como siempre no respondió, pero ya no me importaba.

Salí y le dije a Rose:

Al rato vengo te tengo una sorpresa, adiós

A donde vas?

No conteste, salí corriendo.

Llegue al despacho del abogado y me entrego los papeles, había obtenido todo lo que pedí, aparte Esteban tuvo que pagar todo lo de los abogados, le di las gracias y regresé lo más rápido que pude a la compañía.

Le di el sobre a Rose

Ábrelo,- le dije

Que es?- preguntó

Saco los papeles y grito,- siiii por fin, hay que festejarlo, ¿a donde iremos el fin de semana?

A donde quieras yo invito

Perfecto,- se acercó y me abrazó

Entre a la oficina y me dice el señor Tumbler:

Tenemos que ir a Londres, salimos el sábado temprano.

Esta bien, estaré lista.

Volví a salir y le dije a Rose

Amiga dejaremos el festejo para cuando regrese de Londres, saldremos el sábado temprano, pero te la debo

No hay problema amiga, lo dejamos para cuando regreses.

Gracias amiga, te lo compensaré

Seguimos trabajando el resto de la semana y el sábado viajamos a Londres.

Ya estaba acostumbrada a todo, los viajes , el trabajo, el silencio de mi jefe, esta vez nos acompaño Alan así que fue más ameno el viaje.

Parece que había algunos problemas en la sede de Londres y por eso iba Alan como abogado.

Un día llegamos temprano al departamento, ya habíamos comido así que cuando estábamos relajados hice unos aperitivos y mi jefe abrió una botella de vino, estábamos platicando en el comedor, bueno Alan y yo platicábamos y mi jefe escuchaba.

Me atreví a preguntarles:

Nunca han pensado en casarse?

Los dos contestaron, – si

Entonces si se han enamorado?

Si,- volvieron a contestar

Y porque no se han casado?

Alan dijo,- yo porque me engañó la mujer con la que me iba a casar.

Y usted?,- le pregunté directamente a mi jefe.

Mmmm, porque estoy enamorado de una mujer casada.

Que piensa de eso? - preguntó

Me puse a recoger los platos y conteste yendo hacia la cocina:

Pues que si ella es feliz no seria correcto meterse en un matrimonio, pero si ella no es feliz y usted le puede dar una mejor vida, claro que usted tenga buenas intenciones y quedarse con ella y no solo sea una aventura, podría conquistarla.

Empecé a limpiar la cocina y Alan me pregunto:

Nos toca preguntar ¿ eres feliz en tu matrimonio?

Me quedé callada pensando que decir.

Pues lo fui por diez años o eso creí.

Entonces ya no eres feliz?

Hace unos días que estoy legalmente divorciada

Queee? – se sorprendió Alan

Me dio pena y no voltee

Alan dijo: bueno me voy

mañana hay que madrugar.

Que te valla bien, nos vemos mañana.

Seguí lavando los traste o más bien haciéndome tonta me daba pena lo que había dicho, me sentí aliviada de que ya no preguntaran mas.