CAPÍTULO 4

Lo menos que esperaba de este día era volver a encontrarme con este hombre. La verdad que lo que tiene de guapo lo tiene de maleducado, nunca en mi vida me había encontrado a una persona que se enojara por algo tan simple, bueno algo no tan simple a fin de cuenta creo que pudo haber pasado a mayores.

Claro está que fue mi culpa por no mirar antes de cruzar. Pero me disculpe, sería peor sino reconociera mi error, o le echara toda la culpa o le diera cualquier excusa con tal de salirme del paquete, pero me disculpe y le dije que fue mi error el haber estado tan distraída.

- Porque no le explicas a la señorita acá presente que casi te atropello porque cruzaste la calle pensando en no se que y que por eso no se percató que ya estaba en verde- me dice en un tono frío.

Dios santo aquí vamos de nuevo. Así que lo único que hago es voltear mis ojos, no necesito mas dramas este día

-Bien chicos les recuerdo que estamos en un hospital y por lo tanto estamos rodeados de otras personas- interrumpe mi amiga viéndonos a los dos, suspiro y escucho a la chica que está a su lado haciéndose notar.

-Uff que intenso fue eso, de por sí venias con un humor de los mil demonios con esto estarás peor- dice cuando me acerco a ella.

- Esa boca- lo escucho decir.

-Bien, Rachel ella es Emma es la joven que pidió que fueses tu quien se encargara de su rehabilitación—dice Hannah explicando quien será mi nueva paciente.

-Hola Emma, un gusto conocerte, me complace el que quieras que sea yo quien te ayude- digo dándole una sonrisa.

-La verdad es que una amiga me recomendó que viniera contigo dice que eres la mejor – responde animada- su nombre es Morgan y vamos al mismo colegio.

-Si, la recuerdo muy bien-exclamo - la verdad todos acá somos muy buenos, pero como le dije a Morgan todo también depende del paciente y de que cumpla con cada una de las indicaciones que les damos.

-Por cierto, el es mi hermano—dice Emma en un susurro casi con miedo viendo al hombre que está a su lado, por lo que me comporto como toda una profesional y me acerco un poco a él.

-Un placer señor- digo dándole énfasis al señor y extiendo mi mano.

-Ojalá pudiera decir lo mismo- dice haciendo una mueca y en cuanto nuestras manos hacen contacto siento una corriente, por lo que rápidamente la suelto y pienso en lo raro que fue eso, bufo ante su respuesta y me alejo de él para volver con su hermana.

Perooo... ¿Que rayos fue eso? ¿Una corriente? ¿En serio?. Creo que ya debo estar loca o algo.

-Hmm, puedo ver que tuviste una rotura de ligamentos- digo mirando la ficha médica.

-Si práctico Fútbol en la escuela, y estaba en un partido y me lesione en el segundo tiempo.

-Entiendo, muy bien Emma te explico, esta es una de las lesiones más frecuentes en los deportista, más en aquellos que practican baloncesto o como en tu caso el fútbol, ya que constantemente sus rodillas están sometidas a sobreesfuerzo debido a los cambios de ritmo y de dirección- digo a lo que Emma escucha atentamente.

-¿Crees que pueda seguir jugando? – pregunta y puedo ver como su mirada refleja temor.

-Claro tu lesión fue leve, por lo que indica la radiografía—respondo y puedo ver de reojo como su hermano deja salir el aire que tiene retenido - eso si! debes cumplir con cada una de las indicaciones que te de ¿te parece? – y ella asiente emocionada.

-¿Y cuando comenzará con las terapias? – me pregunta el idiota viéndome directamente a los ojos.

- Mañana a primera hora, ven lo más cómoda posible además voy a pedirte que no dejes de usar la inmovilizadora, ¿que me imagino te la recomendó el doctor que te dio el primer diagnostico?

-Si!, dijo que sería de gran ayuda ya que así no haría cualquier movimiento brusco.

Seguí explicando otras cosas por lo que Emma luego se despidió y se marchó con su hermano.

-Guapísimo y todo pero muy egocéntrico para mí gusto. Aun no se como hay hombres así- dice Hannah poniendo sus ojos en blanco.

-Pensé casi lo mismo esta mañana, muy guapo y todo pero apenas hablo se acabó el encanto-ambas reímos por nuestros comentarios y cada una se fue a su puesto de trabajo.

-Rachel, recuerda que este fin de semana es el cumpleaños de Matt.

- Oh, cierto lo había olvidado- le digo dándole una mirada inocente.

