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Ambos la miran mientras ella pasa sin decir nada, ni tan siquiera un gesto de despedida.

Lian va tras ella caminando rápido y la para justo cuando iba abrir la puerta de la sala.

-" No tiene permitido salir hoy, señorita". -- Ella suspira, gira la cara para que Lian no pueda verle a los ojos..

-" Es urgente. Me deje el cuaderno en casa de Frida y lo necesito.....". -- Una voz quebrada, demasiado por solo estar digustada por un cuaderno.

-" Un cuaderno........". -- Lian abre la puerta pesada y sale después que Lua. La agarra del brazo para que no se marche corriendo y cierra la puerta. --" Hay algún problema?". -- El mayordomo jefe se hacerca pero se retira en cuanto Lian le hace un gesto. Sin hablar, tan solo con la mirada y gestos, los sirvientes de la casa se entienden entre ellos.

-" Porfavor, es urgente". -- La voz de Lua está más quebrada y su cuerpo tiembla.

Lian la conoce demasiado como para no saber que algo la ocurre y no es por un simple cuaderno. Pero también sabe, que ella sabe resolver sus asuntos.

-" La dejo marchar, pero no tarde y.... necesitaré una explicación a todo ésto....". -- El cuerpo de Lua se relaja y le da un abrazo efímero para salir lo más rápido que puede por las escaleras y ir rápido a la salida.

Esa mansión, esa casa grande de burgueses tiene la entrada en una planta baja con un amplio recibidor y las habitaciones de los sirvientes y siervos porque, para demostrar estatus social, los burgueses viven cuanto más alto y mejor y esa mansión, tiene las salas importantes y las habitaciones arriba, junto con baños para cada habitación, una cocina tan grande como la sala de comer y la sala de actos es.... demasiado grande para solo ser para celebraciones.

Lian regresa dentro de nuevo ante la mirada de Meck, quién se aguanta la risa.

-" La has dejado marchar? Papá no quiere que salgamos hasta después de la ceremonia".

-" Señorita, era urgente y no tardará en regresar". -- Hace una señal a Meck para que regrese a su cuarto.

-" Sí no fuera porque es imposible, diría que tiene razón los de la familia Erm". -- El ambiente se torna pesado. Esa familia tiene todo lo malo que se puede tener .

-" Señorita, esa familia tan solo dice habladurías". -- La cara de disgusto de Lían hace que Meck lo agarre del brazo antes de que él se marche a su cuarto.

-" Lo sé pero.... Curly decía que ella ... mí hermana... se veía mucho con..... o sea .... Bah no es posible pero .... tú crees que está actuando como .... crees que se enamoró y la han dejado?" . -- Una palabras demasiado francas..

-" El señorito Curly es como sus padres: hablan y hablan sin saber nada cierto. Además... qué les hace pensar que a su hermana la han dejado?". -- Meck sabe que no es uno de los temas que le guste hablar a Lian y es otra de las incógnitas que a ella la gustaría saber.

-" Bueno.... sí tú lo dices... aunque....no sé si puedes saber que se siente al ser dejado porque tú Lian no has estado con nadie, cierto?".

-" No señorita, y aunque fuera así tan solo su padre podría decir algo al respecto. Además, seguramente quiera estar con su dolor, ella sola, no lo cree?". -- Media vuelta y Lian deja a Meck pensativa en la sala mientras él se dirige a su cuarto; al final del pasillo amplio.

Ella corre tras él, porque los siervos caminan sin hacer ruido, pero rápidos si la ocasión lo requiere.

-" Tú..... porque pienso que sabes lo que es ser dejado?". -- Pese a la insistencia de Meck, Lian no para de caminar y tampoco la mira a la cara.

-" Intuición señorita, son muchos años con ustedes".

-" Pero tú, al tener que dejar a tú .... familia....". -- Al llegar al cuarto de Lian, el duda en abrir la puerta sin responder a Meck.

Lian Mira de reojo a Meck y ella agacha la cabeza. --" No sé preocupe, su hermana es inteligente.....". -- Cuando cierra la puerta, ve la sonrisa de Meck, esa que le gusta porque parece un ángel.

Acaricia la puerta mientras escucha los pasos de ella y apoya la cabeza. Está fría, como su corazón. Aquel que dejó en ese incendió hace algunos años. No como Meck piensa, no tantos como le gustaría. Porque la verdad, es una verdad a medias, de esas historias que se cuentan para olvidar y dar paso a otra vida, aunque sea dejando en un cajón todo lo que llegó a sentir.