-Ya sabía yo que debía recordarte, es que aún no entiendo cómo es que no se te olvida donde estas parada- dice dándome un pequeño jalón de cabello.

-Aush, Hannah comportarte- la fulmino con la mirada – además he estado distraída últimamente, mamá no ha estado muy bien me preocupa su salud, tanto física como mentalmente.

-¿Cómo está ella?- pregunta sentándose a mi lado, cierro mis ojos recordando el estado en el que se encuentra mi madre.

-Cada vez esta más delgada, desde la muerte de mi papá no se alimenta como debe. Hasta dejó de ir a supervisar los hoteles, y el pobre de Cameron no se da abasto.

-Tus padres eran muy unidos, y el que tú padre haya sido asesinado la perturba mucho más, solo déjala vivir su luto y verás que poco a poco será la misma de antes, no te preocupes- dice colocando su mano en la mía.

Se que mi madre es fuerte pero no soporto verla así de deprimida y me da tanto miedo de perderla a ella también. Ella y Cameron son lo más valioso que tengo.

Y se que su estado es debido a que aun no encuentran al culpable de la muerte de papá, la policía no ha encontrado ni una sola pista y de seguir así cerrarán el caso. Y obviamente al no tener conocimiento de si había algún enemigo o algo que nos lleve al culpable no ayuda mucho que digamos.

Solo espero que todo esto se acabe de una vez por todas para así estar un poco más tranquilos, solo quiero que se haga justicia. El no era un mal hombre, siempre era atento, y muy querido por todos, y solo queda creer que quizás conoció a la persona equivocada y eso lo llevó a morir.

A fin de cuenta nunca terminamos de conocer a las personas, al principio se comportan de una manera y ya luego sacan a la luz su verdadera personalidad. A mí hermano y a mi siempre nos dijeron que debíamos cuidarnos de ese tipo de personas y que no debíamos confiar ni en nuestra propia sombra, pero es tan extraño que ellos no tomarán ese consejo incluso él. Siempre estaba rodeado de muchas personas solo que para saber quien es la oveja negra de ese grupo es difícil, es como buscar una aguja en un pajar.

Ese tipo de personas suelen ser discretas pero en algún momento deben dar un paso en falso y ahí justamente en ese momento es que nos damos cuenta de quienes nos rodean realmente.

...****************...

-¿Vamos a almorzar?- me pregunta Hannah acercándose hasta donde estoy.

-Si claro, justamente estaba por ir a buscarte, solo déjame llevar algunos informes al doctor y nos vamos.

-Aquí te espero.

Salgo de la sala de rehabilitación y voy hasta el consultorio de Peter quien es el traumatologo del hospital, toco su puerta y entro en cuanto escucho el adelante.

-Permiso - digo cerrando la puerta detrás de mi- doctor vine a traerle los informes de los avances de los pacientes.

-Rachel- dice apenas me ve- te he dicho que me digas Peter estamos en confianza - me dice sonriendo.

-Si lo siento, creo que es la costumbre- digo con una medio sonrisa.

Peter y yo nos llevábamos muy bien y digo llevábamos, porque un día se le ocurrió decirme todo lo que sentía por mí y desde allí nuestra amistad se ha vuelto un poco incómoda.

-Toma asiento- dice señalando la silla, por lo que me siento y le entrego los informes.

-Allí, están detallados los avances de cada uno de los pacientes en las diferentes sesiones que hemos tenido.

-Me parece bien, además como siempre justo antes de lo acordado de la entrega.

-Si bueno me gusta mi trabajo además que mejor que tener todo el trabajo hecho antes de la fecha.

Peter asiente y le da una pequeña ojeada a uno de los informes, me siento algo incomoda por lo que aclaro mi garganta y me levanto de la silla.

-Eso era todo ya paso a retirarme- digo y puedo ver algo de tristeza en sus ojos.

-Rachel ¿te gustaría almorzar conmigo?.

-Lo siento Peter ya quedé con Hannah para almorzar, pero puede ser luego- le digo y veo como sonríe de lado.

-Esta bien, que disfruten su almuerzo.

-Gracias, igual tu- le digo y salgo rápidamente de allí, sin duda alguna cada vez se vuelve más incomodo.

Regreso a la sala de rehabilitación y tomo mis cosas y así irnos a almorzar, escucho las quejas de Hannah el embarazo ha hecho un gran cambio en ella por lo que solo me limito a escucharla. Si digo algo capaz y se enoja conmigo.

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